Jesús Manuel Pérez Viejo
En los procesos de atención integral en los sistemas de salud, el Trabajo Social ha logrado avanzar como disciplina, buscando desarrollar perspectivas holísticas de los problemas de salud.
La presencia del Trabajo Social está orientada a acompañar, ayudar y capacitar a las personas en sus procesos vitales para ser responsables, libres de elegir y ejercer la participación, así como para facilitar los cambios de aquellas situaciones que supongan un obstáculo en el desarrollo humano y la justicia social, promoviendo los recursos de la política social, las respuestas innovadoras y la creación de recursos no convencionales basados en el potencial solidario de las personas (Martínez, 2003).
El sistema sanitario y de protección social actual se hace cargo de la cobertura sanitaria y asistencial, pero existen consecuencias alrededor de la enfermedad que generan sufrimiento y colocan a la persona enferma y a su entorno en una situación de vulnerabilidad psicológica, social y económica. La tarea del Trabajo Social en el campo de la salud, es atender aquellas carencias sociales que han sido provocadas o se han visto agravadas por la enfermedad.
Ituarte (2009) define el Trabajo Social Sanitario como “la actividad profesional de tipo clínico que implica, por una parte, el diagnostico psicosocial de la persona afectada como aportación al diagnóstico global y al plan de tratamiento y por otra parte el tratamiento (individual, familiar o grupal) de la problemática psicosocial que incide o está relacionada con el proceso de salud enfermedad, siempre dentro de un contexto general de tratamiento y en el orden de objetivos de salud a conseguir” (p.17).
Ante la necesidad de avanzar en la consolidación de procesos de atención integral por parte de los sistemas de salud, el Trabajo Social ha logrado avanzar como disciplina, buscando desarrollar perspectivas holísticas de los problemas de salud, donde lo sanitario sea entendido en relación con factores sociales, los cuales pueden agravar o aligerar una enfermedad.
La intervención del Trabajo Social parte de la necesidad de atención a las secuelas que se producen como consecuencia del impacto que causa la enfermedad en la vida de las personas afectadas y su familia. La atención de las personas enfermas, va más allá del trámite de recursos o de la gestión de situaciones sociales problemáticas, consiste también en acompañar, apoyar, compartir e intentar comprender el sufrimiento de personas que se enfrentan a estas situaciones (Juvero, 2006).
Entender los efectos que provoca la enfermedad, tanto a nivel personal, familiar, como social, teniendo en cuenta las diferentes influencias socioculturales, y dotar de los medios necesarios para resolverlos, a la vez que prevenirlos, constituye la esencia de la aportación del Trabajo Social a la salud.
Aportaciones del Trabajo social al derecho a la salud
En el ámbito de la salud pública, el Estado del Bienestar propulsó el ejercicio efectivo del derecho a una vida digna, desarrollando las capacidades financieras, institucionales, administrativas, estratégicas y operativas dirigidas al logro de un nivel de cobertura sanitaria total de la población, con una calidad elevada de los servicios y prestaciones de los sistemas sanitarios públicos (Torres, Martínez & Pérez, 2019).
Disponer de protección sanitaria para cualquier persona que la precise es una aspiración común que acompaña al desarrollo de todos los países. La protección internacional de la salud se encuentra vinculada en su naturaleza y significado a La Declaración Universal de los Derechos Humanos de París, el 10 de diciembre de 1948. El Pacto estableció la creación de un Consejo Económico y Social, cuyo artículo 12 reconoció el Derecho a la Salud.
En España, la percepción del sistema sanitario como un componente básico del Estado de Bienestar está fuertemente arraigada entre la ciudadanía (Bermúdez, 2011), que le otorga un elevado protagonismo entre las distintas áreas de la acción pública.
Por ello, constituye una pieza fundamental del entramado de la protección social, desempeñando un papel decisivo como vector de cohesión social y de compensación de desigualdades económicas.
El Trabajo Social tiene una importante misión para contribuir a hacer efectivo el derecho universal a la salud con un enfoque de derechos humanos y género a través de la atención socio-sanitaria, la denuncia, el testimonio, la movilización social y la incidencia política junto a poblaciones excluidas, vulnerables o víctimas de crisis.
El Trabajo Social interviene para promover el bienestar social, el desarrollo humano y la calidad de vida de la ciudadanía (Barranco, 2004). Así, contribuye a la universalidad del derecho a la salud, orientando su acción hacia el cambio social y a la atención socio-sanitaria integral, universal, y al alcance de toda la población.
Trabajo social, crisis sanitaria e impacto del COVID-19
El sistema sanitario, producto de los recortes y las políticas sanitarias, ha visto mermada su dotación económica y de recursos, lo que ha producido un debilitamiento progresivo en los últimos años que lo ha llevado a reducir su capacidad en la cobertura de necesidades sanitarias básicas y para situaciones de emergencia.
Esta situación se ha visto agravada por la aparición de la pandemia producida por el COVID-19, siendo España uno de los países con más número de diagnósticos y fallecidos en el mundo, así como con las medidas más estrictas de confinamiento. Esto ha tensionado la economía, aumentado el gasto público, y generado unas repercusiones sociales y económicas sin precedentes.
El aumento de la vulneración social y la exclusión por la crisis unido a las consecuencias psicológicas y sociales producidas por el COCID-19 puede generar cambios en los roles y funcionamiento social, familiar, en los objetivos vitales, empleo, ingresos, actividades de ocio y actividades cotidianas. Puede aparecer tanto sintomatología física, como distrés psicológico y problemas sociales que afecten a la calidad de vida de las personas.
Sin duda, el Trabajo Social en general y en el ámbito sanitario en particular, se enfrenta a grandes y nuevos retos que exigirán nuevas formas de intervención que tengan en cuenta los nuevos escenarios.
Referencias bibliográficas
- Barranco, C. (2004). La Intervención en Trabajo Social desde la Calidad Integrada. Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social, 12,79-103.
- Bermúdez, C. (2011). El Sistema Nacional de Salud requiere acciones más estructurales para mejorar su eficiencia. Gaceta Sanitaria, 25(2), 106-107.
- Ituarte, A. (2009). Trabajo Social Clínico en el Contexto Sanitario. Revista Trabajo Social y Salud, 64, 283-303.
- Juvero, M. (2006). Reflexión sobre el Trabajo Social en Cuidados paliativos. Revista medicina paliativa, 12(4), 185-6.
- Martínez, M. A. (2003). Aspectos generales: relaciones del Trabajo Social con el bienestar social, Estado de bienestar, política social, servicios sociales, diferenciación de conceptos. En T. Fernández & C. Alemán (coords.), Introducción al Trabajo Social (pp. 229-249). Madrid: Alianza.
- Torres Kumbrián, R., Martínez, A., & Pérez Viejo, J. (2019). Estado del Bienestar, Cohesión Social Europea y Derechos de Ciudadanía Ciudadanía. Orígenes, Tendencias, Riesgos y Amenazas. Madrid: Editorial Sanz y Torres.