Lorena Varela
El favoritismo con amigos y parientes en el sector público, así como la afinidad política en los procesos de selección de funcionarios es un serio problema en muchos Estados. Con nuevos compromisos, ajustes legales y la formación adecuada se puede mejorar.
En el sector público, la práctica del favoritismo por amigos y parientes, así como la afinidad política e ideológica en los procesos de selección y designación de empleados y funcionarios suele presentarse como un serio problema en los Estados comprometidos en luchar contra la corrupción.
En efecto, en algunas instancias de la Administración pública, los criterios de profesionalidad, probidad y mérito de los candidatos se han terminado convirtiendo en débiles pautas o principios simbólicos del quehacer burocrático que poco se observan. Si bien la designación de personas de confianza en cargos públicos estratégicos o para el desempeño y manejo de asuntos discretos del Estado y dependencias no comporta per se un acto arbitrario o ilegal, no obstante, su uso y aplicación abusiva sí que puede conducir a la comisión de infracciones administrativas o delitos penales específicos como la prevaricación.
En el Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción analizamos las políticas y normativas públicas sobre transparencia y buen gobierno, así como los principios éticos del correcto funcionamiento de la Administración pública como los principales pilares preventivos de la corruptela y corrupción.
En una sociedad global cada vez más sensibilizada con los derechos humanos, con los valores democráticos, con las necesidades de corrección del progreso humano y con el deseo de un planeta sostenible, las exigencias por la creación e implementación de mecanismos oficiales de lucha contra la corrupción cobran cada vez más protagonismo.
En esta línea, el reto de nuestra titulación consiste en apostar por un mundo cada vez más libre de corrupción desde la formación de los futuros funcionarios y profesionales especializados en mecanismos de gestión, investigación y combate de la corrupción.
Nepotismo y designación discrecional
Entre las exigencias de una Administración pública moderna de un Estado inteligente, se encuentra que aquella “debe actuar de modo leal y ajena a un uso selectivo o exclusivo de sectores o amigos”, y que ha de velar por el interés general y no individual o de los partidos políticos allegados al poder (Rodríguez-Blanco y Díez Machín, 2023, p. 108).
En España, los riesgos de politización, nepotismo y clientelismo son elevados en el sector de la Administración pública justamente en ese ámbito de discrecionalidad que la misma tiene dentro del sistema de libre designación de empleados y funcionarios públicos.
En efecto, el artículo 80.º de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público (Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre) faculta al órgano competente para apreciar discrecionalmente la idoneidad de los candidatos al cargo en relación con los requisitos exigidos para desempeñarlo. Sin embargo, a pesar de la excepcionalidad de este sistema, en muchas ocasiones las malas prácticas y abusos en los mecanismos de selección y designación terminan degenerando la discrecionalidad en arbitrariedad y con ello se propicia una atmósfera ideal para hechos de corrupción, así como la proliferación de férreas redes endogámicas que controlan determinadas parcelas del Estado y cadenas infinitas de favores y deudas a saldar muy difíciles de desarticular una vez consolidadas.
Las preferencias y concesiones desmedidas e infundadas sobre personas allegadas, que derivan en nepotismo (cuñadismo, padrinazgo), socavan los principios de igualdad de oportunidades, imparcialidad, objetividad y eficiencia de la Administración pública.
El empleo de recursos públicos en procesos de selección invisibles en donde se dispone de un poder abusivamente para nombrar a un conocido, amigo, pariente o recomendado termina operando como una kermés de premios y beneficios a favor de alguien por el solo hecho de ser “ese alguien” y no necesariamente “un alguien” idóneo y capacitado para desempeñar el cargo en cuestión.
La gravedad de este tipo de práctica ancestral tan asentada -aún- en las entrañas de los Estados contemporáneos reside en su versátil efecto nocivo: por un lado, el nepotismo genera un hecho de corrupción cuando se realiza fuera de los márgenes permitidos de la ley (la corrupción como efecto del nepotismo); por otro lado, el hecho de corrupción genera deudas y favores a cumplir corrompiendo los estándares de lealtad y diligencia que deben orientar al comportamiento del agente público. Finalmente, el nepotismo también contribuye a la fluidez y expansión del tráfico de influencias y redes de sobornos entre funcionarios y particulares, y con ello se desemboca en un abanico interminable de infracciones y delitos constantes como las negociaciones prohibidas, el blanqueo de capitales, la defraudación fiscal, etcétera.
