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El educador social se presenta como un agente de cambio social para que las comunidades participen en la toma de decisiones que afecten a sus condiciones de vida desde los principios de igualdad, información y formación.
Aunque el concepto de comunidad comienza a definirse mucho antes, fue a partir del final de la Segunda Guerra Mundial cuando las ciencias centradas en el estudio del ser humano como ser social empiezan a mostrar especial interés por el desarrollo comunitario como un enfoque global de las técnicas y procesos que permiten la evolución del individuo y la colectividad de la que forma parte.
Desde entonces, un gran número de estudiosos se han dedicado a la investigación tanto teórica como práctica de estos procesos. Desde diferentes perspectivas, Murray G. Ross, François Perroux, Gunder Frank, Ezequiel Ander-Egg, Teresa Porzecanski o Caroline Ware han abordado esta cuestión, sentado en sus publicaciones las bases de la intervención comunitaria.
El desarrollo comunitario es un método de intervención que parte del conocimiento científico de lo social para provocar cambios de conductas que faciliten el avance.
Partiendo de la premisa de que toda comunidad es un ente vivo y como tal está en constante evolución y su desarrollo depende de las personas que la integran, la primera consideración a tener en cuenta es que esta tiene derecho a ser parte activa en la toma de decisiones que van a afectar a su crecimiento. Así, la comunidad tiene derecho a participar en cualquier decisión que vaya a afectar a sus condiciones de vida y esa participación debe hacerse desde los principios de igualdad, las libertades públicas, la información y formación y un necesario consenso.
Por otra parte, cualquier cambio en la vida comunitaria promovido desde dentro tiene consecuencias diferentes a las modificaciones que llegan de fuera. Es fundamental que las acciones provengan de la comunidad y no que les sean impuestas de manera externa. La movilización de recursos humanos implica una mayoritaria participación de la población que debe implicarse en la toma de decisiones, asumiendo también sus consecuencias.
El rol del educador social en el desarrollo comunitario
El desarrollo comunitario va acompañado de un proceso educativo con el que se actúa desde la base. Su principal objetivo es mejorar la calidad de vida de los individuos y, por lo tanto, de la comunidad, apostando por fomentar sus potencialidades. Es ahí donde entra en juego la figura del educador social.
A lo largo de todo el proceso de intervención deberá ir asumiendo diferentes funciones, comenzando por un pormenorizado estudio de la realidad que le permita diseñar un programa de actividades cuyo desarrollo supervisará para evaluar después los resultados.
Para poder llevar a cabo la intervención, el educador social debe trabajar de manera interdisciplinar, liderando grupos de trabajo para conocer los problemas de la comunidad y las personas que la integran, generando una relación de confianza que permita la comunicación fluida entre las partes. Para ello, tendrá que acercarse a los potenciales usuarios, mostrando los recursos que puede ofrecerles para mejorar la realidad en la que viven.
Entre sus funciones están:
- Prestar labores de asesoramiento y apoyo a personas o colectivos vulnerables en riesgo de exclusión social.
- El diseño, seguimiento y evaluación del plan de trabajo socioeducativo individual.
- Estudio de las necesidades sociales (situaciones de dependencia, víctimas de violencia de género, personas sin hogar, menores en dificultad social, migrantes…).
- Fijar medidas preventivas ante cualquier riesgo que se detecte.
- La búsqueda y planteamiento de medidas de ayuda personalizada, una vez estudiado cada caso.
- Desarrollar y gestionar programas participativos a los que puedan sumarse los miembros de la comunidad, desde una perspectiva pedagógica.
- Acompañar en los trámites de solicitud de ayudas de la Administración.
- Programar actividades de integración social, siempre desde la acción educativa.
- Cuando lo considere necesario, derivar casos a otros profesionales.
- Ejercer una función mediadora y apoyar en la resolución pacífica de los conflictos que surjan, tanto a nivel individual, como grupal y comunitario.
A la hora de establecer los objetivos de su intervención, el educador social debe elaborar una lista de prioridades, teniendo en cuenta los recursos con los que cuenta. Es imprescindible además que realice un seguimiento de cada caso en el que trabaje para determinar su evolución.
Este profesional puede desempeñar su labor de manera coordinada con otros agentes o servicios sociales y en dos ámbitos diferenciados: por un lado, las situaciones sociales que abarcan a toda la comunidad y, por otro, las propias de cada individuo. Esa labor consiste en promover el cambio social a partir de la aplicación de estrategias educativas.
El educador social presta un servicio para el que ha recibido una formación socioeducativa específica, la del Grado en Educación Social, que lo capacita para poder actuar en intervenciones relacionadas con la inserción social, la exclusión de colectivos vulnerables, la protección de la infancia, la dependencia, la igualdad… Lo cierto es que esta profesión ha ido adaptando sus competencias a las necesidades que han ido surgiendo en la sociedad con el paso del tiempo.
