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Una due diligence es un proceso supone analizar y auditar diferente tipo de documentación de una empresa antes de invertir en ella para conocer cuál es su situación real y determinar si la operación es segura.
En el mundo de la inversión empresarial, la due diligence es un elemento esencial. Cuando una compañía quiere adquirir o invertir en otra, suele realizar un proceso de investigación sobre el negocio para conocer cuál es su situación real (a nivel financiero, laboral, tecnológico…). Esto permite tener una radiografía de la organización y alertar de posibles riesgos. Es ahí donde se pone en marcha el proceso de due diligence, también conocido como diligencia debida.
La due diligence puede ser altamente compleja; por eso, es importante conocer todos sus pormenores a través de formaciones como el Máster en Asesoría Jurídica de Empresas online de UNIR. Con esta formación, además, los estudiantes aprenderán a analizar e interpretar la situación económica y contable de una empresa, así como a aplicar el derecho de la Unión Europea y la normativa reguladora del comercio internacional.
¿Qué es una due diligence?
Una due diligence es una investigación que un inversor encarga para obtener información antes de ejecutar una adquisición/operación societaria. Estas inversiones pueden ser de lo más variadas; en el caso del sector empresarial incluyen la adquisición de una sociedad o de sus acciones o participaciones, fusionar una compañía con otra, inyectar capital o, incluso, comprar deuda de una empresa.
Además, la due diligence también sirve para disponer de información sobre un inmueble que se quiere adquirir o seleccionar proveedores internacionales. En definitiva, es un mecanismo que posibilita que inversores o compradores accedan a información veraz y concreta sobre el estado actual y potencial de aquello en lo que tienen previsto invertir.
Los inversores suelen recurrir a este proceso para determinar un precio adecuado de cara al acuerdo. También lo utilizan para valorar una oportunidad de inversión con el fin de averiguar si es rentable o si, por el contrario, puede suponer un mal negocio o una operación de riesgo. Una vez que se dispone del informe de due diligence, el inversor estará en disposición de decidir si lleva a cabo la adquisición o no.
¿Cuándo se realiza la due diligence?
El momento adecuado para realizar la due diligence es antes de cerrar un acuerdo. Normalmente, la parte compradora es la que lleva a cabo este proceso, aunque también puede ser el vendedor si, por ejemplo, realiza una auditoría interna y comparte sus resultados con la otra compañía.
Las due diligence suelen ser complejas por toda la documentación que se revisa y dependen en gran medida del volumen de la empresa. Por eso, su duración oscila entre uno y dos meses.
Por norma general, este proceso de investigación no lo lleva a cabo directamente el inversor o comprador interesado. Estos suelen encargar auditorías externas a perfiles especializados que, según la materia, pueden ser desde profesionales del derecho con formación académica en esta área hasta expertos en economía que, por ejemplo, cuenten con un Máster en Gestión de Riesgos Financieros. El perfil depende mucho del objeto de la adquisición.
Tipos de due diligence
Una due diligence puede ser de varios tipos en función del tipo de empresa en la que se centra la transacción. Estos son los cuatro principales:
- Due diligence financiera. Sirve para evaluar la situación financiera de una compañía. En este proceso se analizan desde los estados financieros, la contabilidad o declaraciones fiscales donde se plasma el pago de impuestos, hasta auditorías financieras de la empresa. La idea es analizar la situación económica de la compañía de forma histórica para determinar su viabilidad y proyección futura.
- Due diligence legal. Fundamentalmente se centra en el análisis de cuestiones legales. Este proceso abarca todo tipo de documentos jurídicos, como licencias, contratos mercantiles, litigios de la empresa, pactos societarios… La idea es detectar cualquier situación irregular, litigiosa o de incumplimiento de la normativa aplicable.
- Due diligence de recursos humanos. Analiza los aspectos relacionados con los empleados como, por ejemplo, los convenios laborales de la empresa, número y tipo de trabajadores, conflictos laborales, política social de la compañía… Se trata de verificar que no existe ningún conflicto o situación irregular en toda la parte que compete a los asalariados y sus derechos.
- Due diligence comercial. Consiste en investigar la posición de mercado de la empresa que se quiere adquirir, detectar a sus competidores, implantación, reputación, pactos con otras firmas, etc. En este caso, se suele evaluar la base de clientes, la cartera de productos de la compañía y estrategias de ventas, entre otras cuestiones.
Ejemplo de due diligence
Entre posibles ejemplos y aplicación del due diligence señalar:
- Una entidad va a fusionarse con otra y lleva a cabo una investigación para evaluar los riesgos y oportunidades de esta operación.
- Una inmobiliaria quiere comprar una propiedad y, para ello, lleva a cabo una verificación sobre el título legal del dueño del inmueble y, además, analiza las cargas que pueda tener.
- El sistema de diligencia debida se puede aplicar incluso a la hora de adquirir materias primas; por ejemplo, para minimizar el riesgo de poner en el mercado madera o productos derivados que hayan sido obtenidos de forma ilegal.
En resumen, la due diligence es un proceso complejo e integral que abarca el análisis de documentación de todo tipo, desde asuntos legales o económicos hasta medioambientales, y que incluye un análisis cuantitativo pero también cualitativo del asunto analizado.
Es por eso que estos trabajos suelen recaer en profesionales formados en la materia de la que es objeto la adquisición. Este sistema es crucial para identificar problemas potenciales y oportunidades con el objetivo de garantizar que la adquisición se realiza según marca la ley y del modo más beneficioso para el inversor.