UNIR Revista
Controlar la ira es fundamental para preservar un buen estado de salud mental y evitar situaciones de conflicto que repercutan negativamente en el plano laboral, social y personal.
La ira consume energía y no permite actuar ni pensar con precisión. Además, esta emoción puede repercutir en diferentes ámbitos como el laboral, el personal y el social; por ello, controlar la ira es una práctica clave para gozar de una buena salud mental.
Pero antes de nada, para saber cómo controlar la ira, es imprescindible saber qué es. La ira es una emoción primaria que se caracteriza por generar sentimientos de enfado de intensidad variable y que provoca un incremento rápido de la presión arterial, el ritmo cardíaco y los niveles de adrenalina en sangre.
Físicamente, la persona que experimenta la ira puede mostrar sudoración, tensión en los músculos y una respiración más rápida y fuerte. Aunque sea una emoción natural que movilice y haga actuar a la persona que la siente, la expresión descontrolada de la ira puede conllevar efectos negativos y causa alteración en el estado de salud; por eso, es importante trabajar sobre ella para lograr una mejor gestión emocional de la ira.
Estas herramientas de gestión son proveídas por profesionales que conocen técnicas para controlar la ira. Entre ellas destaca la psicología emocional, cuyo propósito es dotar a la persona de los recursos necesarios para que comprenda sus emociones y aprenda a gestionarlas mejor. Lo importante es que entienda por qué reacciona así frente a determinados estímulos y situaciones, lo cual le ayudará a controlar la ira.
Ejercicios para controlar la ira
Las terapias de control de ira son muy útiles. Algunos de los ejercicios o actividades para trabajar la ira son:
- Pensar antes de hablar.
- Expresar los sentimientos y aquello que genera ese malestar.
- Realizar ejercicio para gestionar la ira y liberar estrés.
- Trabajar la frustración y encontrar posibles soluciones a los problemas que generan esa ira.
- Perdonar y no guardar rencor son acciones clave para aprender de cada situación y desarrollar inteligencia emocional.
- Evitar abordar el problema echando las culpas a un tercero y recurrir a las declaraciones en primera persona.
- Para aliviar y destensar situaciones, lo aconsejable es recurrir al humor. A través de películas, monólogos, vídeos, etc.
- Poner en práctica ejercicios de relajación para evitar que la ira aparezca. Estas actividades pueden ser: escuchar música, hacer yoga, pensar en una escena o situación relajante, etc. Depende de lo que relaje a cada persona.
- Pedir ayuda cuando no exista capacidad de autocontrol, por ejemplo, acudir a un especialista en salud mental o en educación emocional.
¿Qué provoca ira?
Existen factores que conducen a sentir ira y puede estar causados por diversos motivos:
- Tener una personalidad impulsiva.
- Falta de autocontrol.
- Vivir en entornos familiares u hogares con situaciones de violencia normalizadas.
- Problemas de autoestima.
- Padecer alteraciones hormonales.
- Estar sometido a altos niveles de estrés.
- El consumo de drogas, alcohol o de algunos medicamentos.
- Tener trastornos psicológicos, como por ejemplo: de personalidad límite, bipolar y obsesivo.
- Haber sido educado sin recibir límites claros.
La ira también puede aparecer cuando una situación externa se percibe como una amenaza, provocando temor, agresividad o frustración, entre otras cuestiones.
La gestión adecuada de la ira debe realizarse desde edades tempranas. Por eso, es fundamental la educación emocional en la etapa de Educación Infantil, ya que eso ayuda en el desarrollo de los niños, favoreciendo su inteligencia emocional y mejorando su bienestar general. En este sentido, además de las competencias académicas, es importante que los docentes sepan cómo aplicar la educación emocional en el aula.
Tipos de ira
Para poder entender mejor esta emoción tan común vamos a conocer los 4 tipos de ira que existen:
- Agresivo o destructivo. Este tipo de ira se manifiesta cuando la persona se siente intimidada y reacciona de forma agresiva. Cuando una persona desarrolla este tipo de ira, puede llevar a provocar acciones destructivas.
- Berrinches templados. Surgen cuando las cosas no suceden como uno desea. Los especialistas asocian este tipo de ira a la infancia, pues son respuestas emocionales que están relacionadas con objetivos y necesidades poco realistas que se exigen de forma descontrolada.
- Molestia. La ira más común está representada por este tipo, ya que es la relacionada con interacciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, perder el tren por pocos segundos, tropezar y hacerse un agujero en el pantalón, etc.
- Justificable. Es la ira que se siente frente a asuntos de la vida que se consideran injustos. Por ejemplo, sentir ira por situaciones de crueldad hacia los seres vivos o las víctimas de una guerra.
La gestión emocional de la ira puede ser aprendida gracias a la labor de especialistas que buscan la integración y el bienestar de las personas. Estos profesionales cuentan con una formación superior como el Grado en Educación Social online de UNIR. Con esta formación los egresados salen preparados para trabajar en diferentes áreas del ámbito social, como aquellas dedicadas a la familia y la comunidad. En este caso, el educador social familiar diseña planes de intervención social con el fin de lograr una mayor integración y bienestar social, lo cual repercute en una sociedad más igualitaria.
Este mismo tema, pero con otro enfoque, se integra también en el plan formativo del Grado en Psicología online de UNIR como parte esencial para conseguir que los pacientes mantengan un estado óptimo de salud mental.