Antonio López
La metodología sociosanitaria está revolucionando los centros sociosanitarios, priorizando las necesidades y preferencias individuales para ofrecer una experiencia de cuidado más humana y digna.

La Atención Centrada en la Persona (ACP) se presenta como un cambio de paradigma en los centros sociales y sociosanitarios. Este modelo prioriza las necesidades, preferencias y valores de las personas, empoderándolas para mantener el control de su vida cotidiana, incluso cuando requieren apoyos significativos. Adoptado en diversos países europeos y ahora en expansión en Andalucía, su implementación transforma la gestión y los resultados de los cuidados, ofreciendo una experiencia más humana y digna.
La ACP no solo se limita a Europa; su influencia se extiende a nivel global. Países como Canadá, Australia y Japón también están adoptando este enfoque innovador. En Canadá, por ejemplo, el modelo ha sido integrado en políticas públicas, promoviendo un cambio significativo en la forma en que se prestan los servicios de cuidado.
Este movimiento global refleja una creciente conciencia sobre la importancia de respetar la individualidad y dignidad de cada persona, independientemente de su condición de salud o edad.
¿Qué es la ACP?
La Atención Centrada en la Persona se distingue por:
- Reconocer a cada persona como única, respetando su dignidad y autonomía.
- Facilitar una participación en la toma de decisiones y en actividades con sentido.
- Crear entornos que fomenten un sentimiento de hogar y pertenencia.
Este enfoque contrasta con los modelos tradicionales, frecuentemente rígidos e institucionales, que dificultan el desarrollo de proyectos de vida personalizados.
Diferencias clave entre modelos tradicionales y ACP
- Estructura: La ACP propone unidades de convivencia pequeñas, horizontales y centradas en las personas, frente a estructuras jerárquicas tradicionales.
- Espacios: En lugar de ambientes hospitalarios, la ACP apuesta por espacios hogareños que recuerdan a un hogar.
- Roles: Los profesionales se convierten en acompañantes, promoviendo relaciones significativas y la personalización del cuidado.
Ventajas del modelo ACP
La evidencia respalda los beneficios del modelo ACP, especialmente en personas mayores y aquellas con demencia:
- Mejora del bienestar: Reduce la ansiedad y potencia la calidad de vida.
- Fortalecimiento de la autonomía: Permite a las personas mantener el control sobre su día a día.
- Creación de vínculos significativos: Fomenta un sentido de comunidad y pertenencia.
- Eficacia terapéutica: Promueve actividades con sentido, mejorando el estado cognitivo y funcional.
Implementación del modelo
Es esencial capacitar a todo el personal, incluidas familias y agentes clave, para comprender la filosofía de la ACP. La sensibilización y formación son fundamentales para asegurar que todos los involucrados estén alineados con los principios y prácticas de este modelo. Un liderazgo comprometido es igualmente crucial para guiar y sostener los cambios organizativos necesarios para implementar la ACP de manera efectiva.
Además, es importante crear unidades de convivencia con espacios pequeños y personalizados, integrados en la comunidad. Este diseño de espacios fomenta un ambiente más hogareño y acogedor para los residentes. Cada centro debe desarrollar una hoja de ruta propia, adaptándose progresivamente y respetando su contexto y realidad específica. Esta adaptación gradual permite una implementación más efectiva y sostenible del modelo ACP.
Superación de resistencias al cambio
El miedo al cambio puede dificultar la adopción del modelo ACP. Es necesario:
- Generar procesos participativos que involucren a todas las partes interesadas.
- Visibilizar logros y beneficios tempranos para motivar a los equipos.
- Crear un entorno de confianza donde se valoren las experiencias y aportaciones de todos.
Impacto en la calidad de vida
La implementación de la ACP no solo mejora la calidad de vida de los usuarios, sino que también tiene un impacto positivo en los profesionales del cuidado. Al trabajar en un entorno que valora la individualidad y la dignidad, los profesionales encuentran mayor satisfacción en su labor, lo que se traduce en un mejor desempeño y una menor rotación de personal.
Diversos estudios han demostrado que la ACP reduce significativamente los niveles de ansiedad y depresión en los usuarios. Por ejemplo, un estudio realizado en Suecia mostró que los residentes en centros que adoptaron la ACP reportaron un aumento del 30% en su bienestar general. Además, la ACP ha sido vinculada a una reducción en el uso de medicamentos psicotrópicos, lo que evidencia su eficacia terapéutica.
En Andalucía, varios centros han comenzado a implementar la ACP con resultados prometedores. Un ejemplo notable es el Centro Residencial Los Olivos, que ha visto una mejora significativa en la satisfacción de los residentes y sus familias. La directora del centro, María López, destaca que “la ACP ha transformado nuestra manera de trabajar, poniendo a las personas en el centro de todo lo que hacemos”.
Dignidad y participación
El modelo de Atención Centrada en la Persona es una invitación a repensar cómo cuidamos y acompañamos a las personas mayores o dependientes. Su enfoque en la individualidad, la dignidad y la participación no solo mejora el bienestar de los usuarios, sino que también dignifica el trabajo de los profesionales. Apostar por este modelo es construir un futuro más humano en el ámbito sociosanitario.
(*) Antonio López es profesor en el Máster Universitario en Métodos y Técnicas de Investigación Social Aplicada de UNIR. Con una sólida formación en sociología y una amplia experiencia en investigación social, Antonio se ha especializado en el diseño y la implementación de proyectos de investigación que abordan diversas problemáticas sociales. Su enfoque metodológico combina técnicas cuantitativas y cualitativas, lo que le permite ofrecer una perspectiva integral en sus estudios.
- Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades