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Si quieres saber cómo ser un buen abogado civilista, desde UNIR abordamos las claves para desarrollar tu carrera en torno a esta especialidad.
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La función del abogado civilista
Los abogados civilistas son aquellos que se han especializado en Derecho Civil o en alguna de sus áreas y defienden los intereses de particulares frente a otros particulares, que pueden ser personas físicas o jurídicas (empresas, entidades, etc.). Se encargan de un abanico amplio de asuntos, desde la reclamación de deudas económicas hasta la responsabilidad civil contractual o extracontractual, además de los conflictos que puedan surgir en el seno de una familia (filiación, divorcios) o confrontaciones por herencias y sucesiones.
Aunque es posible ejercer como abogado civilista general, dada la amplia materia que aborda esta rama jurídica lo habitual es que los profesionales se especialicen en alguna de las áreas concretas, por ejemplo, Derecho de Familia, Derecho Inmobiliario o Derecho Matrimonial Canónico, entre otras.
Requisitos para ser abogado civilista
Para ser abogado civilista el primer paso es estudiar el Grado en Derecho. Es la carrera que da acceso al Máster en el Ejercicio de la Abogacía que permite preparar y superar el examen oficial de acceso a esta profesión y colegiarse para ejercer.
Una vez superada la etapa de formación obligatoria se está preparado para ejercer como abogado civilista en un despacho o por cuenta propia, pero una de las recomendaciones clave en la que los expertos coinciden a la hora de ser un buen abogado civilista es buscar una especialización en alguna de las áreas de esta rama jurídica. De esta manera, el abogado ofrecerá a sus clientes un servicio diferenciado en aquellas materias en las que sea experto.
Actualmente existe una amplia oferta de cursos de postgrado en las universidades que permite a los abogados ejercientes o a los estudiantes de Derecho ser expertos en la materia que prefieran. Dentro del Derecho Civil es posible especializarse, por ejemplo, en Derecho Matrimonial Canónico o en Derecho de Familia y trabajar en casos relacionados con esta esfera de la vida (desde el matrimonio y sus efectos jurídicos y económicos y su disolución; como la tutela de menores o la patria potestad). Otras opciones de especialización dentro del Derecho Civil son los seguros o el patrimonio de las personas.
Consejos para ser un buen abogado civilista
Al margen de la preparación universitaria y la experiencia que se adquiere ejerciendo, ser un buen abogado requiere una combinación de cualidades personales y herramientas que serán clave para que la relación con los clientes y la resolución de casos sea exitosa.
En cuanto a las cualidades que se necesitan para ser un buen abogado la motivación y la vocación de servicio público son dos características que todos los expertos destacan. Además, será necesario contar con la capacidad de análisis y argumentación, así como dotes de persuasión y de negociación, ya que el abogado tendrá que ser capaz no solo de resolver un conflicto que se le plantee a su cliente, sino de evitarlo.
A la hora de ejercer, el abogado civilista necesitará potenciar cualidades y herramientas que harán que su trabajo destaque: capacidad y agilidad para tomar decisiones; ser metódico y ordenado con la información y documentos que maneja; discreción y paciencia para lidiar con discusiones ajenas y la presión diaria. No es un requisito contar con estas cualidades de forma natural, sino tomar el camino adecuado para potenciarlas para asegurar un mejor desempeño laboral. La clave será marcar unos objetivos claros y buscar la formación que lleve al éxito.
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