Alberto Pascual García
Quien fuera la primera indígena de América Latina en ocupar un puesto como ministra de Relaciones Exteriores habla para UNIR en una openclass sobre las poblaciones originarias.
Desde Naciones Unidas se estima que los pueblos indígenas suman más de 300 millones de personas entre un total de 90 países en todo el mundo. Esto supone un 5% de la población del planeta. Como colectivo vulnerable, ha sido objeto de innumerables violaciones de derechos humanos y desde UNIR hemos querido saber en qué situación se encuentra actualmente, para poder valorar su paso por la historia. Los pueblos originarios siguen luchando por que se les reconozca lo que son: ya no solo sujetos colectivos, sino también individuales.
Para poder analizar fielmente la situación de estos pueblos y sus ciudadanos, el Máster Universitario en Derechos Humanos de UNIR contó con la presencia de Nina Pacari, una de las mayores expertas en la materia. En este artículo, repasamos los principales puntos de esta openclass.
La lucha contra la vulnerabilidad
Pacari nació en Cotacachi, Ecuador, en 1961 y se ha convertido en un referente en la lucha por los derechos humanos de los pueblos originarios. Actualmente, ofrece sus conocimientos en la primera escuela itinerante de derecho Kichwa del Instituto Ciencias Indígenas Pacari y ejerce como docente en la Maestría de Derecho Constitucional de la Universidad Indoamérica. Un camino repleto de logros, como ser la primera indígena de América Latina en ostentar el puesto de ministra de Relaciones Exteriores del gobierno de Ecuador, ser canciller de la república y diputada nacional en el país.
A nivel jurídico, es doctora en jurisprudencia y ha ejercido como abogada de la Federación de los pueblos Kichwa de la Sierra Norte de Ecuador y de la provincia del Chimborazo. Además, fue elegida en 2007 como jueza en del Tribunal Constitucional de Ecuador. Esta experiencia le permite ser la voz de muchos indígenas que buscan un reconocimiento que parece perdido a lo largo de los años frente a los occidentales. Para Pacari, existen varios términos y formas de referirse a los pueblos originarios que ahondan aún más en la imagen distorsionada que hay de ellos.
Un ejemplo claro para Pacari es el uso inadecuado del término ‘vulnerable’ para referirse a los pueblos indígenas por el mero hecho de carecer lo que desde Occidente se considera como bienes materiales, ya sea un hogar en condiciones, agua potable, red eléctrica, Internet…: “No son seres que puedan ser solo identificados como pobres o que no pueden actuar, son entidades históricas y sujetos colectivos. Los pueblos originarios son portadores de potencialidades, como por ejemplo el proceso de su organización. Por donde quieran que viajen, los pueblos indígenas siempre nos aglutinamos alrededor de la familia, en el barrio. También se refleja en nuestros idiomas: lo que permite que la filosofía y las nociones que tienen los pueblos indígenas sigan consolidándose allá por donde vayan”.
Teniendo en cuenta que la vulnerabilidad es la capacidad de resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante o la incapacidad para reponerse después que ha ocurrido un desastre, el término queda muy alejado de la realidad de los pueblos originarios, tal y como explica Pacari: “No somos sectores ni solo movimientos sociales, somos entidades históricas colectivas anteriores a la conquista española y que cuentan con continuidad histórica como pueblo: somos naciones o nacionalidades. Como tal, somos portadores de economía, de política, de cultura, de identidad y es así como se nos tiene que mirar”.
Por lo tanto, en materia de derechos humanos hay que tener en cuenta la diversidad de estos pueblos y no solo identificarlos como seres vulnerables, sino como lo que ya recoge el convenio 169 de la OIT, un instrumento nacional que se reconoce como pueblo: “A veces, incluso nos llaman minorías cuando en muchos países somos incluso mayorías o muy representativas”.
Derechos humanos en relación con los pueblos indígenas
Pacari quiere dejar claro que los gobiernos, los académicos, los investigadores, la ciudadanía en general, deben tener presente que el pueblo indígena es titular no solo de los derechos individuales como personas, sino también como colectivos: “Este es uno de los principales aportes del movimiento indígena en materia de derechos humanos. No somos solo ciudadanos como sujeto individual, sino que también pertenecemos a un pueblo. De esta forma generamos una atención distinta desde todas las esferas de nuestra realidad. Hay que diferenciar, entonces, entre ser sujeto individual de derecho o ser titular colectivo de derecho en todos los ámbitos de esta sociedad plurinacional”.
Por lo tanto, esto implica repensar todas las áreas de la sociedad para que se tenga en cuenta el andamiaje sobre el que se sujeta el pueblo indígena. Para Pacari, no todo gira alrededor de las cuestiones jurídicas: “También hay que tener en cuenta la parte política y los recursos económicos que deben estar dirigidos hacia los pueblos originarios”. De esta forma, derechos humanos como son la educación, la salud, la alimentación, la vivienda… deben ser tomados en cuenta para que sean acordes a la historia de los pueblos indígenas, con toda su filosofía. Esto podrá permitir reconocer su interculturalidad y saber reconocer la condición humana de estas sociedades.
Pacari reconoce que el tema de los derechos humanos es tan amplio que es necesario no solo pensar en las carencias sino también las obligaciones de los estados, los académicos, las ONGs y ciudadanos que estamos en esta sociedad. Así que su lucha continúa y nosotros estaremos muy pendientes de ella.
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