UNIR Revista
El mediador familiar se posiciona como una alternativa a la vía judicial en casos de conflictos familiares para llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
Las separaciones familiares, la custodia de los hijos o las herencias son procesos que pueden acabar en los juzgados si no hay acuerdo entre las partes. Como alternativa a ello está el mediador familiar.
La mediación consiste en una vía de resolución de conflictos o controversias —ya sean de índole civil, mercantil, laboral, contencioso-administrativo o familiar— entre dos o más partes con el fin de alcanzar un acuerdo por sí mismas a través de una figura que propone soluciones flexibles. A diferencia de un juez nunca se ocupa de la toma decisiones, sino que solo actúa como guía.
La mediación familiar es un método alternativo de resolución de conflictos de casos asociados al derecho de familia para evitar llegar a la instancia judicial. El profesional de la mediación familiar actuará en procesos de separaciones o divorcios, tratará cuestiones como el uso de la vivienda, el reparto de bienes y deudas, así como la custodia o manutención de hijos.
¿Qué estudiar para ser mediador familiar?
Según el artículo 11 de la Ley de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles (antes mencionada), el mediador debe estar en posesión de un título oficial universitario o de formación profesional superior y contar con formación específica en este ámbito, impartido por instituciones debidamente acreditadas.
Por lo tanto, el mediador o mediadora familiar es una figura que ha finalizado alguna de las titulaciones relacionadas con el área, como el Grado en Trabajo Social, el Grado en Educación Social o el Grado en Derecho, o que ha realizado un máster específico con el que especializarse en este ámbito, como el Máster en Mediación de UNIR.
Además de la formación académica, el mediador familiar debe poseer algunas cualidades específicas para llevar a cabo su trabajo con éxito como mantener siempre la confidencialidad de las intervenciones, respetar a las personas, ser siempre imparcial y no juzgar a ninguna de las partes implicadas en el conflicto.
Mediación familiar: objetivo principal y trayectoria en España
El objetivo principal de la mediación familiar es conseguir acuerdos más duraderos, igualitarios y menos problemáticos para el futuro de las personas y, sobre todo, para los menores implicados.
La figura del mediador en España tiene una trayectoria reciente. No es hasta el año 2012 cuando se consolida la primera norma jurídica reguladora de este ámbito: la Ley 5/2012, de 6 de julio, de Mediación en Asuntos Civiles y Mercantiles aunque, anteriormente, existía una Directiva 2008/52/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de mayo de 2008 sobre aspectos de la mediación en asuntos civiles y mercantiles.
Funciones del mediador familiar
Entre las funciones del mediador familiar, a diferencia de los procesos judiciales, nunca estará la de tomar una decisión para resolver el conflicto, ya que se trata de una iniciativa que quedará en manos de las partes implicadas. Durante su intervención el profesional de la mediación familiar sí tendrá que llevar a cabo las siguientes funciones:
Establece el marco de la intervención
Convoca a ambas partes para negociar, les informa sobre el proceso de mediación, el tiempo, los temas a tratar, la confidencialidad, sus derechos, el carácter voluntario de su participación, así como las ventajas de esta vía frente al proceso judicial contencioso.
Recoge y ordena la información
El profesional recaba la información pertinente sobre los miembros implicados y los temas que han llevado a optar por esta alternativa, los ordena y distingue los no conciliables para tratar los malentendidos.
Desarrolla las opciones posibles
Mediante una comunicación ordenada y respetuosa de las partes, el mediador familiar les alienta a proponer ideas y opciones frente al conflicto, examinando las posibles consecuencias.
Reafirma el acuerdo
En esta última parte del proceso, el profesional se encarga de clarificar el acuerdo, manifestarlo por escrito y poner en común de qué manera lo llevarán a cabo las partes.
Durante el proceso, el mediador familiar asume diferentes roles y funciones: orientador del proceso, facilitador de la comunicación y del análisis de la situación. No juzga, no busca culpables e inocentes, ni puede decidir quién lleva razón o no.