Santiago Prado Conde
Trabajar por el bienestar de las personas, la cohesión y el desarrollo social. Hablamos del trabajo social y de aquellos que desean realizar aportaciones para poder cambiar la sociedad.
El Trabajo Social atrae a personas que tienen algún tipo de sensibilidad por los problemas sociales que ocurren a su alrededor, es decir, que les preocupan las problemáticas derivadas de la desigualdad social y desean realizar aportaciones para poder cambiarlas. Cierto es que existen muchas formas de generar acciones de ayuda, desde la participación en una asociación a hacerlo de manera coordinada y científica. Este grado se presenta con una serie de potencialidades que lo hacen realmente atractivo.
El Trabajo Social es una disciplina científica con un gran campo de acción y un sinfín de posibilidades laborales ampliamente reconocidas, como son los servicios sociales primarios y especialidades, en el ámbito de la salud, de la justicia, en la prevención de riesgos laborales, en la investigación social, etc.
Cubre todo el espacio social y, principalmente, se centra en las problemáticas de las personas de manera individual, de grupos y de comunidades. Aunque tradicionalmente se han separado dichos campos por motivos metodológicos, cierto es que el Trabajo Social centra su atención en una perspectiva holística, es decir, que las personas no se encuentran aisladas de aquello que les rodea y, por lo tanto, las respuestas de actuación pueden enfocarse desde la separación expuesta en función de la/s problemática/s.
Cambios sociales y nueva mirada de lo social
El siglo XXI ha llegado cargado de una gran cantidad de cambios que proceden de la centuria anterior y otros nuevos insospechados. Si nos paramos a pensar en qué situaciones tenemos a nuestro alrededor, rápidamente podemos visualizar que los desequilibrios demográficos es algo con lo que convivimos.
La estratificación social ha ido conformando nuevas maneras de entenderla y se juntan una gran cantidad de problemáticas, desde las viejas diferencias de clase hasta elementos como la edad, el grupo étnico, la procedencia, el género, entre otras.
Nos encontramos ante un momento histórico en el que existe un exceso de individuo, con todos los problemas de tipo relacional que esto conlleva. La institución familiar ha ido adoptando múltiples cambios y se han generado nuevas tipologías de familia; el Estado Social del siglo pretérito se ha ido saturando y se presentan retos en la forma de atender a las personas. Vivimos en un mundo global e interconectado que ha llevado a la crisis de los viejos estados-nación y, por consiguiente, a formas de pensarnos que van más allá de las fronteras estatales.
Los cambios apuntados, entre otros, están generando nuevos modelos de atención social, una diversificación de las áreas de actuales y la necesidad de trabajar en red ente los servicios estatales, los agentes del tercer sector e, incluso, las redes informales. Por todos estos motivos, el trabajador social se ha posicionado en esta época de retos y desafíos como un motor social, es decir, genera escenarios sociales en los que se garantice el acceso a los derechos de las poblaciones.
Potencialidades del Trabajo Social
El Trabajo Social es una opción ideal para todos aquellos que desean ampliar su formación y conocimientos, bien porque procedan de otras disciplinas, como la enfermería o la educación social, o bien desde distintos campos de la formación profesional.
Sea como fuere, en el Trabajo Social van a encontrar una formación que los capacita para ser un sólido analista de los riesgos sociales; porque van a poder ofrecer respuestas a la organización de distintos campos de la vida; se encontrarán preparados para introducirse en las nuevas demandas del mercado de trabajo, como, por ejemplo, los servicios de proximidad; y, fundamentalmente, porque se van a tener conocimientos teóricos y metodológicos para enfrentar la práctica y, así, apoyar a las personas en sus problemáticas cotidianas.
Además de lo expuesto, el Trabajo Social tiene una peculiaridad sobre otras disciplinas científicas que se han dedicado a la producción de conocimiento básico, como es su reflexión sobre la práctica. Si bien es cierto que en su contexto de nacimiento se ha centrado principalmente en el campo de la acción social, su propio devenir como disciplina científica la ha llevado a generar conocimientos sobre las necesidades y obstáculos de las personas para su producción y reproducción individual y colectiva y aquellos recursos que se encuentran presentes en cada entorno, y los métodos y técnicas de trabajo necesarios para intervenir en una realidad social concreta.
En definitiva, el Trabajo Social se presenta con una serie de potencialidades que redundan directamente en el bienestar de las personas, en el afianzamiento de la cohesión social, en la promoción del cambio y el desarrollo social y, por lo tanto, en las capacidades de las personas y comunidades.
