UNIR Revista
El mediador social es un profesional con habilidades comunicativas que se encarga de intermediar entre dos partes contrarias con el objetivo de alcanzar un consenso.
Dentro del ámbito socioeducativo se integra la figura del mediador social. Este profesional se encarga de interceder entre dos partes contrarias, que mantienen un conflicto sobre una cuestión familiar, social, laboral o sanitaria, con el fin de lograr un consenso entre ambas partes.
El mediador social debe adoptar una postura neutral y gestionar el conflicto para satisfacer a los implicados con su solución. Su intervención, a través de reuniones, disminuye la hostilidad y la crispación hallando espacios de entendimiento y diálogo. El mediador también debe asegurar que ambas partes comprenden cuáles son sus intereses para facilitar el acuerdo entre ellas.
Este profesional realiza su trabajo como mediador en base a los siguientes principios: confidencialidad, imparcialidad, neutralidad, voluntariedad y lealtad, buena fe y respeto mutuo.
Así, la mediación social se define como “un medio para crear o restaurar el tejido social mediante la prevención o resolución de conflictos a través de la intervención de un tercero independiente y neutral que garantiza la comunicación entre los socios o partes”, tal y como se recoge en el Seminario de Expertos Europeos de Créteil (2000).
¿Qué hace el mediador social?
Para lograr su objetivo el mediador social debe llevar a cabo una serie de funciones y acciones que se detallan a continuación:
- Fomentar y alcanzar la conciliación entre las partes contrariadas o que mantienen el conflicto.
- Intermediar de manera pacífica, incorporando a su trabajo técnicas que promuevan el diálogo, el consenso, la tolerancia y, al fin y al cabo, se logre el acuerdo.
- Gestionar y trabajar para prevenir posibles controversias.
- Evitar que la situación se afronte de manera violenta por todas o alguna de las dos partes.
- Conocer el contexto y el ámbito en el que desarrolla su trabajo para ser más eficaz.
También se da la posibilidad de que este intermediario se dedique a la docencia, por lo que pueden realizar labores de formación a otros profesionales.
Gracias a estas funciones el mediador social consigue resolver conflictos y sentar las bases para que la cultura de la convivencia prevalezca sobre la violencia, las faltas de respeto y otras prácticas poco éticas.
Proceso de mediación
En el ejercicio de su trabajo, este experto cumple con una serie de etapas que componen el proceso de mediación como acción específica:
- Pre-mediación: el mediador se entrevista con las partes para obtener información sobre el hecho conflictivo.
- Encuentro o mediación: en este punto, ambas partes exponen el motivo del conflicto y lo describen.
- Enfoque o presentación: es el turno del profesional, que explica cómo se va desarrollar el proceso mediador y cuáles van a ser los pasos a seguir.
- Identificación: se esclarece el motivo del problema y los distintos puntos de vista que existen. El mediador se encarga de que todas las partes sean conscientes del conflicto y sea más sencillo llegar a un acuerdo.
- Búsqueda de soluciones: se ponen sobre la mesa los distintos puntos de encuentro.
- Resolución o acuerdo: tras evaluar las propuestas, el mediador explica los pros y los contras de cada una de ellas y dialoga con las partes para que escojan aquella que sea más beneficiosa.
¿Cómo ser mediador social?
El Máster en Mediación y Gestión de Conflictos online de UNIR permite trabajar como mediador tanto en el ámbito público como en el privado. Además, los titulados tendrán la posibilidad de ejercer como mediadores en asuntos de civil y mercantil e inscribirse en el Registro de Mediadores del Ministerio de Justicia.
La Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, establece que para poder ejercer la mediación es necesario contar con formación especializada. De hecho, en España, si solo se cuenta con el Grado en Educación Social no es posible ejercer la mediación como acción específica. A este respecto, no hay que confundir la mediación como acción específica con la acción mediadora inherente a la intervención social.
Habilidades del mediador social
El perfil más recomendado para convertirse en mediador social se compone de las siguientes características:
- Ser una persona conciliadora, calmada, tolerante y con un carácter apaciguado.
- Contar con habilidades comunicativas.
- Poseer una actitud dialogante, que le capacite para gestionar conflictos.
- Habilidad para expresar su opinión o emociones de forma asertiva.
- Actitud positiva y empatía para entender diferentes tipos de realidades.
- Ser paciente, flexible y tener predisposición al diálogo frente a la confrontación.
- Tener templanza, actitud positiva y capacidad para gestionar emociones.