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Este acuerdo tiene como principal fin aumentar los recursos dirigidos a acción humanitaria. Forman parte del mismo 25 Estados, 24 ONG, 12 agencias de la ONU, la Cruz Roja y dos organizaciones intergubernamentales.
El Grand Bargain es el acuerdo alcanzado en 2016 entre una treintena de los principales donantes y organizaciones humanitarias con el compromiso de aumentar los recursos dirigidos a acción humanitaria. El objetivo del acuerdo es el de reducir los costes y mejorar la eficiencia para que la ayuda dirigida a proteger a aquellos en situación más vulnerable sea más eficiente.
Ban Ki-Moon, el Secretario General de Naciones Unidas en ese momento, convocó en mayo de 2016 la primera Cumbre Mundial Humanitaria de la historia de la ONU para abordar la situación de crisis humanitaria que vivían, entonces, 250 millones de personas en el mundo. En el momento en que se celebró esta cumbre, la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) cifraba en 19.800 millones de dólares las necesidades de financiación para cubrir en ese momento las acciones a desplegar en las zonas más críticas, con un déficit de financiación del 45 % respecto al dinero donado.
Esta cumbre se celebró con el objetivo de fijar los grandes retos del sistema humanitario internacional y para establecer mecanismos de acción eficientes, eficaces y adaptados a dichos retos, todo ello orientado a reducir la pérdida de vidas y el sufrimiento de las personas afectadas por las distintas crisis que asolaban a la población en Asia, Indonesia, África y América, principalmente, debido a desastres naturales como terremotos e inundaciones o situaciones de conflicto. En esta cumbre participaron alrededor de 9.000 personas de 173 países, con la presencia de 55 jefes de Estado, representantes del sector privado, ONGs y ciudadanos civiles.
Este Gran Pacto implica cambios en las prácticas de trabajo de los donantes y de las organizaciones humanitarias que reciben los recursos para su implementación, que abarcan desde la reducción de subvenciones con asignación específica o el incremento de la financiación plurianual, hasta el refuerzo de la transparencia o la reducción de los costes de gestión.
Además, los firmantes del Gran Pacto se comprometieron a:
- Ampliar la programación de operaciones en efectivo.
- Fortalecer el nexo entre las actividades humanitarias y de desarrollo.
- Promover una mayor participación de las personas afectadas en la adopción de decisiones.
- Brindar más apoyo a los agentes de intervención nacionales y locales.
Entre los donantes parte del pacto están países como Australia, Canadá, Dinamarca, Alemania, Japón, Noruega, Reino Unido o Estados Unidos; y entre los organismos de ayuda humanitaria se encuentran el Banco Mundial, FAO, PNUD, ACNUR, UNICEF o la OMS, entre otros. La Unión Europea, por su parte, se comprometió a reforzar la prevención y la preparación, mejorar la respuesta internacional y contribuir a buscar soluciones que sirvan de apoyo al sistema humanitario.
El acuerdo firmado en 2016 marcaba un horizonte de trabajo hasta 2020. En 2021, los signatarios elaboraron un marco y anexos para reformular el objetivo general de lograr un mayor impacto de las acciones humanitarias a través de eficiencia, eficacia y una mayor rendición de cuentas.
Actualmente, se abordan cinco líneas de trabajo para implementar los compromisos:
- Mayor transparencia.
- Más herramientas de apoyo y financiación para los equipos de respuesta local y nacional.
- Mejorar las evaluaciones de necesidades conjuntas e imparciales.
- Participación de las personas que reciben ayuda en la toma de decisiones que afectan a su vida.
- Armonizar y simplificar los requisitos para presentar informes.
En la actualidad, el Gran Pacto incluye 65 firmantes: 25 Estados, 24 ONG, 12 agencias de la ONU, la Cruz Roja / Media Luna Roja y dos organizaciones intergubernamentales.
Conocer y comprender las realidades sociales y cómo abordar situaciones complejas como son las situaciones de emergencia humanitaria requiere de profesionales capacitados y con herramientas para gestionar y dirigir proyectos que puedan generar un impacto en la calidad de vida de las personas.
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