Borja Peigneux d'Egmont Casañ
La alerta contra el yihadismo situada en los planes de seguridad. EE. UU. y Europa no permiten que el resto de los focos de inestabilidad geopolítica global oculten esta amenaza.
La crisis energética y la guerra de Ucrania parecen monopolizar las noticias que han abordado la cumbre de la OTAN celebrada los pasados 29 y 30 de junio en Madrid. Sin embargo, se ha hablado mucho de una tercera amenaza de la que apenas se han hecho eco la mayoría de los medios de comunicación: el terrorismo global y la amenaza en la frontera sur de la alianza.
De hecho, en el evento de apertura del segundo día de esta histórica cumbre, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, afirmó que debían afrontarse “los desafíos en nuestra vecindad sur y la lucha contra el terrorismo. Oriente Medio, el norte de África y la región del Sáhel afrontan desafíos de seguridad, demográficos, económicos y políticos interconectados, agravados por el impacto del cambio climático y la inseguridad alimentaria causada por la guerra de Rusia en Ucrania”.
La inestabilidad, y muy especialmente la inestabilidad permanente que se vive en muchas de estas regiones son un caldo de cultivo para los procesos de radicalización, tal como se aborda en el Máster en Terrorismo Internacional concretamente en la asignatura del primer cuatrimestre Perfiles, Radicalización y Motivaciones de los Terroristas.
De este modo, una de las misiones que la Alianza se autoimpone en estas regiones es detener y prevenir estos procesos de radicalización. Y cuando no se alcance dicho objetivo, al menos conseguir llevar a cabo una rápida coordinación entre cuerpos policiales, inteligencia y fuerzas armadas de todos los países miembros en la lucha contra las organizaciones terroristas, operen como estados de facto, organizaciones criminales o a través de los llamados lobos solitarios.
Oriente Medio en 2017, África en 2022
Ha quedado la puerta abierta para que la Alianza del Atlántico Norte establezca misiones en territorio del Sahel (cinturón de casi 5.400 kilómetros que atraviesa el continente africano desde el Mar Rojo hasta el Océano Atlántico, con el desierto del Sahara en su norte y la sabana en su sur), una presencia cuyo objetivo no sería otro que el contener la cada vez más fuerte presencia de organizaciones filiales de Al-Qaeda o del Estado Islámico como Boko Hatam o Al-Qaeda en el Magreb Islámico.
Tras la celebración de este evento en Madrid, muchos han recordado la Cumbre de la OTAN celebrada en la sede de la Alianza en Bruselas el 25 de mayo de 2017, en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembro acordaron la entrada de la Alianza en la coalición contra el DAESH. En aquel momento se hizo hincapié en formar a la policía y fuerzas armadas iraquíes en estrategias y lucha antiterrorista. Hoy por hoy, esta misma cuestión genera dudas. ¿Quién es el nuevo Iraq en África? ¿Tendrán que ser directamente las fuerzas armadas de los países miembros de la OTAN las que lleven a cabo estas actividades antiterroristas en el Magreb?
Yihadismo en España
Para la posición española, la priorización de la guerra contra el terrorismo en el entorno europeo, y muy especialmente en el de la Alianza Atlántica, es clave. La formación y lucha contra este fenómeno, especialmente contra el yihadista, ha sido y debe seguir siendo una prioridad en nuestro país, ya que éste ha incidido de forma reiterada en nuestra historia reciente.
Aunque parece haber desaparecido de la memoria colectiva española, en 1985, cuando la amenaza de ETA todavía era una dura realidad y nadie pensaba en el extremismo islámico como amenaza real, un atentado en el restaurante “El Descanso” se llevó la vida de 18 personas. Desde entonces hemos vivido atentados como el del 11-M de 2004 en Madrid o el del 17-A de 2017 en Cataluña, pero se han evitado decenas más gracias a la pericia, experiencia, formación y profesionalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tanto las españolas como extranjeras, que han colaborado con las primeras.
Cabe destacar que el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado), institución dependiente del Ministerio del Interior, que cuenta entre sus filas con Policías Nacionales, Guardias Civiles, miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera, funcionarios de Instituciones Penitenciarias, profesionales de las Fuerzas Armadas y personal del CNI, sigue siendo motivo de admiración y un referente en el extranjero gracias a sus resultados y su alta capacidad de coordinación entre sus entidades.
La Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) ha apostado por investigar y formar a este respecto por lo que, en su área dedicada a las Ciencias de la Seguridad, en el seno de la Facultad de Derecho, el Máster en Terrorismo Internacional sigue siendo pieza clave de la oferta académica.