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Estas dos profesiones están enfocadas a mitigar las desigualdades sociales interviniendo en colectivos e individuos en riesgo de exclusión social, pero cada una tiene un rol distinto.
Los profesionales del trabajo social y la integración social comparten ámbitos de intervención en los que priman los principios de igualdad y justicia social. Ambas disciplinas centran su labor en la intervención con personas y colectivos en riesgo de exclusión social, así como su inserción en la sociedad. Aún así, existen diferencias entre el integrador social y el trabajador social.
Una de las diferencias más importantes entre un perfil y otro es que los profesionales del trabajo social tienen la capacidad de emitir informes sociales —para lo cual deberán estar colegiados— y podrán remitirlos a otros profesionales para las intervenciones que sean pertinentes. Por el tipo de formación y cualificación, los integradores sociales no están capacitados para emitir dichos informes.
Diferencia en la formación
Para ser integrador social es necesario realizar un ciclo superior de Integración Social. Se trata de una titulación homologada por el Ministerio de Educación y, por lo tanto, oficial. Este ciclo superior consta de dos cursos de duración y te prepara para trabajar como técnico.
Sin embargo, para ser trabajador social hay que cursar el Grado en Trabajo Social después de haber superado el bachillerato. Mediante esta formación se adquieren las competencias necesarias para desempeñar un trabajo con población en riesgo de vulnerabilidad.
Ambas profesiones tienen en común el objetivo de promover una mejora social, a nivel colectivo, familiar e individual. Esta labor facilita el acceso de todas las personas, sin distinción de clase, raza o género, a los recursos y servicios.
Diferencias en las funciones
El integrador social es un agente educativo que interviene en la sociedad con el fin de mejorar la convivencia. Por otro lado, el trabajador social centra sus acciones en tareas de carácter burocrático, gerenciales y de control respecto a los servicios sociales.
Funciones del integrador social
Entre las principales funciones de un integrador social destacan las siguientes:
- Intervención directa a través de programas dirigidos a colectivos en riesgo de exclusión social —como inmigrantes, personas con diversidad funcional o víctimas de violencia de género— con el objetivo de fomentar determinadas cuestiones como la autonomía personal o la incorporación al mercado laboral.
- Realización de actividades concretas, como por ejemplo talleres grupales o charlas para prevenir la violencia de género o dirigidas a la integración y aprendizaje del idioma para alumnado extranjero.
- Mediación entre colectivos a través de técnicas de resolución de conflictos y participación activa.
Funciones del trabajador social
Por otro lado, el trabajador social se ocupa de desempeñar las siguientes funciones:
- Diseñar, planificar y llevar a cabo proyectos de intervención, o bien dirigidos a un colectivo (drogodependientes, mayores o reclusos) o a un problema social, como por ejemplo, fomentar la escolarización en los barrios más desfavorecidos.
- Realizar el diagnóstico social de aquellas situaciones de riesgo en las que se quiera intervenir.
- Trabajar en el ámbito preventivo para evitar las situaciones de exclusión.
- Mediación: es un área emergente todavía pero surge como alternativa a procesos judiciales largos y costosos, principalmente, para dar respuesta a conflictos en el ámbito familiar.
- Evaluación: supone el paso más importante de toda la intervención, ya que permite detectar errores y proponer nuevos objetivos y metodologías para mejorar la intervención.
- Gerencia: en la mayoría de áreas el trabajador social cumple la función de dirigir y coordinar tanto planes, programas y proyectos como al personal adjunto.
Diferencias en las salidas profesionales
Al igual que los trabajadores sociales, los integradores sociales pueden trabajar en los diferentes sectores que abarca el sistema público y privado de los servicios sociales, ejerciendo, por ejemplo, de:
- Técnico en programas de prevención e inserción social.
- Integrador educativo.
- Integrador ocupacional y laboral.
- Monitor de personas con diversidad funcional, tanto en centros residenciales como rehabilitadores.
- Mediador vecinal o educativo.
En cuanto a los trabajadores sociales las principales áreas de trabajo son:
- Servicios sociales comunitarios o juntas de distrito, la denominación varía en función de la comunidad autónoma.
- Gerente en residencias de personas mayores.
- Coordinador de ayuda a domicilio.
- Unidades de trabajo social en centros de salud y hospitales.
- Centros municipales de información a la mujer o puntos violeta.
Ambas profesiones son perfiles indispensables a la hora de trabajar en la mitigación de las desigualdades. El trabajo conjunto de ambos supone un gran beneficio para la intervención, ya que quedan cubiertas las acciones directas con los usuarios y también la parte gerencial y burocrática.