UNIR Revista
En un contexto en el que la violencia contra las mujeres está a la orden del día, el papel del trabajo social se torna indispensable como herramienta de prevención de estas conductas y de intervención social con la víctima.
Desde el año 2003, en el que comenzaron los recuentos de víctimas, hasta la actualidad, el número de mujeres asesinadas en España por violencia de género supera los 1.240 casos, según datos del Ministerio de Igualdad. Esta cifra muestra la necesidad de seguir trabajando en un problema que atañe a toda la sociedad. Una de las claves para conseguirlo es que trabajo social y violencia de género vayan de la mano para erradicar este problema desde la educación.
El Grado en Trabajo Social online de UNIR proporciona una formación indispensable para poder contribuir a la mejora del bienestar social. A través de un completo plan de estudios, se promueve que los estudiantes desarrollen su pensamiento crítico y su capacidad de realizar propuestas para que puedan implicarse activamente en la diagnosis de problemas y en el diseño de las soluciones que faciliten el avance de la sociedad.
La importancia del trabajo social frente a la violencia de género
El trabajo social juega un papel determinante en varios aspectos relacionados con el grave problema que representa actualmente la violencia contra la mujer. En primer lugar, es una herramienta educativa para prevenir conductas machistas que deriven en maltrato, pero también es un instrumento muy poderoso para detectar estas situaciones y para saber cómo actuar ante ellas.
En todos los campos en los que opera, el trabajo social tiene una importancia capital, pero más si cabe frente a la violencia de género. Estas son algunas de las labores que explican la importancia del trabajo social con mujeres víctimas de violencia de género:
- Prevenir conductas machistas a través de una educación en igualdad.
- Gestionar y derivar los recursos para las víctimas.
- Apoyar y facilitar el proceso de recuperación de las mujeres maltratadas.
- Orientar a quiénes necesiten identificar casos de maltrato o saber cómo actuar ante ellos.
El papel del trabajador social en los casos de violencia de género
Para una víctima de maltrato, el primer contacto con el trabajador social resulta trascendental y, por ello, es muy importante generar un vínculo de confianza entre el profesional y la usuaria del servicio.
La labor que realizan los profesionales del trabajo social en la lucha contra la violencia de género supone uno de los pilares fundamentales para dar apoyo y protección a las víctimas. Se trata de mujeres que no solo padecen el maltrato físico, sino que a menudo deben soportar violencia psicológica, económica y social.
Las principales intervenciones del trabajador social en violencia de género pasan por:
- Apoyo emocional. Cuando una víctima solicita la ayuda de un trabajador social, lo primero que necesita es sentirse en un espacio seguro y de confianza en el que pueda expresar libremente sus sentimientos, liberar sus emociones y saberse comprendida.
- Orientación jurídica. Asesorar a las mujeres que han sido o están siendo víctimas de maltrato sobre sus derechos y las medidas de protección que les brinda la ley, es otra de las tareas de los profesionales del trabajo social ante este problema. También podrán acompañar a las denunciantes en los procesos judiciales si así lo desean.
- Gestión de recursos. Estos trabajadores pueden también ocuparse de informar a las víctimas sobre los recursos sociales disponibles, como pueden ser refugios temporales, ayudas económicas a las que tienen derecho, atención médica o asistencia social que puedan precisar.
- Acompañamiento. Estos profesionales suelen mantener un contacto permanente con las víctimas para conocer cómo evoluciona la situación, así como para identificar posibles riesgos y cerciorarse de que están recibiendo la ayuda que precisan durante el período de recuperación.
- Autonomía económica. Facilitar a las víctimas una formación que les permita no depender económicamente de su maltratador es un trabajo fundamental que también realizan los trabajadores sociales. Así, suelen brindar asesoramiento en cuestiones laborales y facilitarles el acceso a programas formativos y de emprendimiento para que puedan acceder a un empleo.
- Trabajo en red. La tarea de colaboración que realizan estos profesionales con otras instituciones y organizaciones, como las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, los distintos sistemas de salud o con diversas ONG, sirve para unir y coordinar los esfuerzos de todos, garantizando que la respuesta a las víctimas sea más eficaz.
- Educación. Se trata de una de las funciones más relevantes que pueden realizarse desde el trabajo social para combatir la violencia de género. A través de campañas de concienciación que calen en la sociedad, impartiendo talleres educativos en las escuelas o con la organización de jornadas formativas a profesionales de sectores diversos, es posible promover una cultura en igualdad que termine con la violencia machista. Igualdad y violencia de género son dos conceptos que suelen aparecer unidos, puesto que la educación en igualdad desde bien temprano es fundamental para erradicar el maltrato a la mujer.
Las funciones del trabajador social son muy amplias y, precisamente, su labor se caracteriza por adaptarse a las necesidades concretas de cada usuario, algo que cuando se trata de atención a víctimas de violencia de género resulta trascendental.
El informe social de violencia de género
El informe social es una herramienta con la que los trabajadores sociales detallan una situación o una demanda concreta, se hace constar el diagnóstico del profesional y se realiza una propuesta de solución a esa problemática. Es decir, se trata de un documento necesario para justificar una intervención social, que puede pasar por la derivación a un servicio determinado, la tramitación de una ayuda o una simple solicitud de información.
A la hora de elaborar el informe social en violencia de género, el trabajador social suele incluir los siguientes aspectos:
- Datos de identificación de la usuaria.
- Información relevante para el informe:
- Característica de la familia: si están casados, si existen hijos, si la víctima cuenta con apoyo familiar, etc.
- Situación socioeconómica de la familia: si la usuaria del servicio trabaja y cuál es su salario, cuáles son los ingresos totales de la familia, si necesitan pedir ayuda a otros familiares, vehículos que posee la familia y quién los utiliza, etc.
- Formación académica de los miembros de la familia.
- Salud de la familia.
- Datos de la vivienda.
- Información del vecindario en el que viven.
- Vida social y relaciones con los vecinos.
- Diagnóstico. Esta es la parte del informe en la que el trabajador social detalla sus impresiones a partir de los datos obtenidos de la mujer que sufre maltrato. Puede plasmar si además de maltrato físico, sufre maltrato económico, si trata de justificar las acciones del maltratador, si busca ayuda, si está informada de los recursos con los que cuenta, si considera que sufre aislamiento social o si existe riesgo alto de agresión.
- Propuesta de actuación. La parte final del informe social de violencia de género lo ocupan las iniciativas que el trabajador social considera que deben ponerse en práctica para solucionar la situación de maltrato. Puede proponer una derivación a los servicios de psicología para el comienzo de una terapia, actividades para relacionarse con otras personas o, en los casos más graves, la marcha a un centro de acogida.
A la hora de elaborar el informe social de violencia de género, los profesionales destacan que pueden resultar igual de relevantes los datos objetivos aportados por la víctima que la información valorativa, en la que se incluyen pensamientos, reflexiones o percepciones. Eso sí, el trabajador social sí ha de diferenciar los conocimientos objetivos de los subjetivos y hacerlo constar en el informe a través de la valoración diagnóstica.
El trabajo social es una profesión que persigue combatir la desigualdad a través de la organización de los recursos disponibles, ayudando a la integración, contribuyendo a que las carencias básicas estén cubiertas y brindando la atención que pueda ser precisa.
