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Los trabajadores sociales en las instituciones penitenciarias hacen de nexo entre los reclusos y el exterior, así como aquellas acciones que impulsan su reinserción socio-laboral.
La reinserción social y la integración son las principales tareas que los trabajadores sociales llevan a cabo en todas las áreas en las que intervienen. En el caso de las instituciones penitenciarias, los profesionales del trabajo social se encargan de hacer de nexo entre las personas reclusas y el mundo exterior, así como con su familia pero, ¿qué funciones realiza el trabajador social en instituciones penitenciarias y qué requisitos son necesarios para serlo?
Las funciones del trabajador social en las instituciones penitenciarias se fundamentan en el artículo 25.2 de la Constitución Española, el cual establece que “las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria”.
Por otro lado, también la Ley Orgánica 1/1979, General Penitenciaria, recoge este principio en su artículo primero: “las instituciones penitenciarias reguladas en la presente Ley tienen como fin primordial la reeducación y la reinserción social de los sentenciados a penas y medidas penales privativas de libertad, así como la retención y custodia de detenidos, presos y penados”.
Funciones del trabajador social en centros penitenciarios
Las funciones de los trabajadores sociales en instituciones penitenciarias se recogen dentro de la Instrucción 15/2005 de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, donde se estipula en detalle el Protocolo de Trabajo Social en este ámbito. En él destacan las siguientes tareas:
- Elaborar un informe detallado de la situación sociofamiliar de cada usuario para detectar carencias y necesidades y así configurar el diagnóstico social.
- Trabajar junto al equipo interdisciplinar en la elaboración de los programas individuales de tratamiento y en su evaluación.
- Llevar a cabo los procedimientos del manual de las líneas básicas de actuación de Trabajo Social y en los Servicios Sociales Penitenciarios, realizando las siguientes actividades:
- Atención al ingreso del interno y su estancia.
- Atención a familias de los internos, tanto con residencia familiar en la provincia donde se ubica el centro penitenciario como en diferente provincia.
- Atención social en régimen abierto.
- Atención social a las madres con hijos.
- Seguimiento de aquellos internos con libertad condicional.
- Elaboración de los informes sociales para aquellos internos pendientes de cumplir pena de trabajo en beneficio de la comunidad.
- Realización de las actuaciones necesarias para la reinserción socio-laboral del interno.
- Evaluar la evolución de los internos en régimen de semilibertad en su ámbito familiar así como realizar un seguimiento.
- Participar en las Juntas de Tratamiento aportando la información recabada en el diagnóstico social con el fin de documentar la decisión de la junta.
Requisitos para ser trabajador social en prisiones
El primer paso para ser trabajador social en instituciones penitenciarias es realizar el Grado en Trabajo Social. Posteriormente, será necesario preparar las oposiciones de trabajo social en Instituciones Penitenciarias y superar las tres partes del examen: el cuestionario tipo test, el desarrollo de dos temas de la parte específica del temario y el caso práctico.
Los trabajadores sociales del sistema penitenciario forman parte de uno de los tipos de empleados de la administración pública: los funcionarios. Al contar con una titulación universitaria se sitúan en el grupo A, subgrupo A2. Esto significa que el sueldo medio se sitúa en los 1.700 € netos al mes. Además, factores como los trienios, los complementos por destino o las horas extraordinarias pueden aumentar el salario llegando a rozar los 2.000 € netos al mes.
Los profesionales del trabajo social, además de tener las competencias académicas necesarias, deberán contar con las habilidades y herramientas necesarias para enfrentarse al trabajo con este colectivo tan estigmatizado y vulnerable.