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Los cambios físicos y cognitivos se dan de una manera distinta a medida que una persona envejece, aunque las diferentes fases no están ligadas directamente a la edad ni siguen un patrón uniforme.
La sociedad envejece, y lo hace principalmente a nivel estatal y entre los países más desarrollados. Sin embargo, ser mayor no es una cuestión uniforme, pues se va pasando por diferentes fases que no siempre se relacionan con la edad ni siguen un patrón definido. Identificar las diferentes etapas de la vejez ayuda a los profesionales de la salud a saber qué situaciones se pueden dar en cada una de ellas con el objetivo de aportar el mayor bienestar y calidad de vida posible.
Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2050 la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado, alcanzando los 2.100 millones. Las previsiones apuntan a que los mayores de 80 años se triplicarán, llegando a los 426 millones. Así pues, conocer las características de la vejez y todas sus etapas es información relevante para profesionales del sector como los formados a través del Máster en Intervención Social online de UNIR. Definir las necesidades de la población de personas mayores es crucial para los futuros responsables de centros de atención específica de este segmento de la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está tomando acciones para profundizar en la noción de envejecimiento saludable. Ha designado la década que transcurre desde el 2021 hasta el 2030 como la Década del Envejecimiento Saludable, reflejando su dedicación a promover la salud y el bienestar durante el proceso de envejecimiento.
Las etapas de la vejez según la OMS serían:
- Un período de capacidad relativamente alta y estable.
- Un período de capacidad disminuida.
- Un período de pérdida significativa de la capacidad.
Las trayectorias varían significativamente entre los individuos y pueden verse completamente alteradas por eventos imprevistos.
Etapa 1 de la vejez
No está definida dentro de las etapas de la vejez por la OMS. Podría describirse como una fase previa, denominada como prevejez, donde comienzan a manifestarse indicios que advierten sobre futuros cambios físicos en la vejez.
Aunque cada individuo es único, este periodo suele iniciar tras la jubilación. Marca una nueva rutina para las personas, un entorno que ya no se centra en el trabajo y requiere una reorientación en su estilo de vida diario.
Etapa 2 de la vejez
Lo forman aquellas personas con niveles altos y estables de capacidad físicas y mentales. La salud pública en esta etapa debe buscar y enfocarse en mantener estas capacidades el mayor tiempo posible. Es importante fijarse en los factores de riesgo que podrían empeorar el estado de la persona y controlar a tiempo las enfermedades que puedan desarrollarse.
Envejecimiento y salud son dos conceptos que no son contrarios entre sí; más bien se entrelazan, siendo la promoción de un envejecimiento saludable esencial para asegurar un bienestar integral en las etapas avanzadas de la vida.
Etapa 3 de la vejez
Esta etapa la representa el segmento de la población que padece un deterioro de las capacidades. Se trata de un periodo totalmente diferente al anterior y requiere un enfoque y atenciones especiales.
Durante esta fase, es probable que aparezcan diferentes enfermedades, por lo que los sistemas de salud no se orientarán principalmente hacia la prevención o la curación sino en minimizar los efectos de estas condiciones en la capacidad general de la persona.
Etapa 4 de la vejez
Otra de las etapas de la vejez según la OMS la conforman las personas mayores que presentan pérdidas significativas de la capacidad o pueden tener gran probabilidad de que le suceda.
Dentro de la sanidad el objetivo de los tratamientos a este sector serán los cuidados a largo plazo. Estos cuidados desempeñan un papel fundamental al garantizar que las personas mayores conserven un nivel de capacidad funcional que respete sus derechos fundamentales, libertades esenciales y dignidad humana.
Las características de la vejez
Una vez llegado a esta etapa, en el cuerpo se producen una serie de cambios físicos y cognitivos significativos. Desde una perspectiva biológica, el proceso de envejecimiento se distingue por la acumulación progresiva, a lo largo de toda la existencia, de daños moleculares y celulares. Se presentan situaciones donde hay cuadros clínicos complejos que solo son observados en personas de edad avanzada, así como una serie de tendencias generales.
Cambios físicos en la vejez
Se producen una serie de cambios físicos que no tienen que ser igual para todos los individuos:
- La masa muscular tiende a ir disminuyendo, relacionado con el deterioro de la fuerza y la función musculoesquelética.
- La densidad ósea también sufre una disminución. Dependiendo del avance de este proceso puede incrementar la posibilidad de la persona de sufrir una fractura. Es uno de los cambios físicos en la vejez que también debe ser vigilado porque puede derivar en una discapacidad que empeoraría considerablemente el bienestar de la persona.
- El cartílago articular que se presenta en las articulaciones experimenta notables transformaciones que incrementan la susceptibilidad de los tejidos.
- Empeoramiento de los sentidos, especialmente la vista y el oído.
Cambios cognitivos en la vejez
También se presentan una serie de cambios cognitivos en la vejez. A medida que avanzamos en edad se producen una serie de transformaciones en la capacidad mental.
Los cambios más comunes que se observan es el fallo de la memoria, así como una disminución en la velocidad de procesamiento de la información. Muchas de las personas mayores también observan dificultades para mantenerse centradas en varias tareas a la vez.
La OMS en el Informe Mundial sobre el envejecimiento y la salud (2015) afirma que varios factores influyen en el deterioro cognitivo como la situación socioeconómica, la presencia de enfermedades crónicas, el uso de medicamentos y el estilo de vida. Estudiar estas condiciones puede ayudar a realizar intervenciones en la sanidad y en las personas a lo largo de su vida para evitar un cambio cognitivo en la vejez significativo.
Con todo, es relevante que se promueva la actividad intelectual mediante la psicopedagogía en la tercera edad y también destacar la relevancia de la terapia a través de la psicología geriátrica. Ambas son herramientas efectivas que pueden frenar los cambios cognitivos en la vejez y mejorar el bienestar de las personas que se encuentran en esta fase de la vida.
Sin duda, se experimentan una serie de cambios distintivos en la vejez, siendo esta fase vital objeto de análisis en el Máster en Gerontología online y el Máster en Gestión Sociosanitaria online, ambos de UNIR y enfocados en la dimensión social y sanitaria.