UNIR Revista
La mayoría de los usuarios consume y comparte contenido sin considerar si está protegido o no por derechos de autor.
El debate sobre los derechos de autor en redes sociales (RR. SS.) ha tomado intensidad en los últimos años a medida que el número de creadores de contenido y sus audiencias han ganado relevancia. También porque los usuarios siguen sin tener muy claro cómo usar o compartir correctamente en internet fotos, textos o canciones que ha creado otra persona.
La especialización en esta área jurídica con un programa como el Máster en Propiedad Intelectual de UNIR garantiza a sus alumnos los conocimientos y capacidades para afrontar todo tipo de casos en el ámbito internacional, europeo y español. Otro posgrado relacionado y que, sin duda, es útil para aquellos interesados en este ámbito es el Máster en Derecho Digital.
¿Qué son los derechos de autor?
Internet ha crecido en las últimas tres décadas a golpe de clic y, con la naturalidad que otorga el copiar y pegar o el descargar y compartir, cada día se publican millones de mensajes, fotografías y vídeos que infligen de una forma u otra los derechos de autor de un creador.
El derecho de autor es el término jurídico que se utiliza para agrupar los derechos y facultades que corresponden a una persona sobre una creación intelectual, artística o literaria. Un poema, una fotografía, un dibujo, una canción o una coreografía son ejemplo del tipo de creación que, si es original, puede ser protegida por los derechos de autor y solo sus creadores tienen derecho a publicar, reproducir o explotar, ya sea en soportes físicos o digitales.
Los derechos de autor forman parte de los derechos de propiedad intelectual, destinados a proteger también los intereses de otras figuras relacionadas con la creación artística, científica e intelectual, como son los productores, intérpretes, artistas, editores, etc. Conocer en profundidad todas las aristas de la tutela jurídica, la valoración y la comercialización de los activos que genera la propiedad intelectual e industrial abre la puerta a una carrera exitosa en el ámbito del derecho digital.
La vulneración de los derechos de autor en redes sociales
La mayoría de los usuarios consume y comparte contenido sin considerar si está protegido o no por derechos de autor: desde mensajes en Twitter a fotografías en Instagram o vídeos de creación casera con diferentes imágenes y melodías que acaban en YouTube o TikTok, lo habitual es publicar sin referenciar al autor de un contenido. Pero esta práctica abre la puerta a recibir una reclamación por vulnerar los derechos de un autor.
Por ejemplo, Rafa quiere promocionar su pastelería subiendo a Instagram una publicación llamativa para contar sus últimas recetas. Sin embargo, como no es muy bueno con la cámara de fotos, decide usar unas fotografías de una tarta que ha visto en una web de otro país. Esas imágenes están protegidas por derechos de autor, que pertenecen a la persona que tomó las fotografías y utilizarlas sin su consentimiento supone vulnerar sus derechos y quedar expuesto a una reclamación económica y de atribución de autoría.
La recomendación que se da a los creadores de contenido para evitar perder los derechos de sus obras si optan por compartirlas en Internet es publicarlas con el símbolo de todos los derechos reservados (©) junto con la fecha de creación y detallar los usos permitidos en las condiciones de uso de su página web.
Los derechos de autor en Instagram, Facebook o Twitter
A la hora de compartir en redes sociales, es importante tener en cuenta las condiciones de uso de la plataforma. Al darse de alta en Instagram, Facebook o Twitter el usuario acepta unas condiciones que reflejan qué ocurre con los contenidos que decide publicar (que suele ser la cesión de una licencia no exclusiva de ese contenido, aunque el usuario mantenga la autoría) y cómo gestiona esa red social las vulneraciones de derechos de autor que realice un usuario.
Las plataformas son estrictas en la gestión de las denuncias de vulneración de derechos de autor, llegando a borrar el contenido afectado y penalizando a los usuarios:
- Tanto Facebook como Instagram eliminan de la plataforma el contenido que haya sido denunciado por infringir derechos de autor o copyright.
- En el caso de YouTube, por ejemplo, si un usuario recibe tres o más faltas por incumplir derechos de autor, la plataforma puede cerrar o suspender el canal y eliminar los vídeos.
- Twitter, del mismo modo, tras recibir una denuncia, desactiva el acceso al contenido denunciado y lo notifica al infractor.
Pero las políticas de uso tienen otra cara: la cesión de derechos a la propia plataforma. Por ejemplo, Facebook expresa en el tercer epígrafe de sus condiciones de uso que para proporcionar sus servicios necesita “permiso para usar contenido que creas y compartes”: la plataforma reconoce la autoría de todo el contenido que se comparta en Facebook y demás plataformas de Meta como Instagram, pero tiene permisos legales (licencia) para usar ese contenido.
Es decir, “si compartes una foto en Facebook, nos concedes permiso para almacenarla, copiarla y compartirla con otros, de conformidad con tu configuración”. Esta licencia finaliza solo cuando el usuario elimine el contenido de sus sistemas, un proceso de borrado que puede durar hasta 90 días.
En la práctica, esta licencia otorgada a plataformas como Instagram permite utilizar y explotar obras compartidas por los usuarios con fines lucrativos y solo cesa cuando se desactiva la cuenta.
¿Qué dice la ley sobre los derechos de autor?
En los países miembros de la Unión Europea, los derechos de autor protegen la creación hasta 70 años después de la muerte de su creador o del último superviviente si es una obra de autoría múltiple. Fuera de la UE, el mínimo de tiempo protegido es de 50 años. Los derechos de autor otorgan al creador de una obra:
- Derechos económicos: es la única persona que puede controlar la obra y recibir remuneración por su venta o concesión de licencia
- Derechos morales: le permiten reivindicar su autoría y negarse a que sea modificada sin su permiso.
Aunque no es obligatorio, el registro de la obra ayudará al autor a demostrar su autoría en caso de conflicto. En España, los derechos de autor se rigen por la Ley de Propiedad Intelectual y el Código Civil. La primera define como autor a una persona física que crea obras literarias, artísticas o científicas. Además, según el Código Civil, el autor de una obra tiene derecho a su explotación económica y el derecho moral a que se le reconozca como creador, por lo que la normativa establece cómo ejercitarlo y el tiempo que le corresponderá.