Alfonso Basallo
España cuenta con alrededor de 250.000 letrados: un profesional por cada 188 ciudadanos. Abrirse camino no es fácil. ¿Cómo acceder a la profesión?, ¿qué hacer después de cursar el Máster en Abogacía, necesario para ejercer?, ¿qué pasos dar para montar un despacho o entrar en uno?
Abrirse camino no es sencillo para un joven abogado en un país como España, que cuenta con alrededor de 250.000 letrados: un profesional por cada 188 ciudadanos.
¿Cómo acceder a la profesión?, ¿qué hacer después de cursar el Máster en Abogacía, necesario para ejercer?, ¿qué pasos dar para montar un despacho o entrar en uno?
A estas y otras preguntas que se hacen muchos graduados en Derecho responde Ofelia Tejerina, Máster en Derecho Informático, doctora en Derecho Constitucional por la Complutense y profesora del Máster online en Protección de Datos de UNIR.
Tejerina participó en la última edición de Legal Millenials, jornadas patrocinadas por Wolters Kluwer, para ofrecer pautas a los jóvenes juristas.
¿Por qué se hizo usted abogado?
Quería darle utilidad a mis estudios, y no quería opositar. Había descubierto lo que hoy es mi especialidad, el Derecho aplicado a la tecnología. Me dí cuenta de que con la teoría no me bastaba, que debía comprobar su importancia en ‘el campo de batalla’.
¿Qué le diría a un joven que se plantea estudiar Derecho?
Que eligiese bien la Facultad y que tuviera claro si se va a presentar a una oposición, para empezar a prepararla cuanto antes. Y que, sin inteligencia emocional, no será un buen jurista.
Inteligencia emocional, ¿por qué?
Porque la teoría es mucha, pero se estudia para resolver problemas, no para dar discursos.
¿Y a alguien que haya terminado el Máster de Abogacía?
Si decide ejercer, que piense que ser autónomo requiere mucha pasión y creatividad, porque hay que sacar adelante un salario cada día y eso no siempre va a depender del mero esfuerzo, sino de otros factores y riesgos como la solvencia del cliente o las decisiones de terceros.
¿Y en una empresa o un bufete?
La competitividad será un factor clave para que no te traten como un pasante más tiempo del estrictamente necesario.
El reto digital nos ha ofrecido oportunidades nuevas pero siguen basadas en lo tradicional.
La globalización ha ampliado el abanico de salidas: por ejemplo expertos en derecho digital
El reto digital nos ha ofrecido oportunidades nuevas pero siguen basadas en lo tradicional, que van desde la asesoría legal al ejercicio ante (o en) los tribunales, pasando por la docencia. Eso sí, no es fácil estar al día.
La rapidez con la que evoluciona todo exige reinterpretar de forma muy ágil los hechos, las pruebas y las consecuencias legales del comportamiento humano, y buscar la mayor eficiencia del desarrollo técnico para el individuo.
¿Hay que saber de marketing para captar clientes?
Cuando yo empezaba me aconsejaban ir de despacho en despacho, entregando mi C.V. en mano. Hoy esto no tiene mucho sentido. Las redes sociales son un escaparate sin límites. Existen mil herramientas: para poner en contacto a estudiantes con tutores, a candidatos con empresas, a profesionales con clientes, a compañeros entre sí, etc.
¿Lo difícil será dar en el clavo?
¿Cómo gestionarlas bien? Por ejemplo, no mezclando finalidades y tener unas RRSS para trabajo distintas de la personales. Evita equivocarte pensando mucho lo que pones en ese escaparate, sean opiniones o imágenes de postureo inapropiado, y no respondiendo a provocaciones. Si lo necesitas puedes contar con un profesional de la comunicación que se ocupe de posicionar tu identidad digital profesional.
¿Cómo se da a conocer un joven abogado?
Con las redes como Linkedin o las apps de intermediación; ofreciendo una buena imagen, un buen C.V. (nunca inventado); con una buena red de contactos de profesionales que conozcan tu buen hacer; asistiendo a seminarios…
Ahora bien, tan negativo puede resultar ser invisible como estar sobreexpuesto, por ejemplo un tuitero 24/7 puede resultar en cierta manera “agresivo” y dejarían de seguirte.
¿Cuáles son, en su opinión, las cualidades de un joven abogado?
La paciencia, las ganas de aprender, la prudencia, la empatía, la tolerancia a la frustración, la capacidad para colaborar con terceros, y repito, la paciencia.
Ha dicho dos veces paciencia ¿por qué?
Porque nuestro trabajo es buscar soluciones sin tener el control de todos los factores que la teoría nos define. Cada caso es un mundo y todo influye en su gestión, desde el estado de ánimo de nuestro cliente al del propio juez.
La capacidad dialéctica se entrena, pero sin rigor el abogado sólo será un charlatán con estudios.
Qué es más decisivo en un abogado: el rigor o la capacidad dialéctica.
Los dos, pero si tuviera que elegir uno me quedaría con el rigor profesional. La capacidad para preparar un asunto con perspectiva jurídica y conciencia de la realidad (hechos y pruebas) es esencial, ya sea para someterlo a una junta de accionistas o para enfrentarse a un juez.
La capacidad dialéctica al final se entrena, pero si no hay una cuestión de fondo trabajada rigurosamente, tan sólo serás un charlatán con estudios.