UNIR Revista
Las tareas de los educadores sociales en los centros de personas con discapacidad son fomentar la autonomía, su inclusión a nivel social, laboral y de ocio, y sensibilizar al resto de la sociedad.
La diversidad funcional es uno de los ámbitos de actuación de los educadores sociales. Esta puede abordarse desde diferentes contextos, como centros especiales de empleo, pisos tutelados o centros de personas con discapacidad. Las funciones de un educador social en centros de discapacitados dependerán del tipo de servicio y discapacidad del usuario.
Los centros de atención a personas con diversidad funcional pueden clasificarse en función del tipo de discapacidad (física, intelectual o sensorial), el régimen del servicio (de día, interno, eventual…), así como según se trate de parálisis cerebral, síndrome de Down, sordera, ceguera, etc. Este tipo de espacios pueden ser de titularidad privada o pública, tanto de ámbito municipal como autonómico o estatal. En ellos trabajan equipos multidisciplinares en los que los educadores sociales juegan un papel fundamental.
Las funciones de los educadores sociales en un centro de personas con discapacidad dependen del tipo de institución y usuario ya que, para que su trabajo sea efectivo, es primordial que la atención sea lo más individualizada posible. Aún así, sus funciones se pueden agrupar en dos grandes ámbitos:
Con el sujeto y el grupo
Las tareas de los educadores sociales van orientadas a conseguir la autonomía del usuario y, a su vez, su integración a nivel social, laboral y de ocio. Por eso, se realizan actividades tanto a nivel individual como grupal, por lo que los educadores sociales deben elaborar un proyecto educativo en colaboración con otros profesionales del centro —como trabajadores sociales o psicólogos—, así como un Plan Individualizado de Vida Independiente. La actuación de los educadores sociales va encaminada a:
- Fomentar la autonomía personal.
- Impulsar la relación con otros usuarios.
- Participar en actividades culturales, deportivas y de ocio.
- Desarrollar sus capacidades.
- Mejorar su calidad de vida.
Con el entorno del sujeto
La integración y normalización de las personas con alguna discapacidad también requiere de la sensibilización y formación del resto de la sociedad. En este sentido, el educador social se ocupará de la formación e intervención con las familias y allegados de los usuarios, así como con su entorno social, educativo o laboral, de darse el caso.
Programas y actividades que pueden realizar los educadores sociales en centros de personas con discapacidad
Dentro de un centro de personas con diversidad funcional, los educadores sociales tendrán un contacto directo con los usuarios en diferentes ámbitos. Entre los programas y actividades concretas que pueden realizar señalar:
- Talleres de memoria.
- Talleres de autonomía personal.
- Talleres de psicomotricidad.
- Talleres de comunicación.
- Talleres de juegos populares.
- Actividades para promover hábitos saludables.
- Visitas culturales y actividades de inclusión social (museos, cines, teatros…) En las que, a su vez, se hace un trabajo de sensibilización de la sociedad al evidenciar las dificultades que, muchas veces, se presentan para el colectivo por la falta de accesibilidad.
- Jornadas de convivencia.
- Organización de períodos vacacionales.
- Programas de inclusión laboral.
- Actividades de búsqueda activa de empleo.
Formación especializada para educadores sociales
Los educadores sociales cumplen un papel fundamental en el respeto hacia las personas con discapacidad, con sus diferencias, trabajando por su integración en la sociedad a través de una óptica pedagógica. Para ello, es importante que el profesional cuente con una serie de habilidades —entre las que destacan la empatía, la escucha activa, la creatividad, la adaptación a diferentes entornos y tipos de usuarios, la planificación, etc.—, además de con una titulación universitaria.
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