Alfonso Basallo
Un zaragozana de 35 años, Ana María Remacha, ha demostrado que la conciliación no es una quimera. Ha sacado a una familia adelante con dos hijos, estudió Medicina, y ahora ha hecho el Máster de Abogacía para especializarse en un campo prácticamente virgen: las reclamaciones por negligencias médicas
¿Es posible hacer dos carreras, cursar varios masters, conciliar todo ello con una familia, incluyendo un embarazo de riesgo, y llegar a todo?
Una zaragozana de 35 años, Ana María Remacha, lo ha conseguido. Madre y profesional a la vez, ha demostrado que la conciliación no es una quimera, aunque suponga mucho trabajo, sacrificio y capacidad de organización.
“Con el apoyo de mi marido, en primer lugar; de mi madre y mis hermanas; y la ayuda de una asistenta; y eso sí, siendo muy ordenada para aprovechar al máximo las 24 horas” explica Ana María, que está preparando el Trabajo de Fin de Máster después de cursar el Máster en Abogacía online en UNIR.
Eligió la opción de la universidad online para amoldar con la máxima flexibilidad el máster a su apretada agenda de madre, ama de casa y profesional.
Antes de hacer el Máster en Abogacía, Ana María estudió las carreras de Medicina y Derecho. Quería especializarse en un campo prácticamente virgen: los litigios entre pacientes y facultativos, las reclamaciones por negligencias médicas. “¿A quién acuden los enfermos que han sido víctimas de negligencias o que no se sienten suficientemente bien tratados? ¿Y los médicos, denunciados a su vez por pacientes?”, con esas preguntas en la cabeza se marcó un ambicioso objetivo, que está a punto de culminar.
Ella mismo vivió muy de cerca una situación de esas características. Cuando estudiaba Medicina, a los 21 años, falleció su padre, con 54, de cáncer de pulmón, y la familia quedó descontenta del trato recibido. “Le diagnosticaron tarde el cáncer; a mi madre la informaron con pocos miramientos, en mitad de los pasillos”. La experiencia no fue nada agradable.
Así que la joven terminó Medicina, a continuación hizo el Grado de Derecho, después un máster en Derecho biosanitario y bioética, y consiguió impartir clases de Medicina en la Universidad de Zaragoza.
Luego hizo el Máster Online en Abogacía, por la UNIR, para poder presentarse al examen preceptivo para ejercer de letrada.
“Es poco frecuente tener el doble perfil de médico y abogado a la vez, capaz de resolver conflictos ocasionados por errores o negligencias”.
Su objetivo es abrir un despacho de Derecho Sanitario y Laboral. “Es poco frecuente tener el doble perfil de médico y abogado a la vez, capaz de resolver conflictos ocasionados por errores o negligencias”. Una salida laboral muy útil ya que existe demanda social suficiente y hay muy pocos profesionales en el mercado. Pero que exige una larga y concienzuda preparación.
Ana María la ha adquirido sin renunciar a la familia, ya que a la vez se ha casado y ha tenido dos hijos. Esperando al mayor, que ahora tiene dos años, cursó el Grado de Derecho y con el segundo, que tiene cinco meses, terminó el Máster en Abogacía.
¿Cómo lo hace?
Su reloj parece tener más de 24 horas, porque cada día trabaja en una empresa de seguros, imparte clases en la Universidad de Zaragoza, atiende a su casa y a sus hijos y, por si fuera poco, cursa el Máster en Abogacía. Ahora está dando los últimos toques al Trabajo de Fin de Máster
“La UNIR fue un descubrimiento” explica. Oyó hablar de la universidad online a un amigo que cursaba el Grado en Dirección y Administración de Empresas, y decidió estudiar el Máster.
“Sin la UNIR ni me hubiera planteado acceder a estos estudios, porque yo no tenía tiempo material de desplazarme a clases presenciales. Lo que hago es seguir las clases por la noche, cuando llego a casa. Al estar grabadas puede verlas las veces que quiera, puedo interrumpirlas si mis hijos me reclaman, y no se me hacen pesadas”.
Con un embarazo de riesgo
Ana María Remacha valora, sobre todo, la flexibilidad y el carácter eminentemente práctico de UNIR. Y singularmente, el papel de la tutora. “Con el segundo niño tuve embarazo de riesgo y me pasé cuatro meses de reposo en la cama, pero ella me orientó para poder seguir el master”.
Tan satisfecha está de la experiencia que ha hecho dos masters más en UNIR, el de Mediación y el de Nutrición.
“Es cuestión de tener claras las prioridades y aprovechar muy bien el tiempo”
“No ha sido fácil –reconoce Ana María-, pero es cuestión de tener claras las prioridades y aprovechar muy bien el tiempo”. La ayuda de su propia familia ha sido esencial; y también las facilidades ofrecidas por la universidad. “No pude asistir a un examen del master porque estaba a punto de dar a luz, de hecho tuve al niño al día siguiente: me cambiaron la fecha y lo hice posteriormente, sin problemas”.