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Un centro de acogida es un espacio de refugio ofrecido a grupos en situación de vulnerabilidad. Su funcionamiento depende del tipo de instalación ya que pueden ser para menores, víctimas de violencia machista, refugiados, etc.
Las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad encuentran en los centros de acogida un refugio temporal donde reciben asistencia social y apoyo para hacer frente a su problemática y desarrollarse de manera autónoma y en igualdad de oportunidades. Estos espacios se diferencian por el tipo de servicio que prestan, sus funciones, sus objetivos y el marco legal que regula cada uno de ellos.
Para trabajar en un centro de acogida hay que cumplir una serie de requisitos tanto a nivel profesional como personal. Entre el personal requerido están personas que cuentan con formaciones como el Grado en Educación Social o el Grado en Trabajo Social.
¿Qué es un centro de acogida?
Un centro de acogida es un espacio que ofrece refugio temporal y una red de apoyo a personas que están en situación de vulnerabilidad o exclusión social y que necesitan asistencia inmediata y protección.
Los centros de acogida ejercen una función fundamental porque facilitan el acceso a servicios sociales que ayudan a las personas acogidas a desarrollarse de forma autónoma y lograr su reintegración social. Entre los servicios que ofrece se incluyen: atención médica, apoyo psicológico, programas terapéuticos, educativos y de intervención, asesoramiento legal y formación laboral, entre otros.
Una vez que se ha respondido a la cuestión sobre qué es un centro de acogida y qué funciones tiene, solamente queda definir su objetivo principal. Este consiste en lograr que los acogidos se recuperen y solucionen su situación de crisis, proporcionándoles un entorno seguro y estable, y facilitándoles su desarrollo personal y profesional al ponerles en contacto con otros servicios que puedan ayudar con su reintegración social, como pueden ser los servicios sociales, de empleo, etc. Con todo ello, estos individuos podrán alcanzar una mayor autonomía y reintegrarse en la sociedad nuevamente.
Tipos de centros de acogida
Hay diferentes tipos de centros de acogida que se diferencian por el tipo de prestaciones que ofrecen. Entre ellos destacan:
- Centros de acogida para víctimas de violencia de género. Dentro de esta tipología se diferencian tres recursos de acogida: centros de emergencia, casas de acogida y pisos tutelados.
- Centros de acogida para refugiados. Ofrecen alojamiento y asistencia a solicitantes de asilo y refugiados, ayudándoles en el proceso de integración.
- Centros de acogida para personas sin hogar. Dan alojamiento temporal y servicios básicos a personas en situación de desamparo. También ofrecen programas psicosociales y servicios sanitarios con el fin de promover la mejora a nivel social, personal, educativo y sanitario desde una perspectiva más integral.
- Centros de acogida para menores. Su objetivo consiste en proteger a los menores y garantizar que todas sus necesidades sean atendidas mientras se trabaja para lograr su acogida en una familia o, si es posible, su reunificación con su propia familia. Existen seis tipos de centros residenciales para menores: centros de acogida inmediata, centros de primera infancia, residencias infantiles, recursos para adolescentes, residencias específicas y hogares de acogida.
Atención y protección de menores en los centros
En los centros de acogida para menores se priorizan la seguridad y el bienestar de niños y adolescentes, cubriendo sus necesidades básicas como alojamiento, alimentación, atención médica y educación. Además, hay servicios destinados a proporcionar apoyo psicológico y emocional para su desarrollo integral y se trabaja para lograr la reunificación familiar o la búsqueda de un acogimiento familiar adecuado.
El acogimiento en centros residenciales a menudo incluye intervención en el entorno socio-familiar del menor, trabajando con la familia para superar la situación que llevó a la medida y permitir su regreso al hogar. Este tipo de acogida es útil y representa una alternativa válida que beneficia más que otras formas como la tutela o la guarda.
En resumen, los centros de acogida son espacios donde los menores encuentran un refugio del que reciben un plan de atención individualizado y adaptado a sus necesidades.
¿Cómo funcionan los centros de acogida?
La base común en la que se basa el funcionamiento de un centro de acogida integra los siguientes puntos:
- Admisión y evaluación. En esta primera fase se realizan entrevistas iniciales para proceder a la admisión de las personas, identificar sus problemáticas y determinar el tipo de situación para establecer un plan de acción personalizado y derivarlos al centro de acogida adaptado a sus necesidades.
