Andrea Carcacía
La experta en propiedad intelectual del despacho Elzaburu, Alba M. López, habla sobre las diversas aplicaciones que tiene hoy en día esta materia legal en la industria.
Aprender todo sobre derechos de autor o de patentes, la protección del diseño industrial o de los derechos de imagen es uno de los objetivos principales que persigue el Máster Universitario en Propiedad Intelectual e Industrial de UNIR. Para conseguirlo, la formación se imparte en colaboración con abogados del prestigioso despacho Elzaburu, referente a nivel estatal en propiedad industrial e intelectual.
Una de estas profesionales es Alba M. López, socia asociada del Área de Negocios y Contratos de Elzaburu. Asesora y representa a clientes nacionales e internacionales de todos los tamaños en todos los aspectos del derecho de la propiedad intelectual, la competencia desleal y la reputación, con un enfoque particular y una amplia experiencia en el tratamiento de los contratos comerciales.
Sus actividades actuales se centran en la defensa y explotación de activos de propiedad industrial e intelectual relacionados con las ciencias de la vida y las tecnologías de la información, especialmente en los ámbitos del software, el hardware y la inteligencia artificial. Ha intervenido en la redacción y negociación de términos y condiciones de servicios de consultoría tecnológica de Industria 4.0, en procesos de transformación digital con tecnologías ERP, CRM y big data, y en operaciones basadas en la nube.
¿Por qué crees que es importante especializarse con el Máster Universitario en Propiedad Intelectual e Industrial de UNIR?
La especialización es una tendencia imparable desde hace años, tanto en el mercado jurídico como en la fase previa, en la formación de profesionales. En efecto, los perfiles especializados son buscados activamente en los procesos de contratación de firmas que cuentan con áreas de práctica definidas. En estos últimos tiempos se valoran especialmente aquellos que aúnan conocimientos especializados en varias áreas, lo que es una oportunidad para estudiantes que ya tienen experiencia en un ámbito del derecho y quieren ampliar sus posibilidades.
Ya sea para ellos como para estudiantes que acaban de terminar sus estudios de grado y quieren especializarse en este plano jurídico, el Máster Universitario en Propiedad Intelectual e Industrial de UNIR es una gran opción, por su contenido y la flexibilidad de su modelo.
En el máster, los alumnos estudian casos prácticos impartidos por expertos de Elzaburu. ¿Cómo crees que les ayuda este tipo de formación para su futuro profesional?
Los casos prácticos que se plantean buscan reflejar experiencias y casos reales que un asesor jurídico se puede encontrar en su día a día, con independencia de si trabaja en un despacho o en la asesoría jurídica interna de una compañía o institución. Por supuesto, estos casos se plantean de forma simplificada y con el fin de ayudar al alumno a afianzar los conocimientos adquiridos.
Esto no obsta a que el alumno se enfrente a una problemática que existe más allá del plano teórico y tenga que usar todos los recursos a su disposición para resolver el problema planteado, del mismo modo que haría ante una consulta real.
Muchas veces, al hablar sobre gestión y comercialización de derechos de propiedad intelectual, pensamos solo en la industria audiovisual y musical, ¿siguen siendo estas las principales áreas de trabajo?
Los sectores audiovisual y musical gozan de un gran interés mediático, dada su ubicuidad en distintos medios y plataformas, la alta oferta y el consumo de este tipo de contenidos, nuevas posibilidades de monetización de los contenidos, y el ritmo de creación y promoción que opera en estas industrias.
No obstante, hay otros sectores que han sido relevantes durante años y que se encuentran en expansión también ahora, como es el caso del sector de los videojuegos, muy relevante en nuestro país. También el sector editorial o el sector del arte. Su relevancia tradicional se ve ahora incrementada ante las nuevas realidades tecnológicas y su impacto en las posibilidades de explotación de las obras en nuevos formatos y territorios. Por ejemplo, los videojuegos que integran capacidades de realidad aumentada, los metaversos (y todas las transacciones que se pueden realizar en estos), el arte digital, etc.
Así, es necesario conocer los fundamentos de la propiedad intelectual para poder hacer frente a los retos tecnológicos e identificar nuevas oportunidades de explotación de las obras.
Tras la pandemia, ¿habéis percibido algún cambio en las necesidades de los clientes en relación con sus activos de propiedad industrial e intelectual?
Claramente, sí. Muchos clientes han aprovechado para reflexionar sobre su negocio y, en un intento de maximizar o diversificar su negocio, han iniciado un proceso con varias facetas. Por un lado, apreciamos los esfuerzos para transformar ofertas de servicios en productos. Por otro, las empresas y las instituciones han realizado una labor de revisión de sus proyectos y carteras de activos y han iniciado procesos de protección de desarrollos, puesta en valor del secreto empresarial, y mostrado interés en explotar activos que no habían comercializado. También hemos detectado un interés creciente en la valoración de activos inmateriales para distintos fines.
En general la pandemia se ha traducido en que muchas compañías han cambiado su visión de los derechos de propiedad industrial e intelectual, pasando de un enfoque defensivo a ver oportunidades comerciales. En este punto, la labor del especialista es clave.
Estamos en un momento tecnológico en el que las redes sociales lo son todo. ¿Cómo se pueden controlar los derechos de los creadores?
Las redes sociales y plataformas plantean distintos escenarios para los creadores. Por un lado, son medios para los que crean contenidos, donde pueden comunicar sus creaciones, obtener un público y monetizar sus esfuerzos. Por otro lado, son medios en los que también se produce y se viraliza la infracción de derechos de terceros creadores.
Teniendo en cuenta esta doble faceta, podemos considerar medidas de control como que los creadores de contenidos introduzcan marcas de agua y advertencias sobre su titularidad o utilizar herramientas de monitorización del uso de sus contenidos. También podrían constituir prueba sobre la titularidad de los derechos sobre los contenidos mediante la inscripción de sus creaciones en el Registro de la Propiedad Intelectual o usando medios privados de prueba.
En caso de infracción de sus derechos por terceros, podrían usar los mecanismos de denuncia de contenidos infractores de derechos de propiedad industrial e intelectual que las plataformas ponen a disposición de sus usuarios, y, en su caso, monetizar cuando le interese.
Fórmate en UNIR en Propiedad Intelectual e Industrial
Enfoca tu talento en sectores como la industria musical, los videojuegos, la robótica, la industria químico-farmacéutica, la biotecnológica o las tecnologías de la información y el derecho digital, gracias al Máster en Propiedad Intelectual online de UNIR. Da un paso adelante y diferénciate dentro de la profesión de abogacía.
