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La técnica de creación de contenidos conocida como narrativa transmedia permite integrar el desarrollo de potentes narraciones en distintos canales y convergentes entre sí.
La narrativa transmedia o transmedia storytelling consiste en la creación de universos de contenidos coherentes entre sí, complementarios y expansivos que, a través de distintos formatos audiovisuales y plataformas, invitan al lector-usuario a jugar un rol activo e interactuar con el contenido para su despliegue.
Este concepto se introdujo a principios de los años 2000 por el investigador estadounidense Henry Jenkins, quien definió dos rasgos o principios básicos para entender de lo que estamos hablando:
- Es un proceso en el cual los elementos narrativos de una ficción se dispersan a través de múltiples canales de distribución.
- Se generan experiencias de entretenimiento unificadas y coordinadas.
Imagina la construcción de un mundo narrativo, un universo, más allá de una trama. En una novela podemos conocer la historia de una trama con sus protagonistas, pero una narrativa transmedia va más allá y se dispara en un universo de interconexiones donde podría desarrollarse un videojuego con un personaje secundario de dicha novela dando lugar a una nueva trama; ofrecer en un blog la ampliación de un tiempo que ha quedado sumergido en una elipsis en la novela y ofrecer en redes sociales información documental sobre aspectos interesantes del mundo recreado. Todos estos contenidos interactuarían y completarían dicha ficción, sin ser réplica, sino una ampliación de dicha arquitectura de storytelling.
Claves de la narrativa transmedia
La clave de la creación de una narrativa transmedia es que la historia se desarrolle de forma coherente y sin perder de vista que el objetivo es involucrar a la audiencia, para lo que se utilizarán las técnicas de comunicación persuasiva y emocional propias del storytelling. Lo que se pretende es ofrecer al espectador y usuario una experiencia única, que disfrute del relato estimulado por las distintas piezas que lo componen y se anime a formar parte de la comunidad que se genera.
Y para tener éxito en este objetivo será necesario que, más allá del obvio valor y atractivo que ha de tener la historia para que trascienda entre la audiencia, se logre una narración atractiva, y que el lenguaje y la carga audiovisual conecten con el espectador. Y aquí es donde entra el arte de contar historias o storytelling. Aprovechando las palancas emocionales de esta técnica de marketing, los narradores pueden desarrollar cualquier tipo de historia, ya sea de ficción o para hablar de cualquier proyecto que haya puesto en marcha una persona o empresa. La narración, dividida en capítulos autónomos construidos en diversos formatos y aprovechando la potencia transversal de distintos canales de comunicación, se acercará a su audiencia, a su público potencial, para conectar con sus emociones y generar conversación y comunidad.
Construir una narrativa transmedia que funcione requiere además:
- Tener clara la historia que se quiere contar, que sea organizada y tenga esa chispa que la hará memorable.
- Definir sus personajes, el conflicto y el desenlace, y si su foco estará en el entretenimiento, en la divulgación o si simplemente buscará inspirar transmitiendo determinados valores.
- Elegir los medios y plataformas en los que se desarrollará la historia de principio a fin, y saber involucrar a la comunidad para invitarles a participar en la generación de contenidos.
Ejemplos y utilización de la narrativa transmedia
Entre los ejemplos de narrativa transmedia más aplaudidos en España de los últimos años está la serie de televisión El ministerio del tiempo. A la estructura de capítulos en que se divide la narración en televisión se suman contenidos exclusivos a través de una página web, La puerta del tiempo, alimentando el interés de la comunidad de espectadores con entrevistas, explicaciones sobre cómo se han creado partes de la serie y otros contenidos como el podcast o la transcripción de guiones completos de cada capítulo.
En paralelo, se implementó también un foro donde los espectadores debatían tanto sobre la serie como sobre la historia de España. El resultado fue, además del éxito televisivo que llevó a renovar varias temporadas la ficción, una comunidad de fans entregados que generaban conversación en redes sociales antes, durante y después de cada episodio. Un éxito para RTVE.
Como comentábamos antes, además de la ficción, los profesionales del Marketing y la Comunicación también recurren a este tipo de narrativa en sus estrategias de contenidos para aprovechar el potencial de la historia de una marca, una empresa o una persona.
Otro ejemplo, premiado a nivel nacional como mejor campaña transmedia, es la que desarrolló la cervecera Amstel a partir de un cortometraje de Julio Medem. La historia de El pelotari y la fallera cuenta el flechazo de dos jóvenes cocineros que se embarcan en viaje gastronómico al que la audiencia asiste a través de varios formatos: el corto, las escenas de trabajo de los actores, el contenido creado en paralelo por youtubers e instagramers, insertos de publicidad tradicional en medios, contenidos branded content y una edición especial de cervezas disponible en los lineales del supermercado. Una campaña que permitió al espectador viajar con sus protagonistas y paladear al tiempo que ellos la cerveza que marca sus conversaciones.
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