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La queiloscopia identifica a los individuos a través de las huellas labiales, que son únicas, permanentes e invariables a lo largo de la vida de una persona.
La queiloscopia es un sistema de identificación de personas a través de los surcos de la mucosa labial. Aunque no tenga la misma popularidad que la dactiloscopia (identificación por las huellas digitales), este método cuenta con una gran fiabilidad: las huellas labiales también son individuales (excepto en casos de gemelos monocigóticos), permanentes, invariables y, además, clasificables y fácil de visualizar. Hay quien considera la queiloscopia como parte de la odontología forense.
Este término procede de dos palabras griegas: cheilos (labios) y skopein (examinar). En síntesis, consiste en el estudio e investigación de las características de los labios (como su grosor, patrón de los surcos, mucosas, comisuras…) y sus huellas para contribuir a la identificación de personas.
Características de las huellas labiales
En términos científicos, la región labial “es la superficie revestida de piel y mucosa, que forma el esfínter oral”. De sus diferentes partes, las más destacables para la queiloscopia son ‘La línea de Klein’ y el denominado ‘bermellón rojo’. ¿Por qué? Porque en esta zona hay unos pequeños surcos que son, precisamente, los que permanecen invariables a lo largo de la vida de una persona.
De las características de las huellas labiales destacan:
- Únicas: no hay dos huellas queiloscópicas idénticas (salvo en el caso de gemelos monocigóticos). Las huellas labiales son únicas y, además, permanecen inmutables a lo largo de la vida (aunque uno vaya envejeciendo y esta zona sufra cambios, las huellas no varían).
- Estables: son permanentes e invariables independientemente de la edad. De hecho, esto es así desde la propia formación de los labios cuando el feto está en el vientre de su madre.
- Invariable: lo único que cambia es su tamaño a medida que una persona crece/envejece. De hecho, las mucosas se recuperan incluso después de enfermedades que afectan a esta zona o cicatrices.
- Clasificables: existen muchas clasificaciones de los surcos labiales según diferentes autores/corrientes. La falta de un sistema universal es, precisamente, una de las principales razones por las que la queiloscopia no ha tenido una gran implantación por parte de los criminólogos y forenses. Sin embargo, la mayoría de los sistemas se basan en dos: el de los japoneses Suzuki y Tsuchihashi (que clasifican las estrías en seis tipos) y el del francés Renaud (que divide los surcos en diez tipos y es uno de los más exhaustivos).
Queiloscopia forense y criminología
La especificidad de las huellas labiales las convierte en un método fiable en los procedimientos en los que es necesario identificar a una persona, una cuestión básica de la medicina legal y la criminología. “Una huella labial en el lugar del delito puede servir de base para sacar conclusiones en cuanto al carácter del hecho, el número de personas implicadas, el sexo, los cosméticos utilizados, los hábitos, los rasgos ocupacionales y los cambios patológicos de los propios labios” (Vahanwala y Parekh, 2000).
¿Dónde tomar muestras de huellas labiales? Principalmente en vasos, copas y colillas. Cabe destacar que no tienen por qué ser inmediatas, ya que en el cristal pueden durar hasta seis-nueve semanas (depende de las condiciones ambientales, como la humedad) y en el papel hasta doce semanas.
Además, hay que tener en cuenta que existen dos tipos de huellas: visibles y latentes. El primer caso son perceptibles a simple vista (las más evidentes son cuando se usa lápiz de labios), mientras que las segundas requieren de filtros, luces y reveladores para poder ser recogidas y analizadas. En algunos casos, pueden emplearse los mismos reactivos que para la recogida de huellas dactilares. Actualmente, se utilizan principalmente métodos digitales, lo que facilita su posterior análisis.
Dependiendo de dónde se encuentre la huella, su superficie, tamaño o transportabilidad, el revelado se hará en la propia escena del delito o en el laboratorio. También es posible obtener huellas labiales de cadáveres, aunque tendría que ser en las 24 horas siguientes al fallecimiento para garantizar su fiabilidad antes de que se alteren los tejidos.
En conclusión, las huellas labiales son de gran utilidad en criminología debido a que son únicas, permanentes y en ellas hay una gran cantidad de información sobre un individuo.