- Alojamiento y servicios básicos. La acogida que ofrecen estos centros es temporal y su duración varía según el tipo de centro y las necesidades individuales de cada persona o colectivo. Los alojamientos pueden ser habitaciones compartidas o individuales, dependiendo de la disponibilidad y las circunstancias.
- Servicios complementarios. Son aquellos propios del tipo de centro de acogida, como asesoramiento, orientación y servicios sociales y laborales, actividades y talleres destinados a mejorar habilidades, así como capacidades profesionales y personales y asistencia legal, entre otros servicios. Por ejemplo, en la Diputación de Ciudad Real incluyen el apoyo en la gestión de ayudas económicas o de documentación como el empadronamiento y solicitud de tarjeta sanitaria.
- Seguimiento. Se realiza un rastreo continuo durante la acogida y después por un periodo de tiempo determinado para evitar recaídas, guiar y seguir proporcionando apoyo a los residentes en caso necesario.
La atención que proveen los centros de acogida es gratuita. Su fuente de financiación principal proviene tanto del gobierno central como autonómicos, de ONG, asociaciones y fundaciones privadas.
Entre los profesionales que trabajan en un centro de acogida encontramos educadores sociales, trabajadores sociales, psicólogos y pedagogos.
Leyes y normativas que regulan los centros de acogida y su actividad
En España no hay una única ley que regule los centros de acogida y su actividad, ya que existen normativas a nivel estatal y autonómico. Estas leyes establecen los derechos y deberes, así como los estándares de funcionamiento y calidad de estos centros.
A nivel estatal están las siguientes leyes:
- Ley Orgánica 1/1996 de Protección Jurídica del Menor. Regula la protección de menores en situación de desamparo y establece la obligación de proporcionarles acogida y asistencia.
- Ley 26/2015 de Modificación del Sistema de Protección a la Infancia y Adolescencia. Introduce cambios en la legislación de protección de menores, incluyendo mejoras en los servicios de acogida y tutela. Estas personas se encuentran en situación de emergencia o de desprotección, con problemas sociales y familiares asociados a diferentes situaciones de riesgo o desamparo
- Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Establece como garantía de derechos de las víctimas de violencia de género los servicios de acogida y asistencia social integral, consistentes en orientación jurídica, psicológica y social.
- Ley 12/2009 de Asilo y Protección Subsidiaria. Tal y como recoge: “La ley sanciona al máximo nivel jurídico la obligación de proporcionar servicios sociales y de acogida a las personas solicitantes de asilo y refugiados en estado de necesidad”.
- Real Decreto 220/2022. Aborda el sistema de acogida en materia de protección internacional en España, estableciendo condiciones de acogida, atención especializada y fases de integración para solicitantes y beneficiarios, con énfasis en derechos humanos, unidad familiar y colaboración interinstitucional.
En el plano autonómico es cada comunidad la que establece su propia normativa. Así, por ejemplo, en Andalucía el Decreto 355/2003, de 16 de diciembre, regula el acogimiento residencial de menores en esta comunidad. Este aplica un marco normativo para la protección y tutela de menores en situaciones de desamparo. La Junta de Andalucía, a través de sus órganos competentes, se encarga de supervisar los centros de protección, asegurando la calidad y los derechos de los menores acogidos.
En cuanto a la normativa de calidad y funcionamiento de los centros de acogida para menores destaca el EQUAR (Estándares de Calidad en Acogimiento Residencial). En él se recoge un conjunto de normas y directrices en España diseñado para garantizar la calidad en los centros de acogida residencial para menores. Estos estándares cubren aspectos como la infraestructura, el equipamiento, la formación del personal y la atención especializada a los menores. Su objetivo es asegurar un entorno seguro y adecuado que promueva el bienestar y desarrollo integral de los niños y adolescentes acogidos.
En esta línea, todos los centros de manera general han de cumplir con los requisitos de infraestructura, personal y servicios establecidos en los reglamentos específicos de otro tipo de centros de acogida. Además, los usuarios tienen derecho a recibir una atención digna y adecuada, respetando su privacidad, promoviendo su autonomía y garantizando el acceso a la información y diferentes recursos.
En definitiva, la regulación de los centros de acogida en España aseguran la protección y asistencia de las personas y grupos en situación de vulnerabilidad con unos estándares óptimos de calidad y respeto a los derechos de los usuarios.