UNIR Revista
El trabajador social juega un papel clave en la lucha y la prevención de situaciones de vulnerabilidad de diferentes colectivos en riesgo de pobreza y exclusión social.
En España, la población en riesgo de pobreza y exclusión social alcanza el 26 %, registrando así el nivel más bajo desde 2013, según la última encuesta sobre condiciones de vida elaborado por el INE y publicada en abril de 2023.
Esta tasa se conoce como AROPE, por sus siglas en inglés At Risk Of Poverty or social Exclusion, es decir, la tasa de pobreza o exclusión social mide el riesgo de pobreza no solo económica sino también en relación a la privación material severa y la baja intensidad de empleo.
El término pobreza se define como la privación de recursos económicos y materiales que sufre una población, una persona o un país.
En cuanto a la exclusión social, esta no solo abarca la ausencia de recursos materiales sino también se refiere a la ausencia de participación en la esfera social, económica, política y cultural de la sociedad en la que vive y se desarrolla. Así, se diferencian tres tipos en los que se engloba el término exclusión social:
- Exclusión económica. Carencia o escasez de ingresos, actividad laboral intermitente o desempleo y la imposibilidad de tener recursos.
- Exclusión social. Ausencia de una red de apoyo, conducta inadecuada y autoexclusión. También pueden sufrir falta de motivación y son personas con dificultades para acceder a servicios sanitarios o de salud.
- Exclusión política. La persona o colectivo que lo sufre se caracteriza por tener una falta de representación en la comunidad en la que vive y carece a su vez de derechos fundamentales que le evitan desarrollarse de manera óptima.
Pobreza y exclusión social son dos conceptos que van de la mano, pero que guardan diferencias entre sí como se ha podido ver con la definición anterior. Al respecto, la Comisión Europea establece que un ciudadano o población está en riesgo de exclusión y pobreza cuando se encuentra en dos o en todas las situaciones siguientes:
- Tiene ingresos inferiores al 60 % de la media.
- Sufre privación material severa.
- Vive en una familia con tasas de desempleo altas.
El trabajador social frente a los colectivos en riesgo de pobreza y exclusión social
La práctica profesional de los trabajadores sociales con personas en riesgo de pobreza o situación de exclusión social tiene como cometido principal promover el cambio social de esas personas o colectivos que están en esta situación de vulnerabilidad y ayudarles a poner solución o paliar las consecuencias de la situación que sufren.
Para convertirse en trabajador social es necesario contar con una base formativa englobada en este ámbito, como la que ofrece UNIR mediante el Grado en Trabajo Social online.
Además, UNIR también pone a disposición el Curso puente al Grado de Trabajo Social para aquellos diplomados en Trabajo Social que aún no hayan tenido la oportunidad de adaptar sus estudios al grado. Esta formación permite a los futuros profesionales especializarse en ámbitos de intervención centrados en colectivos vulnerables, entre otras muchas áreas de actuación como la mediación.
El trabajador social deberá llevar a cabo sus funciones a través de la intervención con los usuarios y los programas sociales que implemente. Así se encargará de:
- Trabajar en el campo de la prevención para evitar procesos de exclusión social. Es importante conocer y detectar las causas que provocan esta situación de vulnerabilidad y poder solucionarlo con premura.
- Atención directa con el o los colectivos en riesgo para así conocer de cerca los problemas a los que se enfrentan y las carencias que padecen. Este contacto sin intermediarios es clave para implementar planes de intervención más eficaces.
- Planificar. Esta función responde a la necesidad de elaborar un proyecto acorde con la situación de riesgo que viven estas personas. Por ejemplo, planes sociales que fomenten la inclusión social, el desarrollo personal y que brinden a estos colectivos recursos que les permitan mitigar los efectos de la pobreza.
- Promocionar y favorecer la creación de políticas sociales dirigidas a dar cobertura a las necesidades sociales relacionadas, en este caso, con la pobreza y exclusión social. Estas políticas tienen como objetivo la lucha y la prevención de estos riesgos. Por ejemplo, las prestaciones y ayudas sociales.
Frente a estos grupos vulnerables, el trabajador social deberá realizar un seguimiento para controlar y evaluar cómo de eficiente son las medidas o programas que ha implementado con el fin de solucionar la situación de personas en riesgo de pobreza y exclusión social.
Hay diversas variables que afectan de manera directa a la condición y calidad de vida de la sociedad. En los últimos años, las crisis económicas, sanitarias y políticas han contribuido a incrementar las tasas de pobreza y exclusión social de las personas. De esta forma, este panorama conforma los retos que tienen que afrontar los trabajadores sociales, los cuales deben adaptarse a estos cambios y seguir logrando su misión de promover el cambio y desarrollo social.