Alfonso Basallo
Graduados sociales y abogados comparten parte de su formación. Por ello, existe un itinerario particular para aquellos graduados sociales que desean obtener el grado en Derecho que lo hace más corto.
Mientras los abogados poseen la capacidad de representar a sus clientes en cualquier asunto legal, los graduados sociales se centran en temas únicamente laborales y de Seguridad Social, asesorando jurídicamente a trabajadores y empresas o a cualquier institución que tenga algún problema en estos asuntos. Quienes posean la titulación de Relaciones Laborales y deseen convertirse en abogados, deben saber que tienen la opción de cursar un plan de Grado en Derecho para graduados sociales que acorta estos estudios.
Graduado social versus abogado
Abogados y graduados sociales son profesionales que comparten responsabilidades y formación, pero entre ellos existen también grandes diferencias.
Derecho es una carrera que cuenta con una alta inserción laboral, debido principalmente al amplio abanico de profesiones que se pueden ejercer con estos estudios. Así, es posible trabajar como abogado por cuenta propia, procurador, fiscal, juez, abogado del Estado u optar por la asesoría legal en empresas de diferente ámbito. También existe la opción de preparar cualquier tipo de oposición que requiera de un título universitario.
El grado en Relaciones Laborales también ofrece variedad en las salidas profesionales, pero mucho más acotadas al ámbito laboral.
Un gran número de graduados sociales ejercen la representación de sus clientes ante el Juzgado de lo Social, pero si la causa trasciende el ámbito del derecho laboral y la Seguridad Social, deben recurrir a un abogado. Es por ello que muchos se plantean la idoneidad de completar su formación con un Grado en Derecho. Al tener en su haber el Grado en Relaciones Laborales, existen para ellos itinerarios propios como el plan de grado en Derecho para graduados sociales de UNIR, que acortan estos estudios.
Derecho para graduados sociales
Los graduados sociales o diplomados en Relaciones Laborales comparten muchas materias de estudio con los graduados en Derecho. Es por ello que para aprovechar estos conocimientos, así como la posible experiencia laboral ya adquirida, muchas universidades ofertan en sus planes de estudios opciones de convalidaciones para los graduados sociales que quieran cursar Derecho.
Los estudios de Derecho para graduados sociales se plantean para que estos profesionales puedan obtener este título en dos años, en lugar de los cuatro habituales. Para ello, cada centro presenta su propia tabla de reconocimiento de créditos. En UNIR, por ejemplo, cada caso es estudiado de forma personalizada por el departamento de Reconocimientos, teniendo en cuenta el expediente académico del alumno y también su experiencia profesional en todo lo relacionado con el Derecho.
Dependiendo del expediente académico del graduado social y de su experiencia laboral, se elabora el itinerario de estudios para cursar el grado en Derecho, que podrá tener mayor o menor carga de créditos según cada caso.
De graduados sociales a Derecho: 3 casos reales
A la gaditana María Antonia Bermúdez, la coruñesa Antia Romero, y al sevillano Francisco Javier Galán les está cambiando la vida hacer el Grado en Derecho en UNIR.
María Antonia Bermúdez
Los tres son graduados sociales y los tres están aumentando su formación jurídica y esperan ampliar sus expectativas profesionales, al beneficiarse del reconocimiento de créditos del plan de Grado en Derecho para graduados sociales. No sólo están aumentando sus conocimientos jurídicos, logrando así una visión más amplia del Derecho, sino que se les abre un abanico de posibilidades para mejorar su situación laboral y profesional.
Con el mencionado plan pueden sumar los créditos que es posible convalidar de sus anteriores licenciaturas en Relaciones Laborales o Ciencias del Trabajo, más los créditos reconocibles por la experiencia profesional acumulada. Y, de esta forma, pueden titularse en Derecho en menos tiempo de lo que tardaría alguien que carece de esos estudios previos.
María Antonia, madre de familia con dos niños, es socia de una asesoría laboral. Hizo una diplomatura en Graduado Social; y luego se puso a trabajar en la asesoría de la que ahora es asociada. Al mismo tiempo cursó la licenciatura en Ciencias del Trabajo.
“Los graduados sociales sabemos de Derecho laboral, tanto o más que los abogados” señala. “Pero en mi caso personal notaba que necesitaba ampliar conocimientos en materia procesal”.
Compatibilizar familia, trabajo y estudio
Decidió estudiar Derecho en UNIR, porque otros dos colegas suyos se lo recomendaron. “Tengo que compatibilizar mi trabajo, la atención a los dos niños y el estudio, y me viene muy bien una universidad online”.
Adapta el grado a su agenda y aprovecha hasta el último minuto: saca cada día hora y media de estudio antes de su jornada laboral. Para María Antonia son esenciales los tutores, porque “con ellos no te sientes solo, ni tienes la sensación de hacer la carrera en plan autodidacta”.
“Desde que estudio Derecho noto más soltura, más riqueza de vocabulario jurídico” señala. De hecho, se ha planteado continuar y hacer el Máster en el Ejercicio de la Abogacía.
“Vale la pena el esfuerzo”. Tanto es así que ya ha recomendado UNIR a un amigo que trabaja en una entidad bancaria y ya se ha matriculado en el grado online en ADE.
A Antía Romero, responsable de Recursos Humanos en una consultora, le interesaba hacer el Grado en Derecho para crecer en su profesión y porque el Derecho es “un pilar básico y esencial para un mejor entendimiento de la sociedad en la que vivimos”.
Antía Romero
Era graduada en Relaciones Laborales y tenía un Máster en Recursos Humanos, pero quería asentar sus conocimientos jurídicos. Eligió UNIR por tres razones: le permitía compatibilizarlo con el trabajo, al ser online; disponía de un tutor; y gracias a la convalidación le reconocieron la mitad de los créditos.
Casos prácticos y reales
A Antía le gusta especialmente que las clases del Grado en UNIR sean “interactivas” y que se aborden y resuelvan “casos prácticos y reales”.
Lo mismo piensa Francisco Javier Galán, que comenzó su andadura profesional trabajando con su padre —también graduado social—; se diplomó en esa titulación y lleva 21 años trabajando como autónomo. “Estoy muy ilusionado con este apasionante y duro reto”.
Especialista en las prestaciones de la Seguridad Social, Galán ha intervenido en medio millar de juicios, y desde hace tiempo quería hacer Derecho. “Era un reto que me debía a mí mismo” afirma.
Primer paso para saltar a la abogacía
Optó por UNIR, porque otros compañeros “me hablaron muy bien de ella”. “La recomendación fue acertada“. Porque estudiar en esa universidad “no es pagar un dinero para sacarse un título”, sino una formación personalizada, que Galán valora especialmente: “Se pusieron en contacto conmigo personalmente para “acompañarme”; entendieron mi situación profesional y personal; me aconsejaron para dosificar el esfuerzo”. Resume así su experiencia: “Si eres constante y trabajas “nunca estarás solo”.
Recomienda la experiencia a otros graduados sociales, tanto por el plan de reconocimiento de créditos, como por el sistema de autoevaluación o la posibilidad de una tercera convocatoria, que “otras universidades no tienen”.
Cuando acabe Derecho, Galán tiene intención de hacer el Máster en el Ejercicio de la Abogacía y colegiarse como letrado.
Francisco Javier Galán