En cualquier caso, parte del problema también se relaciona con la idiosincrasia social sobre el nepotismo, que en ciertos sectores de la política es entendido como parte del folclore, incluso inofensivo, que todos practicamos o practicaríamos si pudiéramos hacerlo. Lo peligroso de este pensamiento es que una práctica tan criminal como ordinaria, se encuentra ampliamente aceptada o, al menos tolerada, por un gran sector de la arena política, lo que resultará difícil de erradicar si no apelamos a medidas drásticas.
¿Existen mecanismos efectivos de neutralización de esta práctica?
Aunque se viene avanzando y mejorando a nivel global en los mecanismos de lucha contra la corrupción, no obstante, las estadísticas y la práctica cotidiana siguen demostrando que la corrupción no cesa, sino que se incrementa y que no se debilita, sino que se profesionaliza.
Ante estas evidencias alarmantes, los actores y canales de lucha se han extendido más allá del Estado y de las corporaciones privadas, dando cada vez más presencia proactiva al ciudadano común, a las asociaciones civiles, a los medios de comunicación y a las instancias educativas, culturales, deportivas y religiosas. Así también, en el seno de los partidos políticos como uno de los principales gestores del poder electoral, se viene trabajando para desvanecer la resistencia política a sanear puntuales focos de corrupción dentro y fuera de sus grupos, así como en las instancias más delicadas del Estado.
Los vínculos entre la política y la Administración pública cuando operan al margen de la ley, se convierten en una pieza clave del engranaje de la corrupción, operando los partidos políticos como agencias de colocación y concentración de poder, que emplean para intereses sectoriales y privados en desmedro del público.
No obstante, las normas jurídicas son las únicas desde las cuales se pueden generar deberes y prohibiciones. De allí, que un futuro reajuste al sistema de libre designación de funcionarios de carrera tal como lo permite la ley actual debería no solo contemplar un mecanismo de discrecionalidad más acotado en sus márgenes de maniobra (tipo de perfiles, tipo de cargos, tiempo, fundamentos, etcétera), así como un sistema administrativo estricto de control o de doble selección, que permita filtrar designaciones arbitrarias.
En conclusión, parecería ser que el panorama actual nos indica que los mecanismos de neutralización de la práctica nepotista funcionan de un modo poco óptimo, pero que con nuevos compromisos y ajustes se podría mejorar.
Lo que queda por hacer y lo que estamos haciendo desde el MAPC
Para nuestro Máster Universitario en Análisis y Prevención de la Corrupción la enseñanza de las políticas de lucha contra la corrupción en el sector público y en el sector privado constituyen uno de los aspectos nucleares de la formación de los futuros agentes anticorrupción; figura que los Estados de derecho y empresas de la familia iberoamericana vienen demandando cada vez más para alistarse en las filas de esta cruzada global contra la corrupción.
Fuentes:
RODRÍGUEZ-BLANCO, Victoria y DÍEZ MACHÍN, Vicente, “El abuso de la discrecionalidad en el empleo público de las Administraciones locales: una praxis negativa para una Administración moderna”, Documentación Administrativa, Nº 10, 2023, pp. 103-118.
(*) Lorena Varela es directora académica del Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR.
Otros artículos de la serie:
Esta es la decimocuarta entrega de Abecedario de la Corrupción, una serie de artículos que la directora académica del Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR, Lorena Varela, publica cada mes en torno a temas de actualidad política mundial y corrupción. Cada titular comienza por una letra del abecedario: enero por la a, febrero por la b, marzo por la c… Así hasta completar las 27 letras del alfabeto.
- Enero: Agenda 2030: la UNIR fortalece su compromiso con la ONU desde la lucha contra la corrupción.
- Febrero: Botar prácticas corruptas del poder electoral.
- Marzo: Canales de denuncia de la corrupción.
- Abril: Del cabildeo y las puertas giratorias como prácticas de corrupción.
- Mayo: Ética: una disciplina de moda en un mundo donde la corrupción está al alza.
- Junio: Fiscalías contra la corrupción.
- Julio: Gobernanza global y corrupción.
- Agosto: ‘Habemus corruptio’.
- Septiembre: Intereses en conflicto y riesgo de corrupción.
- Octubre: Justicia transparente contra la corrupción.
- Noviembre: ‘Kickback’: ¿sobornos penales o comisiones legales?
- Diciembre: ‘Lawfare’: batalla jurídica y corrupción
- Enero:Medidas de regulación, gobernabilidad y represivas contra la corrupción
Fórmate para combatir el nepotismo en el Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR
En el Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción analizamos los métodos y canales de averiguación del delito que comúnmente se emplean en la lucha contra la corrupción. El reto de nuestra titulación consiste en apostar por un mundo cada vez más libre de corrupción desde la formación de los futuros funcionarios y profesionales especializados en mecanismos de gestión, investigación y combate de la corrupción.
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- Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales