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Aquellas personas que estudian Derecho o están pensando en hacerlo se preguntan con frecuencia: ¿cómo ser un buen abogado? Te damos las claves.
La motivación y la vocación de servicio público son dos de los requisitos esenciales que toda persona que se plantee ejercer como abogado debe tener de base. Pero más allá de esto, los expertos concuerdan en que el futuro abogado tiene que contar también con una serie de habilidades personales y herramientas que harán que desempeñe su labor con la perseverancia y seguridad que se espera de un profesional del Derecho.
Cualidades para ser un buen abogado
Entre las principales cualidades que debe ostentar un abogado profesional, podemos señalar las siguientes:
- Para ser un buen abogado se debe tener capacidad de análisis y de argumentación para exponer tanto a sus clientes como en los tribunales las aristas de cada caso y su relevancia.
- Al tiempo, será un buen negociador, con capacidad de persuasión, ya que además de velar por los intereses de sus clientes cuando surjan conflictos, el buen abogado es aquel que también evita que se produzcan.
- Para anticipar y evitar los litigios, un buen abogado ha de ser metódico y ordenado con la información, los documentos que redacta y los casos que maneja, así como ser persistente para que nada se escape.
- Es conveniente ser ágil en la toma de decisiones y flexible para adaptarse a los giros que se produzcan en cada situación. Por esta razón, será vital también que el abogado sea resolutivo y mantenga su motivación en buena forma, ya que de su buen trabajo dependen los intereses de sus clientes.
- Por último, aunque esencial, un buen abogado debe ser paciente ya que tendrá que lidiar con discusiones ajenas y tensiones del día a día de las personas con las que trata; será discreto y cumplirá el código ético -como la obligación del secreto profesional-, y velará por el cumplimiento de la ley.
Herramientas profesionales para ser un buen abogado
Como futuro abogado es importante tener presente que los estudios universitarios se acaban, pero la formación continuará durante toda la carrera laboral. Más allá de los estudios obligatorios para poder ejercer como abogado (el grado en Derecho y el máster en Ejercicio de la Abogacía), será importante especializarse en alguna de las ramas jurídicas, ya que no es posible ser un experto en todo el universo legal.
La especialización permitirá al abogado ofrecer a sus clientes un servicio diferenciado sobre la materia en la que sean expertos. Las universidades cuentan con una oferta variada de cursos de postgrado que permite a los estudiantes de Derecho o a los abogados ejercientes especializarse en aquella materia que prefieran.
Pero más allá de la especialización, el abogado es un profesional que debe mantenerse al día de los diversos cambios legislativos que afectan a sus áreas de trabajo para desempeñar su labor con diligencia y efectividad. El futuro abogado debe entender el universo jurídico como un ente vivo, sujeto a los cambios que vive la sociedad y, por tanto, estar siempre preparado para ofrecer a sus clientes el mejor servicio conociendo en profundidad esas modificaciones que afectan a sus sectores de actuación.
- Máster Universitario en Ejercicio de la Abogacía