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Las técnicas de modificación de conducta son una de las herramientas más útiles para tratar eficazmente trastornos de este tipo en personas mayores y mejorar con ellas su bienestar y calidad de vida.
Los trastornos de conducta en personas mayores son uno de los mayores desafíos que enfrentan los profesionales sociosanitarios durante el desempeño de sus labores. Por ello, su trabajo es muy importante para mejorar la calidad de vida de las personas objeto de atención.
Para saber cómo tratar los trastornos de conducta en adultos y abordar de forma eficaz estos comportamientos es necesario contar con formación especializada, como la que ofrece el Máster en Gestión Sociosanitaria oficial y online de UNIR. En este posgrado se adquieren competencias en la gestión y diseño de proyectos de intervención, como los implementados en residencias para tratar estos trastornos.
Tipos de trastornos de conducta en mayores
Existen diversos tipos de trastornos de conducta de mayores:
- Neuropsiquiátricos: en los que se incluyen diferentes tipos de demencia, caracterizadas principalmente por la pérdida progresiva de la función cognitiva y la memoria.
- De estado de ánimo: los cuales se manifiestan a través de la tristeza, la depresión, la apatía y otro tipo de episodios.
- Ansiedad: este tipo de trastornos repercute negativamente en la salud mental, física y emocional de las personas mayores.
- De personalidad: en la que presentan cuadros de inestabilidad emocional.
- De sueño: hace referencia a los patrones de perturbación del sueño y el insomnio.
- De la conducta alimentaria: tipo de trastorno caracterizado por haber patrones anormales de alimentación. Por ejemplo, obsesión con la comida, comer en exceso o, en caso contrario, no alimentarse, etc.
Hay trastornos de conducta que son más comunes en la infancia o en la adolescencia, pero también pueden continuar en la edad adulta si no se tratan correctamente:
- Trastorno de conducta oposicionista desafiante (TCOD): conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil hacia figuras de autoridad.
- Trastorno disocial (oposicionista): incluye conductas más graves y antisociales, como la agresión física hacia personas o animales, robo, la destrucción de la propiedad y la violación de normas sociales importantes.
Para el tratamiento de estos trastornos de conducta UNIR también ofrece el Máster en Intervención Social online, el cual capacita a los futuros profesionales para desarrollar soluciones efectivas para diversos problemas sociales.
Síntomas y causas de los trastornos de conducta en personas mayores
Se pueden dar variados síntomas relacionados con trastornos de conducta en personas mayores, tales como: agitación, agresividad, desorientación, retraimiento o aislamiento social, irritabilidad, tristeza, ansiedad, euforia, estrés, problemas de memoria, delirios o percepciones incorrectas, comportamientos repetitivos o dificultad para realizar tareas cotidianas, entre los síntomas más comunes.
Los trastornos de conducta en personas mayores se deben a diferentes causas:
- Causas neuropsiquiátricas: enfermedades como el Alzheimer u otros tipos de demencia pueden provocar trastornos de conducta con síntomas como agitación, desorientación y agresividad.
- Problemas de salud física: las personas mayores experimentan un dolor crónico que afecta a su estado de ánimo y provoca alteraciones en la conducta. En este punto podría incluirse el tipo de dolor mal controlado o no diagnosticado, cuya consecuencia puede dar lugar a irritabilidad y desencadenar trastornos de conducta en adultos mayores.
- Efectos adversos en medicamentos: los cambios en el comportamiento también pueden deberse a efectos secundarios al tomar diferentes fármacos.
- Carencias sensoriales: el no oír o ver correctamente, o tener otro tipo de problema relacionado con los sentidos, puede causar cambios en la conducta, ya que, por ejemplo, pueden sentirse desorientados o incluso frustrados.
- Cambios en su rutina: las modificaciones en el entorno de la persona mayor (mudanzas, fallecimientos…) pueden provocar estrés, miedo, ansiedad, etc.. A su vez, la jubilación, por ejemplo, puede tener un impacto significativo en la salud emocional. Trabajar las emociones en adultos tiene una gran relevancia en el tratamiento de trastornos de conducta a estas edades, ya que permite que se conozcan mejor a sí mismos, aprendan a gestionar su estado de ánimo y mejoren su bienestar.
- Malnutrición o carencias nutricionales: esta situación puede afectar negativamente a la función cerebral y al estado de ánimo.
- Problemas de integración: cuando se dan situaciones de aislamiento social o el individuo no se integra o tiene problemas para interaccionar socialmente. A este respecto, la labor del trabajador social en una residencia es fundamental para evitar problemas de tipo social.
Es preciso que los síntomas de trastorno de conducta en personas mayores sean evaluados por profesionales capacitados que cuenten con formaciones especializadas en la atención a personas de la tercera edad, como la que ofrece UNIR a través del Máster en Gerontología online.
Técnicas de modificación de conducta en ancianos
Las técnicas de modificación de conducta en ancianos son útiles para tratar estos comportamientos. Estos son algunos ejemplos:
- Técnicas de refuerzo positivo. Se trata de recompensar o alabar la conducta deseada para fomentar su repetición. Por ejemplo, premiar la participación en talleres que tienen lugar en la residencia o reforzar positivamente actividades de la vida diaria como el aseo personal. Se hace imprescindible en estos casos que el director de la residencia de mayores implemente una dirección por valores en el centro con una dimensión ética y que busque el compromiso de los trabajadores.
- Técnicas de modelado. Basado en la imitación de la conducta que se quiere fomentar. En este caso, se presentan ejemplos de comportamientos positivos para que los ancianos lo imiten.
- Técnicas de habilidades sociales. Con el objetivo de promover y reforzar las habilidades sociales entre los mayores se enseñan algunas técnicas en este ámbito como: el saludo, gestión y resolución de conflictos y la expresión de gratitud, entre otros.
- Reforzamiento diferencial. Técnica de modificación de conducta enfocada en reforzar comportamientos deseables e ignorar o no reforzar los que se quieren evitar, desviando la atención hacia conductas apropiadas.
- Desensibilización sistemática. Exposición de las personas mayores a situaciones o estímulos que provocan conductas problemáticas para gestionar las emociones, el malestar o la ansiedad asociada a estos eventos.
- Sobrecorrección. Conduce al sujeto a reparar las consecuencias de su conducta inadecuada y a ejecutar una conducta adecuada, antagónica a la que se quiere eliminar.
Estas técnicas de modificación de conducta representan las aplicaciones más comunes para tratar este tipo de trastornos en personas mayores. No obstante, los especialistas deberán establecer qué tipo de técnica es la más adecuada teniendo en cuenta las necesidades de cada paciente y sus condiciones físicas, mentales y emocionales.