Víctor Bonilla Ortega
Están en el centro de la revolución tecnológica en marcha. Pero a medida que avanzamos, debemos asegurar un equilibrio entre la innovación y la protección de nuestra privacidad. La adopción de marcos normativos, como el propuesto en Europa, es un paso esencial hacia este futuro.
Los últimos meses han sido testigos de eventos trascendentales, desde el primer aniversario de la aparición de ChatGPT, que en tan solo cinco días ya tenía más de un millón de usuarios, hasta anuncios cruciales del Consejo de Europa sobre el acceso a los datos.
Estos sucesos nos sumergen en el cautivador mundo de la inteligencia artificial y las redes neuronales con su gran capacidad de aprendizaje, un terreno que impacta nuestras vidas cotidianas de manera asombrosa y desafiante.
¿Qué son las redes neuronales?
En el centro de la revolución tecnológica, las redes neuronales son estructuras inspiradas en el cerebro humano que procesan información de manera similar a cómo las neuronas trabajan en nuestro propio sistema nervioso. Estas redes, compuestas por capas de nodos interconectados, permiten a los sistemas y dispositivos aprender patrones complejos y realizar tareas específicas.
Al haber sido concebidas como el cerebro humano, la capacidad de aprendizaje de las redes neuronales es una de sus principales características, y dentro de sus diversas formas de clasificación podremos encontrar las de “aprendizaje supervisado” y las de “aprendizaje no supervisado”.
La magia de las redes neuronales en acción
Imaginen el reconocimiento facial en sus teléfonos móviles, una función que evoluciona gracias a las redes neuronales. Estas redes aprenden características faciales con el tiempo, organizando fotos de manera inteligente, incluso traspasando los límites temporales, porque el aprendizaje de la inteligencia artificial permite identificar los rostros aun con el paso de los años. Asimismo, plataformas de streaming como Netflix, HBO, Amazon Prime, etc. que sugieren películas o series que podrían gustarnos, están empleando redes neuronales. Estas redes analizan nuestros hábitos de visualización, identifican patrones y ofrecen recomendaciones personalizadas basadas en nuestros gustos. Por otro lado, asistentes virtuales como Alexa también aprenden de la constante interacción con sus propietarios.
El futuro de la interconexión
En un futuro cercano tendremos asistentes virtuales aún más inteligentes y personalizados, capaces de anticipar necesidades y preferencias, no solo respondiendo a comandos de voz sino a gestos y otras interacciones. Sin embargo, este futuro nos lleva a reflexionar sobre la información almacenada en los servidores, así como en los propios dispositivos conectados a internet y la necesidad de establecer límites éticos y legales.
Desafíos éticos y de privacidad
En la era actual de la información, nuestros dispositivos generan cantidades masivas de datos. Desde nuestras interacciones en redes sociales hasta la ubicación que compartimos a través de nuestros teléfonos, cada clic y desplazamiento deja una huella digital. Las redes neuronales se benefician enormemente de esta abundancia de datos, ya que les permite aprender patrones complejos y realizar tareas con precisión.
Esta masiva interacción de datos personales en la era actual plantea interrogantes cruciales. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a ceder nuestra privacidad en nombre de la innovación? ¿Somos conscientes del alcance de la información compartida con sistemas de inteligencia artificial? ¿Quién tiene acceso a estos datos, por cuánto tiempo y con qué fines se pueden utilizar?
Es esencial establecer límites claros en la recopilación y uso de datos, así como implementar medidas robustas de seguridad y privacidad. La transparencia en la recopilación de datos y el consentimiento informado son elementos fundamentales para construir una relación de confianza entre los usuarios y los sistemas de inteligencia artificial.
El horizonte tecnológico
Consideremos el impacto a largo plazo de la cantidad de datos que generamos. ¿Cómo se utilizan estos datos para influir en nuestras decisiones, y cuál es la responsabilidad de aquellos que tienen acceso a esta información? La reflexión y el debate público sobre estos temas es crucial para garantizar que la implementación de la inteligencia artificial respete los derechos individuales y evite posibles abusos.
En medio de la celebración de avances, debemos ser conscientes de los límites éticos y legales para salvaguardar nuestra privacidad. La conciencia pública sobre cómo se utilizan los datos es crucial para evitar posibles abusos y garantizar que la inteligencia artificial respete los derechos individuales. Es responsabilidad de todos contribuir a un diálogo informado sobre el equilibrio entre innovación y protección de derechos fundamentales.
El camino normativo en Europa
En este contexto, resulta oportuno que el Consejo de la Unión Europea esté adoptando un marco normativo con el “Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre normas armonizadas para un acceso justo a los datos y su utilización” que promueve el acceso justo a los datos y su utilización. Esto no solo garantiza la transparencia en la gestión de información generada por la interacción con dispositivos conectados, sino que también especifica los límites y casos en los que los organismos públicos pueden acceder a esta información.
Este reglamento contempla aspectos de vital importancia como la obligación de los prestadores de servicio a informar a sus usuarios, si el producto conectado:
- Es capaz de generar datos de forma continua y en tiempo real.
- Es capaz de almacenar datos en el propio dispositivo y en servidor remoto. ¿Por cuánto tiempo?
- La forma de cómo el usuario puede acceder a los datos, extraerlos o en su caso, suprimirlos.
- Los supuestos en que los organismos del sector público pueden acceder a esos datos, etc.
Hacia un futuro de innovación y protección
En resumen, las redes neuronales no son abstractas; están arraigadas en nuestra vida diaria. Desde el reconocimiento facial hasta recomendaciones personalizadas que recibimos, las redes neuronales son la columna vertebral de la transformación tecnológica. A medida que avanzamos, debemos abrazar aplicaciones aún más emocionantes con precaución, asegurando un equilibrio entre la innovación y la protección de nuestra privacidad. La adopción de marcos normativos, como el propuesto en Europa, es un paso esencial hacia este futuro.
Este y otros temas vinculados a la innovación de la gestión pública son abordados en el Máster en Administración Digital y Gobierno Abierto de la UNIR.
(*) Víctor Bonilla Ortega. Director del Máster en Administración Digital y Gobierno Abierto.
- Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales