UNIR Revista
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio constituyen el marco más general, más centrado y más ampliamente compartido por la comunidad internacional para luchar contra la pobreza.
Con el comienzo del nuevo milenio, en septiembre del año 2000, los 189 países que conformaban las Naciones Unidas firmaron la Declaración del Milenio, un manifiesto con el que se comprometieron a erradicar la pobreza extrema en todas sus formas para el año 2015. Con el fin de contribuir a registrar los progresos hacia estos compromisos, se establecieron una serie de objetivos y metas con un plazo específico y cuantificados: los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
La finalidad de los ODM es combatir la pobreza en todas sus dimensiones: reducción de la pobreza de ingresos, el hambre, la enfermedad, la degradación del medio ambiente y la discriminación entre los géneros. Según destaca Naciones Unidas, los Objetivos de Desarrollo del Milenio han servido de marco mundial para la acción colectiva orientada a la reducción de la pobreza y a la mejora de las vidas de las personas de pocos recursos.
Los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio
Los ODM se estructuran en ocho objetivos claros, dieciocho metas y 48 indicadores con fecha límite para medir los progresos en materia de reducción del hambre y la pobreza, así como en mejoras de salud, educación, condiciones de vida, sostenibilidad ambiental e igualdad de género.
Así, los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio son:
- Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
- Lograr la enseñanza primaria universal, erradicar la falta de educación y el analfabetismo.
- Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer.
- Reducir la mortalidad infantil.
- Mejorar la salud maternal.
- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y evitar su degradación.
- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo, por la que se instaba a los países desarrollados a adoptar medidas para aliviar la deuda, incrementar la asistencia a los países en desarrollo y promover un mercado más justo.
La importancia de los ODM
La importancia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio radica en que establecieron los objetivos cuantitativos antes descritos, que debían alcanzarse antes de 2015 y, unas metas que orientaron la política de desarrollo a nivel internacional al señalar la responsabilidad de los países ricos de apoyar a los países pobres mediante la ayuda, el alivio de la deuda, y un mejor acceso al mercado.
Además, los objetivos confirmaron la importancia de las Naciones Unidas que, por su singular legitimidad y poder de convocatoria, es el órgano multilateral mejor situado para crear coaliciones mundiales y elaborar medidas políticas para hacer frente a los problemas del planeta.
Por si fuera poco, el programa de los ODM se convirtió en un principio unificador y organizador de la labor del sistema internacional en su conjunto en la esfera del desarrollo, así como en un testimonio de la identificación universal con los objetivos. “Los ODM constituyen, asimismo, una razón para que la familia de las Naciones Unidas colabore de manera más coherente y eficaz, a fin de brindar a los países el apoyo que necesitan para lograr los objetivos”, resalta la institución en su portal de información sobre los ODM.
Mil millones de personas escaparon de la pobreza extrema
Aparte, y según concluye el Informe de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2015, los ODM ayudaron a que más de mil millones de personas escaparan de la pobreza extrema, a combatir el hambre, a facilitar que más niñas asistieran a la escuela que nunca antes, y a proteger el planeta.
El informe resalta también que los objetivos generaron nuevas e innovadoras colaboraciones, impulsaron la opinión pública, a la vez que mostraron el inmenso valor de establecer objetivos ambiciosos. “Al ubicar a las personas y sus necesidades inmediatas en un primer plano, los ODM reconfiguraron la toma de decisiones tanto en países desarrollados como en países en desarrollo”, indica.
No obstante, y a pesar de los grandes éxitos obtenidos, las personas más pobres y vulnerables siguen sufriendo el desamparo, y el progreso fue desigual a través de las regiones y los países, dejando enormes brechas:
- La desigualdad de género todavía persiste.
- El cambio climático y la degradación ambiental socavan el progreso logrado, y las personas pobres son quienes más sufren.
- Existen grandes brechas entre los hogares más pobres y los más ricos, y entre zonas rurales y zonas urbanas.
- Los conflictos siguen siendo la mayor amenaza al desarrollo humano.
- Millones de personas todavía viven en pobreza y con hambre, sin acceso a los servicios básicos.
El siguiente paso: los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Por todo ello, en 2015 los Estados acordaron un nuevo plan de acción para el desarrollo, la Agenda de Desarrollo 2030, en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, y donde alcanzar una nueva lista de objetivos extendidos: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Estos representan una nueva oportunidad histórica para unir a los países y a las personas de todo el mundo y emprender nuevas vías hacia el futuro. Están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial. Son diecisiete y cuentan con 169 metas. Son de carácter integrado e indivisible, de alcance mundial y de aplicación universal. La formación de profesionales puede representar un punto importante en la consecución de estos objetivos.