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La movilidad social muestra los cambios de los individuos dentro del sistema de clases. Garantizar su existencia es fundamental para el desarrollo de sociedades más justas.
La movilidad social es un concepto ligado a la igualdad de oportunidades en la sociedad. El papel del trabajador social es fundamental para gestionar estos procesos y lograr los objetivos de la profesión, enfocados a favorecer el avance social.
Los trabajadores sociales desempeñan su labor promoviendo el cambio social y brindando ayuda a los demás. Estos profesionales cuentan con el Grado en Trabajo Social, una titulación que otorga las competencias clave para abordar todo tipo de procesos sociales como, por ejemplo, el de la movilidad social.
Para aquellos egresados que cursaron la diplomatura y que necesitan 60 créditos para obtener el título de grado oficial, existe la posibilidad de realizar el Curso puente de Adaptación al Grado en Trabajo Social.
¿Qué es la movilidad social y por qué es importante?
El término movilidad social hace referencia al desplazamiento de los individuos desde su posición de origen a otra posición diferente en la estructura socioeconómica. Es una cuestión relevante porque con su promoción se consiguen sociedades más justas, eficientes y con una mayor cohesión e integración social:
- El criterio de justicia hace referencia a implementar las normas que sientan las bases para que las personas adquieran los beneficios que se merecen. Por ejemplo, recibir un salario acorde a su nivel de productividad.
- Con sociedades más eficientes se garantiza que la asignación de recursos humanos es la correcta, es decir, que cada persona acceda a las mismas oportunidades y potencie sus habilidades y capacidades.
- La integración y cohesión social asociada a la movilidad social se refiere a la existencia de un mayor intercambio en el posicionamiento socioeconómico de los individuos.
Una sociedad móvil representa la igualdad de oportunidades en materia laboral, educativa y social, independientemente de las características personales y físicas de cada persona. Es decir, la movilidad social favorece la mejora de la posición social del individuo o de un grupo de personas sin que en este cambio influya en las condiciones familiares, la posición socioeconómica de origen ni las características del lugar o territorio donde se criaron.
Para lograr una efectiva movilidad social es primordial dotar a los ciudadanos de herramientas y recursos que faciliten adquirir esta condición. Así, la movilidad social será posible gracias al talento y el esfuerzo del individuo, independientemente de su origen y condiciones personales.
En definitiva, la importancia de la movilidad social se ve justificada por las razones anteriormente expuestas y por los beneficios que aporta a las sociedades móviles, entre los que destacan: la igualdad de oportunidades, el avance y el crecimiento económico de las sociedades.
Tipos de movilidad social
Se diferencian dos tipos de movilidad social:
Movilidad social vertical
La movilidad social vertical se refiere al cambio de una persona o grupo de individuos de un estrato socioeconómico a otro. Este desplazamiento de una clase a otra puede ser ascendente o descendente.
Representan este tipo de movilidad social aquellas personas que acceden a estudios universitarios y provienen de entornos humildes, ejecutando así un ascenso social. Por el contrario, un empresario que se ve obligado a cerrar su compañía por motivos económicos estaría descendiendo de una clase superior a una inferior.
Movilidad social horizontal
Este tipo de movilidad social se refiere al cambio en la posición de un individuo o grupo de personas hacia el interior de un mismo estrato socioeconómico. La movilidad social horizontal no implica una alteración en el estatus social del individuo que ejecuta el cambio.
Un ejemplo sería el de un abogado laboralista que cambia su puesto de trabajo para dedicarse al derecho procesal. Es decir, cambia de trabajo pero mantiene su estatus.
En el ejercicio de las funciones del trabajador social, este debe conocer muy bien la realidad y el contexto que rodea a las personas para las que trabaja. Por eso, es determinante que este especialista sepa diferenciar el tipo de movilidad social en el que está inmerso el paciente o grupo de individuos e intervenir para solventar sus problemas e incrementar su bienestar.
El trabajador social puede optar a puestos en empresas privadas o sin ánimo de lucro, en el sector público e, incluso, apostar por ejercer por su cuenta la profesión desarrollando su propio proyecto de emprendimiento social, lo cual sería un buen ejemplo de movilidad horizontal.
Movilidad intergeneracional e intrageneracional
La movilidad social puede abordarse desde una perspectiva intergeneracional e intrageneracional. La diferencia principal entre ellas es que la primera se refiere al cambio que se produce entre una generación y la siguiente, y la segunda a la modificación socioeconómica que sufren los miembros de una misma generación a lo largo de su vida y que afecta a su trayectoria laboral.
Movilidad social intergeneracional
Concretamente, la movilidad social intergeneracional es la relación que existe entre el nivel socioeconómico de los miembros de una familia que pertenecen a generaciones diferentes. Por ejemplo, entre padres e hijos.
Las claves que definen esta dimensión de movilidad social se basan en varios puntos: ingreso, educación, ocupación, riqueza y movilidad percibida:
- El ingreso es una dimensión sobre la cual se analiza la movilidad social y no se refiere a las ganancias económicas si no a los ingresos laborales, teniendo en cuenta las oportunidades de un individuo en el mercado laboral de acuerdo a sus méritos, capacidades y habilidades.
- La educación es una variable que se enfoca en la asociación entre el nivel educativo de distintas generaciones de una misma familia.
- La ocupación, siendo un criterio que refleja la movilidad social en base a las relaciones laborales y los recursos del mercado controlados. Es decir, tiene en cuenta el trabajo o la actividad que se realiza.
- La riqueza hace referencia al bienestar o recursos económicos disponibles en una misma unidad familiar y cómo eso influye a la movilidad social intergeneracional.
- La movilidad percibida o subjetiva es la percepción que un individuo tiene de su situación actual respecto al hogar de su familia.
Ejemplos de movilidad social
Ahora que ha quedado claro este concepto, qué entraña y por qué es importante, cabe destacar algunos ejemplos de movilidad social:
- España ha vivido varios fenómenos de movilidad social, concretamente una movilidad educacional de clases que ha sido representada por el acceso a la universidad de estudiantes procedentes de distintos estratos socioeconómicos. En este ejemplo de movilidad social se refleja con claridad el avance social que representa este proceso y la existencia de una mayor igualdad de oportunidades.
- La migración interna, es decir los desplazamientos entre provincias españolas, es un ejemplo de movilidad social intergeneracional. Principalmente porque aquellos que se mueven a regiones más ricas encuentran condiciones (de ingreso y ocupacionales) más ventajosas que las que tenían en el lugar de origen, mejorando así su situación socioeconómica en comparación a la de sus padres y familiares.
- Otro ejemplo de movilidad social descendente es el que provocó la crisis económica de 2008. La Gran Recesión de 2008 propició el cambio del estatus socioeconómico de millones de personas en todo el mundo, ya que perdieron su trabajo y eso condujo al impago de deudas e hipotecas y, en definitiva, al empobrecimiento de la población mundial.
La movilidad social mide el nivel de desigualdad existente en las sociedades mundiales. Al respecto, en 2020 el Foro Económico Europeo publicó un listado, que no se ha vuelto a actualizar desde entonces, donde se medía el índice de movilidad social de 82 países. En esta clasificación España ocupa el puesto 28 y la encabezan Dinamarca, Noruega y Finlandia.