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La evaluación de proyectos sociales es una herramienta utilizada en Educación Social con el objetivo de alcanzar la transformación social y la erradicación de problemas sociales.
La Educación Social es una disciplina que, mediante sus acciones mediadoras y formativas, trabaja en la promoción cultural y social de la población, dando la posibilidad de ampliar sus perspectivas educativas, laborales, de ocio y fomentando la participación social. Además, facilita la integración social de sujetos o colectivos de gran vulnerabilidad o en situación de exclusión. Para alcanzar estos objetivos, se emplean herramientas como la evaluación de proyectos sociales, que permiten tomar decisiones fundamentadas en la valoración de los resultados obtenidos, así como en la eficacia, la eficiencia, la gestión y el cumplimiento de los objetivos planteados.
El proyecto social hace referencia a la asignación de recursos, ya sean materiales, humanos o financieros que, a través de un conjunto integrado de procesos y actividades, persigue el objetivo de transformar una parte de la realidad con el fin de solucionar uno o más problemas sociales. Estos se establecen con una caracterización y localización planificada previamente y acotada en el tiempo.
La evaluación de un proyecto social es una cuestión clave. Este proceso permite tomar decisiones a través de la observación de sus resultados (cuantitativos o cualitativos) en función de la metodología empleada. La evaluación varía según el momento del proyecto en el que se realice: antes, durante o después del trabajo de campo, lo que permite reorientar la operación y adecuar el diseño.
Pasos para la evaluación de proyectos sociales y educativos
La evaluación es una herramienta sistemática y objetiva que, teniendo como base unos criterios a través de unas técnicas, se ocupa de medir, analizar y valorar los diseños, procesos y resultados. El fin de este proceso es la toma de decisiones fundamentadas, mejorar la gestión y cumplir los objetivos planificados previamente en la intervención, determinando su grado de realización, eficiencia, eficacia y viabilidad. Para llevar a cabo la evaluación de un proyecto social y educativo, se deben seguir los siguientes pasos:
Decisión de evaluar
En primer lugar, se establecen los proyectos o temas que se van a evaluar y se llega a un acuerdo económico sobre esta fase entre las partes interesadas.
Términos de referencia
Determinar el objetivo de la evaluación, el ámbito de aplicación y el momento del proyecto en el que se llevará a cabo: antes, durante o después del trabajo de campo.
Contratación del equipo evaluador
La evaluación debe de ser objetiva para resultar útil y eficaz. Por esta razón, se recomienda que no sean miembros del equipo los que lleven a cabo esta fase del proyecto, sino personas ajenas a la intervención para garantizar la objetividad.
Planificación
Al igual que el resto del proyecto, la evaluación también debe tener su propia planificación donde se revise la documentación necesaria, como puede ser el diagnóstico social, qué tarea realiza cada miembro del equipo y cuál será su duración en el tiempo.
Llevar a cabo la evaluación
Durante esta fase se recogen los datos que han recabado en la elaboración del proyecto (diagnóstico social, antecedentes, objetivos generales y específicos, actividades planteadas…) se estructuran, se analizan y se presentan las conclusiones de todo el equipo evaluador,
Preparar el informe
El equipo evaluador redacta una versión conjunta del informe preliminar con los datos y conclusiones recabadas.
Fase final
Distribuir el informe redactado para recibir comentarios y añadirlos, realizar la versión definitiva de este y, posteriormente, comunicarlo y distribuirlo.
Al estudiar el Grado en Educación Social, los estudiantes adquieren las habilidades necesarias para diseñar y llevar a cabo evaluaciones rigurosas, asegurando que los programas y proyectos sociales sean efectivos y se ajusten a las necesidades de la población atendida. La formación en este grado prepara a los educadores sociales para planificar, implementar y mejorar constantemente las intervenciones, contribuyendo al bienestar y desarrollo de las personas y comunidades en situaciones vulnerables.