UNIR Revista
Promocionar la igualdad en la educación, identificando las barreras que impiden que las personas puedan acceder a ella, es una de las labores esenciales del trabajador social.
A pesar de que la educación es un derecho fundamental de todo ser humano, la desigualdad educativa continúa siendo un problema en muchas partes del mundo. No todos los niños tienen las mismas opciones para acceder a una enseñanza de calidad y en ello influyen factores como los niveles de renta, la etnia, el género, la salud, los estudios de los progenitores o la ubicación geográfica. El papel de los trabajadores sociales es hacer todo lo posible por conseguir igualdad de oportunidades en el acceso a la escolarización.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la desigualdad como el reparto dispar de los ingresos, los activos o el bienestar entre el conjunto de habitantes de un lugar. La desigualdad educativa suele ser reflejo de la falta de equidad económica y social, un problema que se ha agravado con la pandemia, poniendo de manifiesto la magnitud de la brecha digital existente en muchos hogares.
Ejemplos de desigualdad educativa
En ocasiones no es fácil detectar las situaciones de desequilibrio en el ámbito educativo, pero también existen casos claros. Algunos ejemplos de desigualdad educativa pueden encontrarse en:
- Acceso dispar a recursos educativos como libros, materiales didácticos o tecnología.
- Diferencias en la calidad de la educación entre colegios con más recursos que otros.
- Desigualdad en el acceso a la educación superior debido a factores económicos, geográficos y culturales.
- Discriminación por motivos de género, etnia u orientación sexual en el ámbito educativo.
- Desequilibrio en el acceso a programas de educación especial y apoyo para estudiantes con discapacidades o necesidades especiales.
- Brecha digital que dificulta la incorporación a la educación en línea para estudiantes de bajos recursos.
¿Cómo mejorar una situación de desigualdad en educación?
A la hora de abordar el problema de la desigualdad educativa es importante considerar algunas claves que pueden mejorar la situación:
- Políticas educativas inclusivas. Resulta indispensable que desde las instituciones educativas el foco esté puesto en promover la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, ayudando especialmente a aquellos que provienen de familias con bajos ingresos o pertenecientes a grupos que presentan múltiples vulnerabilidades sociales.
- Acceso a los recursos. Los centros educativos deben contar con los materiales que sean precisos para ofrecer una formación de calidad a todo el alumnado y tienen que hacer lo posible para que esos recursos, tanto materiales como humanos, estén al alcance de todos.
- Igualdad de género. Garantizar la paridad de género es indispensable para que el acceso equitativo de todas las personas a la educación sea una realidad. El trabajo para preservar la igualdad de géneros también influye en que los escolares se sientan seguros en el entorno educativo.
- Apoyo emocional. Para prosperar en el aula, los estudiantes también necesitan de un importante respaldo afectivo. Los trabajadores sociales pueden desempeñar un papel muy valioso, proporcionando la asistencia necesaria a los alumnos que experimentan dificultades en la gestión de sus emociones, con el objeto de que puedan concentrarse en su aprendizaje.
El papel del trabajador social ante las desigualdades en educación
La función del trabajador social, como profesional que colabora mano a mano con los orientadores escolares, es la de intervenir con el entorno del menor para que la igualdad de oportunidades sea real para todos.
Así, los trabajadores sociales tienen un papel fundamental en la promoción de la igualdad en la educación, ya que son profesionales capacitados para el apoyo a las personas y comunidades en situaciones de vulnerabilidad que pueden ayudar a superar las barreras existentes en el acceso a la educación. A este respecto, UNIR ofrece el Grado en Trabajo Social online para aquellas personas interesadas en formarse en esta área.
Algunas de las intervenciones que los trabajadores sociales pueden llevar a cabo en pro de la igualación de oportunidades en educación son:
- Poner en marcha programas de apoyo para estudiantes en situación vulnerable en colaboración con la escuela.
- Brindar asesoramiento y apoyo emocional a los estudiantes y a sus familias.
- Colaborar con otros profesionales en el abordaje de las desigualdades educativas.
- Actuar en la promoción de políticas educativas inclusivas y en la defensa de los derechos de los estudiantes que sufren situaciones vulnerables.
- Trabajar directamente con las familias, identificando y resolviendo problemas que pueden impedir que sus hijos acudan a clase. Estos problemas pueden ir desde la falta de recursos financieros con los que asumir los gastos escolares hasta la carencia de transporte para llegar al centro.
- Intervenir con los propios estudiantes, ayudándolos a identificar y superar las barreras educativas que pueden tener que enfrentar, como la carencia de habilidades académicas o la falta de acceso a materiales educativos.
En definitiva, el trabajador social juega un papel esencial en la lucha contra la desigualdad educativa, haciendo todo lo posible por identificar y superar las barreras que impiden a las personas acceder a la educación y desarrollando estrategias que mejoran la calidad educativa.
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