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Esta iniciativa de la ONU presta asistencia alimentaria a afectados por conflictos armados, desastres naturales o pandemias, así como ayuda en el fortalecimiento de las comunidades frente a la crisis climática.
Unos 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, según la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Es una cifra que fluctúa en función de los conflictos armados, los desastres naturales o pandemias como la COVID-19, pero debería ser lo suficientemente dramática para que estados y organismos internacionales tomasen medidas reales que acaben con esta situación. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU es un organismo que actúa a nivel mundial para suministrar alimentos a aquellas personas que no pueden acceder a ellos.
El Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en inglés) se creó en 1961 por las Naciones Unidas. Su primera actuación fue en Irán tras un terremoto en el que murieron más de 12.000 personas. Seis décadas después, el WFP continúa con su trabajo en paralelo al crecimiento de las cifras de hambre y la dificultad de muchas personas de acceder a alimentos básicos. Actualmente, trabaja en 120 países y para 2022 ha previsto prestar asistencia a 152 millones de personas (en 2021 fueron 128,2 millones). Gran parte de sus actuaciones (unos dos tercios del total) se llevan a cabo en territorios afectados por conflictos.
El Programa Mundial de Alimentos es la organización humanitaria de mayor relevancia a nivel mundial. Entre los hitos de su trabajo, señalar:
- En 2020 recibió el Premio Nobel de la Paz.
- Cada año distribuye más de 15.000 millones de raciones de alimentos.
- Su trabajo diario incluye el desplazamiento de 5.600 camiones, 100 aviones y 30 barcos.
El WFP se financia a través de las aportaciones de 60 gobiernos, empresas privadas y donaciones particulares. Actualmente, cuenta con cerca de 21.000 trabajadores en todo el mundo, entre los cuales hay todo tipo de perfiles especializados en cooperación y ayuda al desarrollo.
Objetivos y ámbito de trabajo del Programa Mundial de Alimentos
Las actuaciones del Programa Mundial de Alimentos van más allá del reparto de comida. Entre sus objetivos también está ayudar a países y comunidades a contar con los medios e infraestructura necesarias para hacer frente a las crisis climáticas. Así, entre su ámbito de trabajo señalar:
Prevenir y mitigar la hambruna
50 millones de personas están actualmente al borde de la hambruna, siendo Yemen y Sudán del Sur los países más afectados. Desde el Programa Mundial de Alimentos se brinda asistencia alimentaria de emergencia para evitar la inanición y las muertes. Esta acción se complementa con actuaciones a nivel educativo, sistemas de protección social, programas de comidas escolares, etc.
Ayuda en emergencias
El WFP presta asistencia a las personas afectadas por catástrofes naturales, conflictos armados, pandemias, etc., especialmente en los casos de desplazados
Reducir el riesgo de desastres climáticos
Los fenómenos meteorológicos asociados al cambio climático tienen una repercusión directa sobre el hambre y la malnutrición. Por eso, el WFP también lleva a cabo iniciativas que reduzcan sus consecuencias como la conservación del suelo, la construcción de estanques comunitarios, infraestructuras de drenajes, terrazas en las laderas de las montañas que eviten la erosión… A ello hay que sumarle la gestión de los recursos de modo sostenible.
Programas escolares
Otro de los cometidos del WFP son los programas de alimentación escolar, los cuales no solo repercuten en una mejor alimentación de los niños sino que aumentan el acceso a la educación, reducen el trabajo infantil y los matrimonios precoces. Además, lo hace a través de la compra de alimentos cultivados localmente, lo cual también beneficia a los pequeños agricultores.
Igualdad de género
Es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Busca promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, uno de los sectores de la población más afectados en casos de inseguridad alimentaria y desnutrición.
Apoyo a pequeños productores
Fundamental para alcanzar el “hambre cero”. Aunque los pequeños agricultores producen la mayoría de alimentos del mundo, se encuentran con el problema de dificultades de acceso a la financiación o carencia de medios para almacenar y conservar las cosechas. Desde el Programa Mundial de Alimentos se colabora en el acceso a tecnología y maquinaria, así como el fortalecimiento de mercados locales.
Apoyo gubernamental
A través de tres ejes de acción: fortaleciendo la capacidad de los países en la gestión de catástrofes y seguridad alimentaria (primando los sistemas de alerta temprana), la protección social y la cooperación Norte-Sur.
Innovación
La transformación digital también contribuye a reducir el hambre. El uso de drones en casos de emergencia, una mejor gestión de los datos de áreas inaccesibles o mejores sistemas de riego para la agricultura son algunas de sus aplicaciones.