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Realizar otro grado o especializarse en el ámbito social, educativo o medioambiental son algunas de las opciones para que un educador social siga formándose.
Muchos egresados se preguntan qué estudiar después de Educación Social. Las opciones son numerosas y van encaminadas a especializarse en los diferentes ámbitos en los que puede trabajar un educador social —como el pedagógico, el cultural, el social, el ambiental o el empresarial— con colectivos diversos.
Estudiar Educación Social abre las puertas a variadas salidas laborales que permiten trabajar en diferentes sectores de la población: infancia y adolescencia, mayores, emigrantes, adicciones, colectivos vulnerables, personas con discapacidad, etc. Así pues, las funciones de un educador social en residencias de mayores, centros educativos, de migrantes, de menores tutelados, penitenciarios, asociaciones o área de juventud con actividades de animación sociocultural, son múltiples.
Grados universitarios
La educación social es una disciplina centrada en promover el desarrollo social, cultural y personal de los individuos y las comunidades, con el propósito de mejorar su calidad de vida y fomentar la inclusión social. Se focaliza principalmente en los grupos más vulnerables de la sociedad, aquellos que necesitan información, ayuda y orientación para que puedan lograr cierto bienestar. Por eso, los grados universitarios más relacionados con esta disciplina suelen incluir aspectos de las ciencias sociales:
Grado en Trabajo Social
El Grado en Trabajo Social complementa la formación de un educador social desde una perspectiva más burocrática. Los trabajadores sociales se encargan tanto de la gestión y planificación de recursos sociales como de la atención directa a personas y la coordinación de proyectos, ya sea con colectivos en riesgo de exclusión social como con el resto de la sociedad.
Grado en Pedagogía
El Grado en Pedagogía capacita al profesional para desenvolverse en ámbitos culturales, educativos, sociales y empresariales. Un pedagogo se dedica a realizar intervenciones, diseñar proyectos y planes, y analizar y planificar la formación en diferentes áreas, por lo que se trata de una opción que complementa la formación de un educador social.
Grados de Educación
Los diferentes grados del ámbito educativo (como Educación Infantil o Primaria) capacitan para ejercer en las primeras etapas escolares, un ámbito donde los educadores sociales pueden desempeñar sus funciones también en colegios para prevenir situaciones de acoso, de exclusión social, controlar el absentismo, impartir talleres de sexualidad o elaborar programas de integración social, entre otros ejemplos.
Posgrados universitarios
Los programas de posgrado dentro del área de la educación social profundizan más en esta disciplina y proporcionan una mayor especialización. Destacan las siguientes formaciones:
Máster Universitario en Intervención Social en las Sociedades del Conocimiento
El Máster en Intervención Social es una formación que profundiza en la intervención social para evitar las desigualdades, los casos de discriminación y la exclusión. Este máster ofrece un conocimiento para trabajar tanto en el ámbito público como privado en políticas sociales, organizaciones del tercer sector, entidades de apoyo a emigrantes, etc.
Máster Universitario en Dirección e Intervención Sociosanitaria
El Máster en Gestión Sociosanitaria va en la misma línea que la titulación anterior, pero con el objetivo claro de conseguir el desarrollo de competencias en el diseño y gestión de proyectos de intervención social, para que el titulado sea capaz de ejercer labores de director de centros y servicios sociales y sociosanitarios.
Máster Universitario en Cooperación Internacional al Desarrollo: Gestión y Dirección de Proyectos
En el Máster en Cooperación Internacional el educador social tendrá la posibilidad de trabajar en proyectos que ayuden a los países más desfavorecidos a mejorar su calidad de vida, fomentar su desarrollo sostenible y luchar contra la pobreza.
Esta preparación adicional aumenta las numerosas salidas laborales del educador social, que también puede presentarse a oposiciones y ocupar un puesto de funcionario en instituciones públicas (ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, etc.), plazas de profesores en institutos, centros penitenciarios, etc. El salario de un educador social varía en función del empleo y destino, pero la media salarial oscila entre los 18.000 y los 24.000 euros al año.
Hay que tener en cuenta que previa a la realización de estos posgrados es importante cumplir con una serie de requisitos para ser educador social.
Un sinfín de oportunidades
Además, el educador social puede optar por formaciones orientadas a otros ámbitos, como por ejemplo:
- La educación ambiental, que proporciona una preparación multidisciplinar para crear, analizar y evaluar planes estratégicos con tal de educar y sensibilizar sobre la protección y el cuidado del medio ambiente.
- La violencia de género representa un escenario de intervención común para el educador social. Este profesional se encargará de implementar las medidas para la prevención, sensibilización y detección de este problema social.
- La inserción laboral es un contexto donde el educador social actúa como mediador y orientador para mejorar la empleabilidad, promover la igualdad de oportunidades y la formación de ciertos colectivos vulnerables.
La importancia de seguir formándose después de estudiar Educación Social
La formación adicional después de estudiar Educación Social es importante porque contribuye al desarrollo profesional y aumenta las posibilidades de encontrar un trabajo especializado en cualquiera de los ámbitos de esta disciplina.
Optar por la especialización tras titularse en Educación Social aporta muchas ventajas:
- Se actualizan conocimientos y se desarrollan competencias específicas que dan lugar a la adquisición de nuevas habilidades especializadas en este campo.
- Se mejoran y aprenden nuevas estrategias o enfoques sobre la intervención y proyectos sociales.
- Se logra una mayor adaptación a cambios legislativos y políticos.
- Aporta valor y contribuye al crecimiento personal, ya que hay una mejora en la autoconfianza y la satisfacción propia en el trabajo.
En resumen, un educador social puede seguir estudiando y sumar a su currículo una formación adicional que le servirá para diferenciar su perfil y poder optar a más opciones laborales.