Laura Magalhães de Andrade
Dentro de la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz, este artículo examina las estrategias de mitigación y reconstrucción necesarias para proteger a las comunidades afectadas en futuros escenarios similares.
La reciente catástrofe en Valencia, caracterizada por lluvias torrenciales y devastadoras inundaciones, ha dejado en evidencia no solo la vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos extremos, sino también la necesidad urgente de adoptar medidas para mitigar estos desastres y proteger a las comunidades. En el territorio se ha experimentado en las últimas décadas un aumento significativo en la frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos, una tendencia que se observa en muchas otras partes del mundo (FAYO et al 2024).
Este fenómeno no solo tiene consecuencias en el ámbito humanitario y económico, sino que también pone en relieve la importancia de la ciencia y la tecnología en la prevención y respuesta ante estas situaciones. En este sentido, este artículo tiene como objetivo analizar la catástrofe a partir de la ordenación del territorio y de experiencias en reconstrucción de las ciudades de Nueva Orleans tras el huracán Katrina (EE. UU.) y de Fukushima después del tsunami de 2011 (Japón).
Este análisis permite identificar estrategias efectivas y enfoques sostenibles para reconstruir y proteger zonas vulnerables y, en el contexto de la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz (Naciones Unidas 2024), cuyo Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo se celebra todos los años el 10 de noviembre (UNESCO 2024), este artículo espera contribuir con algunas propuestas que nos conllevan a definir algunas acciones concretas para mitigar futuros desastres, enfatizando el papel crucial que juega la ciencia en el desarrollo urbano sostenible y la construcción de sociedades resilientes.
La catástrofe de Valencia
La región mediterránea, y en particular la Comunidad Valenciana, es una de las áreas de Europa más afectadas por la variabilidad climática. La temperatura del mar Mediterráneo ha aumentado en los últimos años, lo que contribuye a la formación de fenómenos como la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), responsable de las precipitaciones extremas (FAYO et al 2024).
Sin embargo, factores antropogénicos también agravan los efectos de estas lluvias intensas. La rápida urbanización y la expansión de infraestructuras sin planificación adecuada han contribuido a una menor capacidad de absorción del suelo. El hormigonado excesivo y la desaparición de áreas verdes han reducido las áreas naturales que pueden drenar el agua de lluvia, exacerbando las inundaciones. Además, muchas infraestructuras y sistemas de drenaje de la región no están diseñados para manejar volúmenes de agua tan altos, lo que ha provocado fallos y, en consecuencia, inundaciones masivas (MITECO 2018).
Por último, el aumento de la población en zonas de alto riesgo, como áreas cercanas a ríos o terrenos con alta probabilidad de inundación, eleva considerablemente el número de personas afectadas y las pérdidas económicas, sociales y ambientales (MITECO 2019).
Análisis desde elementos clave de la ordenación del territorio
El primer elemento clave de este análisis es la planificación territorial. Inicialmente, es esencial establecer regulaciones urbanísticas estrictas que protejan las áreas naturales y reduzcan la construcción en zonas de alto riesgo. La preservación de áreas verdes y la implementación de sistemas de drenaje natural pueden mejorar significativamente la capacidad de absorción del agua de lluvia, lo que es un ejemplo de soluciones basadas en la naturaleza (SBN), que no solo son sostenibles, sino también efectivas a largo plazo (MARÍN y PANDURO 2021).
Por ejemplo, tras el huracán Katrina, Estados Unidos modificó sus códigos de construcción en zonas propensas a inundaciones, con requisitos de elevación para viviendas y límites en la construcción de infraestructuras en áreas de riesgo (SERRANO 2020). Para Valencia, revisar los instrumentos de planificación territorial y establecer limitaciones específicas en zonas de inundación puede evitar daños a futuro. Además, se podrían incluir incentivos para la adopción de infraestructuras verdes.
Además, es necesario modernizar las infraestructuras de drenaje. Muchas ciudades mediterráneas, como Valencia, cuentan con sistemas de drenaje antiguos que no pueden manejar volúmenes de lluvia cada vez más intensos (ORTIZ Y MORENO 2020). En este sentido, es imperativo actualizar estas infraestructuras y adoptar soluciones avanzadas, como sistemas de almacenamiento temporal de aguas pluviales y la construcción de reservorios que ayuden a retener el agua durante las tormentas intensas.
La Comunidad Valenciana, es una de las áreas de Europa más afectadas por la variabilidad climática.
Una inversión bien dirigida es clave para evitar futuras catástrofes. En Nueva Orleans, gran parte de la reconstrucción se centró en reforzar los diques y mejorar los sistemas de control de inundaciones, dado que su colapso fue una de las causas más destructivas del huracán (SAIZ 2012). La experiencia de Nueva Orleans muestra que invertir en infraestructuras resilientes, como diques y sistemas de drenaje de alta capacidad, puede reducir los riesgos de inundación.
