Rubén Miranda Gonçalves
Medios de todo el mundo se han hecho eco de una espeluznante noticia: en un mes, 19.000 menores cruzaron la frontera de México a Estados Unidos sin sus progenitores u otro acompañante adulto.
La cifra, según consta, es la más alta que se ha podido registrar hasta el momento y entre los varios motivos se encuentra el cambio de política que ha tenido Estados Unidos con la llegada del nuevo presidente Joe Biden. El nuevo mandatario ha suspendido de forma temporal las expulsiones de menores de edad que llegan sin compañía de sus padres o representantes legales, hecho que “anima” a muchos padres a enviar a sus hijos solos porque saben que, si los acompañan, ellos serán expulsados.
En este caso, los menores de edad que llegan a Estados Unidos quedan bajo la custodia del gobierno americano hasta que se resuelva su caso en los tribunales y, en muchas ocasiones, es probable que no puedan volver con sus padres, algo que atenta gravemente contra los derechos humanos, pues la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad.
Crisis migratoria
Si ya de por sí la globalización ha afectado a todos los países del mundo en general, tanto por los flujos migratorios de entrada como también los de salida, la situación de pandemia sanitaria mundial ha acentuado todavía más esta crisis migratoria, provocando un aumento de casos de migrantes económicos que buscan un futuro mejor lejos de sus países de origen, en los cuales están viviendo en situaciones precarias.
Cuando se hace alusión a migrantes económicos, nos referimos a personas que se ven en la obligación de abandonar su país de origen para poder sobrevivir o, en muchos casos, “malvivir”, y que están huyendo de una situación de extrema pobreza simplemente para buscar una vida digna para ellos y su familia.
Por si fuese poco el calvario por el cual tienen que pasar y la violación a su dignidad como seres humanos, cuando llegan a un nuevo país, y en el caso que nos ocupa, Estados Unidos, se ven envueltos en procedimientos de devolución forzosa y, por regla general, son expulsados a sus países de origen. De ahí que muchos padres hayan optado por permitir que sus hijos, menores de edad, abandonen su país y se desplacen a Estados Unidos en busca de una suerte mejor.
La situación se agrava, pues estos migrantes son niños, uno de los colectivos más vulnerables, y empeora cuando se trata de menores de edad que llegan a Estados Unidos, ya que este país sigue sin ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño y, por tanto, no está obligado a su cumplimiento. En este caso, los menores son detenidos, puestos a disposición judicial y si, tras meses o años de espera, tienen la “suerte” de que se les permite quedar, no serán expulsados, pero su futuro es, cuanto menos, incierto.
El poder del estado
A nivel internacional, los estados no tienen ninguna obligación legal para admitir y autorizar la permanencia de los inmigrantes que llegan a su territorio en busca de mejores condiciones de vida. Es más, es el Estado el único que tiene soberanía sobre su territorio y el que tiene la potestad para decidir quién entra y quién permanece en él.
Asimismo, los estados tienen capacidad para legislar acerca de los procedimientos e instrumentos jurídicos que posibiliten la expulsión de quienes no se encuentren en situación regular en su territorio. Por tanto, nos encontramos con un dilema de carácter político y también moral bastante complejo sobre el cual, en el caso de los migrantes económicos, no hay una regulación específica a diferencia de lo que sí ocurre con los refugiados, quienes pueden solicitar el derecho de asilo.
En este contexto y dada la relevancia de la materia, el Máster Universitario en Derechos Humanos: Sistemas de Protección, que ofrece la Universidad Internacional de La Rioja, está densamente preparado para formarte en todas estas cuestiones sobre derechos humanos y, a través de un enfoque profundo y muy didáctico, prepararte con el fin de formarte en materia de refugiados, desplazados y migrantes económicos.
Bibliografía:
MIRANDA GONÇALVES, R. “La protección de la dignidad de la persona humana en el contexto de la pandemia del Covid-19”, Justiça do Direito, v. 34, n. 2 (2020), pp. 148-172.
Se puede ver un vídeo reciente de un niño de 10 años pidiendo auxilio a un policía: https://elpais.com/internacional/2021-04-07/un-video-de-un-nino-migrante-perdido-ilustra-el-drama-en-la-frontera-de-mexico-y-estados-unidos.html