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La justicia social hace referencia a la igualdad de oportunidades. Está integrada en el código deontológico del educador social, el cual garantiza que esté presente en todas sus intervenciones.
Los educadores sociales se rigen por un código deontológico al desempeñar sus funciones, permitiéndoles actuar de forma ética, profesional y responsable. Dentro de estos principios éticos y deontológicos se incluye la justicia social.
El 20 de febrero es el Día Mundial de la Justicia Social, el cual existe gracias a la Asamblea General de Naciones Unidas para concienciar de su importancia. Su consecución es imprescindible para el mantenimiento de la paz, la seguridad y el desarrollo social de las naciones y, en concreto, permite que “las sociedades y las economías funcionen mejor”.
Hablar de la importancia de la justicia social significa garantizar los derechos humanos. La justicia social es una herramienta clave para luchar contra las inequidades, centradas en tres puntos clave: territorios en conflicto, la pobreza y la discriminación de cualquier tipo.
Para ser educador social es necesario contar con el Grado en Educación Social, pero también es muy importante tener habilidades afines a la profesión (empatía, compromiso ético, trabajo en equipo, etc.) y una clara vocación.
¿Qué es la justicia social?
La justicia social es un término que hace referencia a la igualdad de oportunidades. Se basa en la equidad, es decir, en garantizar que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial, reduciendo las dificultades a las que se enfrentan y facilitando el acceso a derechos fundamentales.
La justicia social también está enfocada en conseguir una sociedad en paz y permitir que todas las personas alcancen un nivel de vida digno. La definición de justicia social permite conocer a su vez que el concepto está relacionado con desigualdades de todo tipo (de género, económicas, sociales, educativas…) y con la lucha por reducir o eliminar la brecha entre la población más rica, o con acceso a más recursos, y la más pobre.
La justicia social busca repartir de forma justa la riqueza, avanzar como sociedad buscando un futuro mejor para todas las personas, promover trabajos decentes y, en definitiva, lograr un óptimo nivel de bienestar social.
En el ámbito laboral, los profesionales deben tener muy presente este concepto, puesto que forma parte del Código Deontológico del Educador Social (aprobado en 2007 por la Asamblea Estatal de Educación Social (ASEDES), actual Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales (CGCEES)), el cual les permite garantizar el acceso universal a los servicios sociales, educativos y culturales durante sus intervenciones socioeducativas, pues tiene como objetivo guiar a los educadores sociales en su trabajo de integración social, educativa y cultural.
Los educadores sociales plasman su desempeño a través de recursos como el diseño de proyectos sociales. Esta herramienta permite materializar las acciones de estos especialistas y resolver con ellos el problema social que se presenta. Se ha de tener claro que al desarrollar un proyecto social se debe velar por que se cumpla el código deontológico de la profesión y asegurar así que el proyecto cumple sus metas.
Ejemplos de justicia social
Algunos ejemplos de justicia social se pueden encontrar en ámbitos donde existen desigualdades o inequidades relacionadas con el trabajo, el género, la salud, etc.:
- Acciones destinadas a lograr la equidad en salud, componente fundamental de la justicia social. Estos programas tienen como objetivo asegurar el acceso equitativo de todas las personas a los servicios de salud.
- Comercio Justo. Es un movimiento internacional orientado a reducir las injusticias sociales en los procesos comerciales. Para ello se asegura: un pago justo y salarios dignos, condiciones laborales adecuadas y seguras, libertad sindical y protección del medio ambiente, entre otros derechos.
- Becas para refugiados de ACNUR. Ofrecen financiación a estudiantes refugiados para que accedan a una educación superior de calidad y puedan integrarse en el sistema educativo y en el mercado laboral del país de acogida.
Todos estos ejemplos de justicia social tienen como propósito disminuir o erradicar las injusticias o desigualdades que se presentan en diferentes ámbitos como el laboral, el sanitario o el relacionado con conflictos y la condición de refugiados.
El papel de la Educación en la justicia social
La Educación y la justicia social están estrechamente relacionadas, ya que el aprendizaje de la justicia social permite la familiarización con el término y, con él, despertar actitudes que promuevan la justicia y la igualdad a todos los niveles.
En este sentido, educar en justicia social es fundamental para concienciar a las personas y fomentar el desarrollo de sociedades más equitativas. La enseñanza basada en el respeto y el cumplimiento de la justicia social permite que se adquieran actitudes basadas en la empatía y el respeto entre iguales.
Tal y como establece Unicef, la justicia social es un “tema que es necesario introducir desde educación infantil” para alcanzar las actitudes, conocimientos y competencias necesarios para poder desarrollar la justicia social en etapas posteriores.
Estado de la justicia social en España
La justicia social se ha establecido como una de las prioridades en el marco legislativo y social de la UE, prueba de ello son las propuestas de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, destinadas a fomentar la justicia social y lograr con su cumplimiento una economía europea “más fuerte y, a la vez, más justa y solidaria”.
Esto refleja el valor que da España a la implementación de medidas que contribuyan al desarrollo de sociedades más justas, basadas en la equidad, la igualdad de oportunidades y el respeto y preservación de los derechos humanos.
En cuanto a la situación de la justicia social en España, según los datos publicados por el INE sobre condiciones de vida, se evidencian signos de mejoría en índices de desigualdad y exclusión social y pobreza. Se ha reducido la desigualdad de ingresos entre la población (-3 %), la tasa de pobreza (-6 %) y exclusión social (-6,5 %).
Aún así, los datos muestran que siguen existiendo inequidades en la sociedad española y que se debe trabajar por implantar programas que promuevan la justicia social para minimizar las consecuencias de estas situaciones desfavorables y conseguir una sociedad más justa, con mayor bienestar social y con capacidad para acceder a todos los derechos fundamentales.