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Los datos empíricos muestran que existe cierta correlación entre los delitos cometidos en la juventud y los perpetrados en la edad adulta por el mismo sujeto. Así, podría existir cierta continuidad entre la delincuencia juvenil y la adulta, de modo que los criminales adultos suelen haber cometido actos delictivos en su juventud. Según estas posturas, individuos que comienzan su carrera criminal a una edad tardía son difíciles de encontrar en la realidad. Después de los 21 años de edad, la probabilidad de comenzar con comportamientos violentos serios es cercana a cero.
La llamada Criminología del desarrollo, teoriza acerca de dos tipos diferentes de delincuentes para tratar de explicar la curva de la edad:
1. Delincuentes cuya actividad delictiva se limita a la adolescencia.
2. Delincuentes persistentes que delinquen a lo largo de su vida.
No obstante, que la curva de la edad que bifurca las carreras delictivas de adultos y menores, estableciendo un claro abismo cuantitativo entre ellos, sea una constante universal en Criminología ha sido puesto en tela de juicio.
El artículo completo del profesor Sergio Cámara Arroyo se puede descargar pinchando en este enlace:
La criminalidad juvenil frente a la criminalidad de adultos.pdf