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El acogimiento residencial busca la protección de menores en situación de desamparo. Este tipo de centros requiere de educadores sociales, pero también de psicólogos o trabajadores sociales.
El acogimiento residencial es una medida de protección para menores de edad que se encuentran en una situación de desamparo que les impide seguir conviviendo con su familia. Esta competencia recae sobre la administración autonómica a través de los centros de acogida, cuya gestión pueden asumir también entidades privadas. Quizá esto ya lo sabías, pero ¿sabes qué tipo de profesionales trabajan en un centro de acogida?
Trabajar en un centro de acogida exige unos requisitos determinados tanto a nivel personal como profesional. El perfil profesional mayoritario suele ser el de educador social. Se trata de un profesional imprescindible porque es el que convive en el día a día con los menores y adolescentes.
Otros profesionales que trabajan en un centro de acogida son:
- Trabajadores sociales: participan en la programación, el desarrollo y la evaluación de los programas de intervención a los afectados y actúan de enlace con otros recursos y servicios (centros educativos, servicios sociales, etc.).
- Psicólogos: llevan un análisis pormenorizado de cada afectado. Ponen en marcha programas terapéuticos y los seguimientos individualizados.
- Pedagogos: para ofrecer un apoyo educativo especializado tanto a los menores como a sus familias.
Titulación para trabajar en centros de acogida
Para trabajar en un centro de acogida hay que contar con una formación adecuada, bien con un ciclo formativo o una titulación universitaria (dependerá de las funciones y responsabilidades).
En función del ámbito de especialización es posible que se tenga que complementar la formación con otros cursos más específicos. El profesional ha de estar continuamente reciclándose para estar bien formado.
Según el papel que se vaya a desempeñar, las titulaciones necesarias para trabajar en un centro de acogida son:
Formación profesional
Formación universitaria
Formación universitaria de especialización
Habilidades para trabajar en un centro de acogida
Entre las aptitudes para trabajar en un centro de acogida, destacarían:
- Capacidad de trabajo en equipo y estrecha colaboración con otros profesionales, como enfermeros, médicos, docentes o trabajadores sociales.
- Paciencia y tranquilidad.
- Ser un buen comunicador y tener mucha capacidad de escucha.
- Conectar fácilmente con los afectados para mejorar su capacidad de aprendizaje.
- Ganarse la confianza de los menores para poder solucionar cualquier problema que les surja.
- Saber tratar a cada persona con sus diferentes necesidades físicas y emocionales.
- Disponibilidad para aprender constantemente.
- Empatía y sentido del humor.
Entre las cualidades personales que deben tener estos profesionales no pueden faltar la actitud positiva, la amabilidad, ser ordenado, organizado, respetuoso, tener capacidad para anticipar e identificar los problemas, transmitir calma, ser objetivo, observador, paciente, perseverante y persistente.
Además, el estrecho contacto con menores requiere de un alto nivel vocacional del trabajador.
Tipos de centros de acogida para menores
La principal misión de estos centros es proteger a los menores y asegurar que se cubren todas sus necesidades mientras se trabaja para conseguir un acogimiento familiar o, incluso, la reintegración en su propia familia.
Actualmente, existen seis tipos de centros residenciales para menores de edad:
- Centros de acogida inmediata de menores: destinados para casos que deben ser separados de manera urgente de su núcleo familiar por diversas causas. Son de corta estancia.
- Centros de primera infancia: son un recurso residencial para niños y niñas, pero también para adolescentes de hasta 18 años que se encuentren en situación de desamparo. En algunos casos están ubicados en viviendas habituales.
- Residencias infantiles: son recursos integrados y realizan un trabajo coordinado con los Servicios Sociales municipales para que se resuelvan cuanto antes los problemas que originaron el acogimiento residencial.
- Recursos para adolescentes: similares a los anteriores, pero centrados en adolescentes y su preparación para la emancipación.
- Residencias específicas: como, por ejemplo, para menores con enfermedades mentales.
- Hogares: en ellos se incluyen las Unidades Convivenciales de Acción Educativa, un espacio profesional específico para educadores sociales.