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Las conclusiones que un investigador social obtenga en su trabajo pueden ser utilizadas para introducir cambios en las políticas sociales o para constatar la eficacia de las existentes.
Los investigadores sociales reúnen información y la analizan para comprobar cuáles son las reacciones y actitudes ante diferentes temas, pues el objetivo de la investigación social es estudiar los comportamientos de la sociedad para así obtener una serie de conclusiones que ayuden a formular ciertas estrategias en el ámbito de la política social.
El trabajo de estos profesionales permite, entre otras cosas, detectar qué servicio es necesario implementar en la comunidad en la que se ha llevado a cabo el proyecto o qué medidas deben ponerse en marcha en materia de igualdad, educación, salud, racismo, homofobia…
Los investigadores sociales abordan el estudio de la realidad social y el comportamiento de los individuos que integran la sociedad, tanto en el presente, como en el pasado y el futuro. El objeto de la investigación puede ser únicamente la descripción de lo que sucede en cierto ámbito, puede buscar las causas o el origen de eso que está sucediendo, o ir más allá y calcular las consecuencias que tendrá. Para ello, pueden utilizar diferentes métodos:
Métodos cualitativos
Aquellos que recurren a la comunicación directa con los miembros de la comunidad a estudiar, como los grupos focales, las entrevistas personales o la investigación etnográfica. Sus conclusiones son menos genéricas y mucho más precisas porque se centran en un menor número de personas.
Métodos cuantitativos
Tienen su base en la estadística, empleando las técnicas de análisis de esta para evaluar la información obtenida a través de sondeos o encuestas.
El resultado de la investigación permite:
Dar respuesta a las necesidades que se hayan identificado
Por ejemplo, construir un centro de día de atención a personas mayores en un barrio envejecido.
Plantear soluciones a problemas detectados
Por ejemplo, poner en marcha una campaña de información sobre el bullying.
Adaptar servicios a la situación real
Por ejemplo, modificar el recorrido de una ruta de transporte público.
Crear productos que el mercado demande
Por ejemplo, lanzar una línea de cosmética masculina.
En cualquier caso, el investigador profundiza en el comportamiento de las personas y lo explica. Es importante fijar el objeto de estudio, concretando al máximo, pues va a ser el centro de todo el proceso. Los objetivos son diferentes, se trata de las metas a las que se quiere llegar. El objeto es uno y los objetivos, varios.
¿Qué hace un investigador social? ¿Cuáles son sus tareas concretas?
Las universidades, los centros de estudios independientes, las agencias de estudios de mercado o, incluso, los gobiernos y administraciones requieren del trabajo de los investigadores sociales. Entre sus funciones encontramos:
- El diseño del proyecto de investigación en el que debe establecerse el objeto de estudio, la metodología empleada y los objetivos que se persiguen.
- Seleccionar a los miembros del equipo que participen en el trabajo, prestando especial atención a los perfiles que requiere el proyecto.
- Recopilación de documentación previa relacionada con la investigación.
- Elaboración de los elementos de los que se valdrá para la recolección de datos, como entrevistas y cuestionarios.
- La gestión y supervisión de las diferentes etapas del proceso.
- La realización del trabajo de campo, a través de la recogida de datos.
- Presentar las conclusiones obtenidas en un informe que deberá incluir también las recomendaciones basadas en la información recabada.
- Prestar asesoramiento sobre posibles estrategias.
El perfil del investigador social y su formación
Todo investigador debe reunir una serie de habilidades básicas para poder desarrollar su carrera en este ámbito laboral:
- Capacidad comunicativa, pues su trabajo se basa en la recolección de datos y para ello tendrá que recurrir al contacto directo con otras personas.
- Mentalidad abierta y una gran capacidad para el análisis, aplicado siempre desde el rigor más absoluto.
- Objetividad y neutralidad, ya que aunque el comportamiento humano que se estudie sea subjetivo, la investigación no puede serlo o sus conclusiones dejarían de ser válidas.
- Observación, porque es la clave para que el investigador pueda establecer una relación concreta con el hecho social o los individuos, de los que obtendrá la información que busca.
- Dominio de los diferentes métodos de investigación y de técnicas y herramientas estadísticas.
- Conocimientos TIC porque los investigadores las han incorporado no solo como herramientas de apoyo durante el diseño, la recogida de datos, su procesamiento y análisis, sino también a la hora de divulgar los resultados.
- Organización, planificación y coordinación.
- Saber trabajar en equipo, con plazos fijados y en ocasiones, bajo presión.
- Disposición para viajar.
En cuanto a la formación académica, los investigadores sociales provienen de la rama social (suelen cursar el Grado en Trabajo Social o en Educación Social) o de la rama humanística (Grado en Humanidades, Grado en Filosofía, Política y Economía).
Una mayor especialización viene de la mano de formaciones como el Grado en Psicología, el Máster en Cooperación Internacional o el Máster en Humanidades Digitales.
Dependiendo de la envergadura del proyecto o del organismo para el que trabajen, los investigadores pueden gestionar la totalidad o parte del estudio. Eso sí, siguiendo siempre un plan de acción estructurado en el que no haya cabida para la improvisación.