UNIR Revista
Los derechos humanos se caracterizan fundamentalmente por ser universales, interdependientes, indivisibles y progresivos, pero existen más elementos que los definen.
Independientemente de la raza, la nacionalidad, el género, la religión, el origen étnico o el idioma que hable un individuo, cuenta desde que nace con unos derechos fundamentales que son inherentes a la persona y que se conocen como derechos humanos. Precisamente esa universalidad es una de las principales características de los derechos humanos, pero existen muchas más, como la independencia o la progresividad.
Tanto el Grado en Cooperación Internacional y Desarrollo online como el Máster en Cooperación Internacional online de UNIR ofrecen las claves para poder gestionar y dirigir proyectos con los que se fomente la calidad de vida de las personas, promoviendo el desarrollo y luchando contra la pobreza, de modo que nadie quede atrás.
Las características fundamentales de los derechos humanos están recogidas en la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos. Primordialmente, se distinguen por ser:
- Intrínsecos: todo el mundo nace con ellos.
- Inalienables: no es factible suprimirlos.
- Universales: cualquier ser humano sin excepción cuenta con estos derechos.
- Indivisibles: no es posible separarlos porque todos tienen igual importancia. Si no se reconoce uno de ellos, se pone en peligro a todos los demás.
- Interdependientes: están relacionados unos con otros, de manera que si hay avances en uno de los derechos, los otros también se ven afectados.
- Imprescriptibles: su vigencia no tiene fecha de caducidad.
- Inderogables: existen derechos que deben ser respetados siempre, pero según indica la ONG Amnistía Internacional, hay ciertos matices a esta característica, puesto que algunas normas internacionales de derechos humanos sí contemplan que determinados estados puedan derogar determinados derechos.
- En evolución continua: se actualizan a la realidad de cada momento. Así, a los derechos de primera (civiles y políticos) y segunda (económicos, sociales y culturales), se ha sumado una tercera generación en la que se incluyen los derechos a un medio ambiente sano, a la paz y la autodeterminación de los pueblos, a la protección de los datos personales o el patrimonio cultural. Por su parte, Amnistía Internacional habla ya de una cuarta generación de protección de derechos de colectivos como menores, mujeres, personas LGTBI o refugiados.
Objetivo de los derechos humanos
Garantizar la dignidad humana y las condiciones indispensables para que cada persona se desarrolle de manera integral, es el gran objetivo de los derechos humanos.
No existen unos derechos humanos más importantes que otros, porque son indivisibles, van unidos y ninguno prevalece sobre otro. Se constituyen sobre tres valores fundamentales:
- Dignidad para vivir como un ser humano.
- Igualdad, independientemente del sexo, raza, religión o cualquier tipo de condición.
- Libertad para defender estos derechos.
A pesar de que a veces se emplean como sinónimos, es preciso tener claras las diferencias entre derechos humanos y derechos fundamentales. Los derechos humanos cuentan con un alcance universal por reconocer a todos los ciudadanos del mundo desde su nacimiento, mientras que entre las principales características de los derechos fundamentales se encuentra que es cada nación quién los establece y, por ello, pueden variar de un país a otro.
Tipos de derechos humanos
Los derechos humanos se adquieren al nacer, por el mero hecho de ser persona, y se dividen en los siguientes grupos o generaciones:
- Derechos civiles y políticos: derecho a la vida, a no ser torturado, a no ser esclavizado, a la presunción de inocencia, a la privacidad, al asilo, a la libertad de pensamiento y expresión o a participar en la vida política, entre otros.
- Derechos económicos, culturales y sociales: derecho al desarrollo, a la educación, a la salud, a la alimentación, a la vivienda, al trabajo y al descanso, por ejemplo.
- Derechos de los pueblos: derecho a la autodeterminación, a un medioambiente sano, a la paz y a la protección del patrimonio cultural.
El incumplimiento de muchos de estos derechos está a la orden del día en un mundo lleno de desigualdades, conflictos bélicos, discriminación y falta de recursos. Entre esos quebrantamientos, la violación de los derechos humanos en movimientos migratorios ocupa espacios informativos día tras día, a pesar de ser una de las causas de la propia declaración universal.
En este escenario, el enfoque basado en los derechos humanos adquiere más relevancia que nunca, ya que se focaliza en examinar las desigualdades para corregir los comportamientos discriminatorios y la distribución injusta de poder.
¿Por qué existen los derechos humanos?
Cuando el mundo se paró a evaluar los enormes estragos causados por la II Guerra Mundial y cayó en la cuenta del enorme error que supuso esa contienda, se tomó conciencia de la necesidad de crear un instrumento que garantizase la paz y la estabilidad en el planeta. Por ello, en 1948 mandatarios de todo el mundo firmaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento que recogía por primera vez los derechos que toda persona posee, por el mero hecho de nacer.
Los derechos humanos existen porque fue preciso mostrar una respuesta contundente de todo el planeta ante la masacre que supuso la II Guerra Mundial, sobre todo para la población judía, aunque también tuvo como víctimas colectivos sociales vulnerables como personas con discapacidad o LGTBI.
La protección de los derechos humanos es una obligación de todas las naciones del mundo, que deben contar con mecanismos que garanticen su cumplimiento. Así, todos los países tienen que someterse a una fiscalización externa para verificar este desempeño, lo que dio lugar a la creación de los tribunales penales internacionales de la ONU.
Las violaciones de derechos humanos atentan contra toda la humanidad y, por ello, conocer su contenido y defender su aplicación debe ser una labor conjunta de toda la ciudadanía.