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Los pisos tutelados son viviendas para jóvenes, adultos, ancianos o personas con discapacidad que carecen de un hogar en condiciones o requieren de la ayuda de especialistas.
Un piso tutelado significa mucho más que una vivienda para aquellas personas que, aunque poseen autonomía, precisan de atención, apoyo personal o ayuda por parte de profesionales de distintos sectores. Los profesionales que trabajan ahí han cursado un Grado en Educación Social o un Grado en Trabajo Social.
¿Qué son los pisos tutelados?
Los pisos tutelados son equipamientos sociales de alojamiento destinados a jóvenes, adultos, ancianos o personas con alguna discapacidad física o intelectual que tienen cierto nivel de autonomía y que carecen de una vivienda en condiciones adecuadas y/o necesitan de la ayuda de especialistas para ser completamente independientes.
Los inquilinos de los pisos tutelados forman parte de programas de rehabilitación social y atención y, por ello, reciben servicios de supervisión, teleasistencia y apoyo social y personal.
El objetivo de los pisos tutelados es proveer protección y cuidado a los residentes. Con este fin, se fomenta la autonomía dentro de un entorno controlado y seguro. Está pensado —siempre que sea posible— para ser un alojamiento temporal y, cuando el individuo alcance la autonomía adecuada, trasladarlo a un piso supervisado.
Diferencias entre un piso tutelado y uno supervisado
Una vez ha quedado claro qué es un piso tutelado, hay que detallar cuáles son las diferencias con los pisos supervisados, ya que la similitud entre ambos alojamientos puede dar lugar a confusión.
La diferencia principal entre un piso tutelado y un piso supervisado es el tipo de servicio que reciben los residentes. Es decir, en un piso tutelado para mayores, menores o personas con discapacidad, el apoyo presencial se presta las 24 horas al día, los 365 días del año. Frente a ello, un piso supervisado cuenta con apoyo profesional un determinado número de horas.
Por otra parte, en los pisos tutelados el objetivo es fomentar la autonomía del residente en un espacio seguro. Sin embargo, en los supervisados, la autonomía ya está presente y se busca mantenerla ofreciendo flexibilidad al individuo para realizar su rutina y proveer apoyo profesional cuando sea necesario.
A la hora de elegir entre las dos opciones, los profesionales del ámbito social deberán valorar la situación personal y sus necesidades para decidir si es mejor un piso tutelado o uno supervisado.
Normativa de los pisos tutelados
Cada comunidad autónoma y ayuntamiento determina la normativa para regular los pisos tutelados. En líneas generales:
- Deben estar ubicados en lugares céntricos, cerca de instalaciones públicas tales como centros de salud, entidades bancarias o transporte público, entre otras.
- Están provistos de sistemas de seguridad, tales como alarmas y detectores de humo.
- Pueden ser pisos individuales o con varias habitaciones para acoger a varias personas en situaciones similares.
- Ofrecen asistencia profesional las 24 horas del día.
- Tienen servicios de hostelería y comidas diarias.
- En caso de estar destinado a personas con discapacidad, estas viviendas deberán estar adaptadas.
Ventajas e importancia de los pisos tutelados
Los pisos tutelados aportan varios beneficios:
- Aumentan la autonomía y flexibilidad. Vivir en un piso tutelado permite brindar apoyo mientras se respeta y fomenta la independencia y la toma de decisiones de los residentes.
- Ofrecen servicios multidisciplinares. En estas viviendas existen servicios de limpieza, comidas e, incluso, lavandería. Por su parte, el educador social en pisos tutelados se encarga de ofrecer su apoyo integral para que el individuo se desarrolle como persona.
- Promueven la socialización. En estos apartamentos se organizan actividades y talleres con otros compañeros que se encuentran en situaciones similares para reforzar el vínculo entre ellos, fomentar la integración y facilitar la convivencia.
- Brindan un entorno seguro. Estos espacios cuentan con sistemas de seguridad y están preparados para responder ante cualquier emergencia.
Estas ventajas ratifican la importancia de los pisos tutelados, que son clave para ayudar a personas mayores, jóvenes e individuos con necesidades especiales o cierto grado de discapacidad a ser más independientes y vivir con dignidad dentro de un entorno seguro.
Tipos de pisos tutelados
Se diferencian tres tipos de pisos tutelados:
Pisos tutelados para jóvenes
Tal y como establece el Ministerio de Sanidad, los pisos tutelados para jóvenes están destinados a “menores que han estado bajo la tutela de la Administración Pública” y que precisan de una residencia, ya que al cumplir la mayoría de edad no tienen posibilidad de volver con sus familias y no “están en condiciones de afrontar la vida adulta de forma independiente”. Su edad oscila entre los 18 y los 29 años.
Se admiten jóvenes de ambos sexos, con residencia legal en España, mayores de edad o más de 16 años emancipados, que hayan estado bajo la tutela de la Institución Pública y que hayan finalizado la medida de amparo sin posibilidad de “reunificación familiar”.
Para los menores de hasta 16 años, existe el acogimiento residencial, donde se les protege y se les prepara para su futura emancipación, y se garantice su autonomía personal.
Pisos tutelados para mayores
Los pisos tutelados para mayores son alojamientos con supervisión para adultos que “carezcan de vivienda en condiciones adecuadas, facilitándoles el desarrollo de una vivienda autónoma y su mantenimiento en un entorno lo más normalizado posible, evitando su institucionalización”, según la Comunidad de Madrid.
Para acceder a estos pisos se tienen que cumplir una serie de requisitos:
- Ser español o nacional de cualquier estado de la Unión Europea.
- Tener cumplidos 65 años en el momento de solicitar la plaza.
- No padecer enfermedad infecto-contagiosa.
- Tener autonomía para realizar las actividades básicas.
- Carecer de alojamiento estable, o ser este inadecuado y no susceptible de reforma, o encontrarse en situación de riesgo por vivir solo.
Pisos tutelados para personas con discapacidad
Los pisos tutelados para personas con discapacidad están adaptados y pensados para ofrecer a estas personas un espacio seguro, con servicios y personal de apoyo para que vivan de la forma más autónoma posible.
Los requisitos para poder vivir en estos pisos es tener reconocido un grado de discapacidad igual o superior a 33 % y estar en posesión de un Certificado de Discapacidad que lo acredite. Además, presentar un alto nivel de autonomía personal.
¿Cuánto cuesta un piso tutelado en España?
En cuanto al precio de un piso tutelado, la cantidad varía según su ubicación y los servicios contratados:
- Los precios públicos oscilan entre los 200 y pueden alcanzar los 800 euros, depende del coste que establezca cada municipio.
- En el sector privado, los pisos tutelados cuestan más y alcanzan tarifas mensuales de hasta 2.000€.