En Valencia, la inversión debería centrarse en la modernización del sistema de drenaje y en la construcción de estructuras de retención de agua. Las técnicas de infraestructura “blanda” (SBN) también pueden complementar estas intervenciones, como la creación de zonas de amortiguamiento que retengan el agua antes de que llegue a las áreas urbanas. Además, desarrollar un sistema de monitorización continua de niveles de agua en ríos y barrancos permitiría activar alertas tempranas y tomar acciones preventivas.
En este sentido, el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, el análisis de datos y la modelización climática son esenciales para la aportación de estas soluciones, que pueden mejorar la predicción y respuesta a fenómenos meteorológicos extremos. Así, la ciencia debe ser una herramienta clave para desarrollar modelos de previsión más precisos y sistemas de alerta temprana que permitan a las autoridades y ciudadanos prepararse adecuadamente ante eventos climáticos extremos.
Educación sostenible y preventiva
Dentro de este contexto, se debe priorizar algunos aspectos sociales y de gobernanza, como el acceso a la información adecuada y la educación para la sostenibilidad, más específicamente en el sentido de que la población esté informada sobre los riesgos de vivir en zonas propensas a inundaciones, sea consciente sobre su responsabilidad en la toma de decisiones que involucren su comunidad y conozca cómo actuar en caso de emergencia. A través de campañas de educación y sensibilización, se pueden reducir las consecuencias humanas y económicas de estos desastres (IFRC 2018).
En realidad, la reconstrucción y la preparación futura solo serán efectivas si la comunidad está informada y participa activamente. En Japón, por ejemplo, uno de los elementos clave de la recuperación tras el tsunami fue la educación comunitaria y la promoción de una “cultura de prevención”. Los ciudadanos reciben formación continua en respuesta a emergencias y participan en simulacros (UNESCO 2005). En Valencia, se podría implementar un programa de educación para la ciudadanía que aborde no solo la respuesta en caso de inundación, sino también la importancia de reducir la contaminación urbana y proteger los espacios naturales.
Con respecto a la gobernanza, la colaboración nacional e internacional juegan un papel fundamental. Las catástrofes naturales son un problema global, y Valencia puede beneficiarse de compartir conocimientos y estrategias con otras ciudades y países que enfrentan desafíos similares. La cooperación en la investigación y el desarrollo de políticas de mitigación también pueden acelerar el progreso hacia comunidades más seguras y resilientes.
En Nueva Orleans, por ejemplo, tras el paso del huracán Katrina, la coordinación entre los gobiernos federal, estatal y local fue inicialmente caótica, pero mejoró considerablemente con la creación de la “Louisiana Recovery Authority” (DOA 2006). La autoridad supervisó no solo la reconstrucción física, sino también la planificación de áreas protegidas y la construcción de diques reforzados. Esta experiencia indica que un modelo de coordinación multinivel es esencial para una recuperación efectiva en Valencia, incluyendo un enfoque de desarrollo que contemple el riesgo a largo plazo.
En este sentido, el apoyo a la ciencia para el desarrollo sostenible y el fomento de la investigación científica y la aplicación de conocimientos técnicos son claves para responder eficazmente a desafíos complejos como el cambio climático y, por consecuencia, la prevención de desastres. La creación de fondos específicos a la investigación en ciencias ambientales y tecnologías de mitigación del riesgo puede marcar una gran diferencia.
Propuestas para el desarrollo sostenible del territorio en el Día Mundial de la Ciencia
Finalmente, la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz es una oportunidad para reflexionar sobre cómo la ciencia puede ayudar a prevenir tragedias como la que ocurrió en Valencia. Este día nos recuerda que el conocimiento científico es indispensable para afrontar los problemas de nuestro tiempo, en el aporte de soluciones cuyos ejemplos se numeran a continuación:
- Desarrollo de Energías Renovables: La transición hacia energías limpias es esencial para reducir la huella de carbono y combatir el cambio climático.
- Conservación de la Biodiversidad: Proteger la flora y fauna contribuye a mantener el equilibrio de los ecosistemas y a reducir la vulnerabilidad ante desastres.
- Gestión Sostenible del Agua: El uso responsable y la protección de los recursos hídricos son fundamentales para enfrentar la escasez y los efectos de las sequías e inundaciones.
- Agricultura Sostenible: Implementar prácticas agrícolas que respeten el medio ambiente y fomenten la biodiversidad garantiza la seguridad alimentaria y protege el suelo.
- Urbanización Responsable: La planificación urbana debe contemplar el impacto ambiental y la necesidad de espacios verdes para mitigar los efectos del cambio climático.
- Reducción de Residuos: Implementar políticas de reducción, reutilización y reciclaje minimiza la contaminación y la presión sobre los recursos naturales.
- Educación Científica: Fomentar el interés por la ciencia en las nuevas generaciones contribuye al desarrollo de innovaciones sostenibles.
- Equidad en el Acceso a la Ciencia: La ciencia y la tecnología deben estar al alcance de todos para promover un desarrollo equitativo y reducir las brechas sociales.
- Promoción de la Investigación y Desarrollo (I+D): La inversión en investigación aplicada a la sostenibilidad ofrece soluciones innovadoras a problemas complejos.
- Cooperación Global: La colaboración entre países en temas de ciencia y tecnología es fundamental para abordar problemas globales como el cambio climático.
Por lo tanto, en Valencia y en todo el mundo, el desarrollo de políticas basadas en la evidencia, la inversión en infraestructuras verdes y el apoyo a la investigación científica pueden reducir considerablemente los impactos de los fenómenos climáticos extremos. La Semana Internacional de la Ciencia y la Paz nos invita, de esta manera, a reflexionar sobre el poder transformador de la ciencia en la creación de un mundo más seguro, resiliente y sostenible.
Referencias biblográficas
Division of Administration (DOA). “Disaster Recovery Initiative”. U.S. Department of Housing and Urban Development (HUD) [Docket No. FR–5051–N–01] Federal Register / Volume 71, Number 29 Department of Defense Appropriations Act, 2006. Disponible en: https://www.doa.la.gov/media/ngpjqjum/apa2_approved.pdf
FAYO, C. B., CALVO-CASES A., ROSALEN, E. A., CARRATALÁ, J. L., VENTE, J. “¿Qué hizo a la DANA tan destructiva? Factores ambientales y humanos”. Publicado en 07 de noviembre de 2024. Disponible en: https://www.agenciasinc.es/Opinion/Que-hizo-a-la-DANA-tan-destructiva-Factores-ambientales-y-humanos
IFRC. “Concientización y educación pública para la reducción del riesgo de desastres: Mensajes claves para la toma de medidas en los hogares y los colegios”. Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja, 2018. Disponible en: https://www.ifrc.org/sites/default/files/2021-08/PAPE-2.0-Spanish_lowres.pdf
MARÍN, L.L. PANDURO, A.T. “Las Soluciones basadas en la Naturaleza: una fórmula ganadora para la sostenibilidad del planeta”. Revista Ambienta, nº 127, marzo 2021. Disponible en: https://www.revistaambienta.es/content/dam/revistaambienta/files-1/Revista-Ambienta/compartidos/127%20SbN%20FORMULA%20GANADORA.pdf
MINISTERIO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA (MITECO). “Inundaciones y cambio climático: Estudios y experiencias a nivel europeo en el primer ciclo de la Directiva de Inundaciones”. Madrid, 2018. 105 pp. Disponible en: https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/agua/temas/gestion-de-los-riesgos-de-inundacion/libro-cambio-climatico-inundaciones-web-06092019_tcm30-499367.pdf
MINISTERIO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA (MITECO). “Evaluación de la resiliencia de los núcleos urbanos frente al riesgo de inundación: redes, sistemas urbanos y otras infraestructuras”. Madrid, 2019. 68 pp. Disponible en: https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/agua/temas/gestion-de-los-riesgos-de-inundacion/guia-evaluacion-resiliencia-nucleos-urbanos-riesgo-inundacion_tcm30-503725.pdf
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ORTIZ, M.I.L., MORENO, J.M. “Riesgo de inundación en España: análisis y soluciones para la generación de territorios resiliente”. Universitat d’Alacant, 2020. Disponible en: https://adaptecca.es/sites/default/files/documentos/riesgo-inundacion-espana.pdf
SAIZ, E. “Nueva Orleans se blinda con un dique de 215 kilómetros”. Publicado en 15 de junio de 2012. Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2012/06/15/actualidad/1339792977_518506.html
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UNESCO. Forjar hoy la tierra del mañana. “Japón, campeón de la prevención en la escuela”. In Forjar hoy la tierra del mañana. El Nuevo correo, p. 35-37, illus, 2005. Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000139499_spa
(*) Laura Magalhães de Andrade. Coordinadora del MU en Derecho de la Ordenación del Territorio y del Urbanismo. Responsable Académica de Sostenibilidad. Doctora acreditada en Derecho. Especialista en Derecho Ambiental y Urbanístico. Experta en planificación estratégica de la sostenibilidad y en la institucionalización de la Agenda 2030.
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