El trabajador social es uno de los perfiles profesionales de referencia con el que cuenta el colectivo de las personas con discapacidad, el cual se ocupa principalmente de su acogida y valoración.
Este acuerdo tiene como principal fin aumentar los recursos dirigidos a acción humanitaria. Forman parte del mismo 25 Estados, 24 ONG, 12 agencias de la ONU, la Cruz Roja y dos organizaciones intergubernamentales.
La sociedad nunca deja de evolucionar, pero ahora lo hace más rápido que nunca. Una complejidad añadida que supone un reto para las características de la intervención social como disciplina propia: ha de adaptarse a los cambios presentes y venideros para garantizar siempre una respuesta integral que no deje a nadie atrás.
Este concepto nace en los 60, en pleno proceso de descolonización del continente africano y ante el creciente desequilibrio económico entre el mundo en desarrollo y desarrollado.
Los proyectos socioeducativos son el resultado de la acción de los educadores sociales. Se componen de varias fases e intervienen en aquellos colectivos en situación de riesgo o vulnerabilidad.
La aplicación de esta disciplina en el ámbito judicial busca aportar la perspectiva social en situaciones susceptibles mediante la realización de un informe pericial social por parte del trabajador social.
La presencia de educadores sociales en los centros educativos previene situaciones de acoso y mitiga el fracaso escolar, entre otras importantes funciones. Por ello, cada vez son más demandados.
Este perfil se encarga de coordinar las actividades y al personal de este tipo de centro, así como la gestión de su presupuesto, para atender todas las necesidades sociales que puedan surgir.
La acción socioeducativa cumple un papel fundamental en la sociedad porque ayuda a colectivos vulnerables a integrarse y mejorar sus vidas, entre otros beneficios.
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