UNIR Revista
Educar para la igualdad aporta beneficios tanto a nivel individual como social, ya que contribuye a desarrollar el respeto, la tolerancia, el diálogo y la resolución de conflictos.
La educación para la igualdad es el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En él se contempla “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. Dentro del mismo se incluye el acceso igualitario de hombres y mujeres a una formación de calidad, pero también garantizar la educación a personas vulnerables, como niños en situación de exclusión social, personas con alguna discapacidad o pueblos indígenas.
Es una cuestión fundamental en el plano educativo para evitar que se produzcan situaciones de discriminación o inequidad por razón de sexo, cultura o condición social. Para que exista una práctica de educación en igualdad han de existir los siguientes aspectos:
- El alumnado, profesorado y, en general, el propio modelo educativo o currículo escolar, debe ser parte en su conjunto de la educación en igualdad.
- Se requiere la inclusión de la educación en valores como la tolerancia, la igualdad, el diálogo y la resolución práctica de conflictos, poniendo el foco también en otros espacios y agentes sociales sobre los que se ha de actuar más allá del centro de enseñanza.
- El objetivo principal está orientado a transformar las relaciones entre hombres y mujeres.
- Educar con una base clara en afrontar los conflictos de forma pacífica y dialogante.
La educación para la igualdad se debe implementar por parte de diferentes actores sociales, tales como gobiernos, instituciones, escuelas o centros de estudio, clubes deportivos, docentes, padres, familiares o alumnos.
Tipos de educación para la igualdad
El enfoque igualitario debe estar presente en diferentes ámbitos para asegurar que todos los alumnos reciben el mismo trato y se alcanza una justicia distributiva. El fin último sería que el conjunto de los estudiantes tengan acceso a las mismas oportunidades. En este caso, los ámbitos de la educación para la igualdad se clasifican así:
- Educación en igualdad de género. Se trata de educar e incorporar al currículo educativo valores centrados en el respeto, diálogo y tolerancia, para preservar la convivencia entre personas de diferente género.
- Educación en igualdad de oportunidades. Promover opciones de todo tipo de formación para todos los niños, dándoles así opciones de elegir.
- Educación en igualdad de condiciones. Adaptar el sistema educativo garantizando que estos sean adecuados y se adapten a cualquier necesidad del alumnado.
- Educación en igualdad social. La educación para la igualdad debe evitar que la situación socioeconómica del estudiante influya en su progreso educativo.
Beneficios de la educación para la igualdad
Las ventajas de promover la educación para la igualdad se ven representadas principalmente en los niños y niñas que la reciben, al crecer libres de prejuicios. Además, se recogen más beneficios:
- Capacidad de alcanzar una sociedad más justa.
- Educar para la igualdad permite que el acceso a la educación esté disponible para todos, de modo que así aumenta el número de personas que mejoran su calidad de vida y bienestar.
- Los alumnos logran ser más respetuosos, ejerciendo relaciones más sanas basadas en el respeto mutuo y la responsabilidad.
- Garantiza las mismas oportunidades y derechos a cualquier persona, sin importar su situación y dando cobertura a sus necesidades.
- Promueve actitudes críticas, a través de las cuales los alumnos reaccionan ante cualquier mensaje discriminatorio contra otro igual.
Estos beneficios justifican la importancia de la implementación de la educación para la igualdad, ya que sus consecuencias no solo se ven reflejadas en los alumnos sino también en la sociedad, haciéndola más justa.
El papel del educador social para la igualdad
El área de acción del educador social en el ámbito de la educación para la igualdad es fundamental para evitar situaciones discriminatorias en las aulas. Este profesional promoverá entre los alumnos actitudes basadas en el respeto, la tolerancia y la igualdad.
No obstante, actualmente la figura del educador social en centros educativos solo es obligatoria en Extremadura, Castilla La Mancha, Andalucía, Islas Baleares e Islas Canarias. En agosto de 2022 el Govern de Cataluña aprobó también la incorporación de educadores sociales en centros educativos, aunque de manera temporal.
Los resultados positivos de su intervención hace que cada vez se sumen más voces a la exigencia de los propios educadores de incorporarlos a todos los niveles educativos en todas las comunidades.
El papel del educador social para la igualdad va más allá del ámbito escolar. Su papel también es relevante en otras áreas de su competencia (pisos de adolescentes tutelados, centros de menores, residencias para personas con discapacidad…). Independientemente del lugar de trabajo, este especialista deberá velar porque no se produzcan situaciones discriminatorias por cuestión de sexo y, en caso de ser así, gestionarlas de forma adecuada. A su vez, ofrecerá las herramientas adecuadas para aprender a resolver los conflictos de manera pacífica, manteniendo siempre el respeto hacia los demás.
Para llevar a cabo buenas prácticas de la educación para la igualdad es necesario contar con la formación adecuada, como la que ofrece el Grado en Educación Social online de UNIR.