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El recurso de suplicación posibilita la impugnación de una sentencia judicial con la que no se está de acuerdo. El requisito indispensable es que haya sido dictada por un juzgado de lo social.
Recurrir una sentencia judicial es una frase que todo el mundo ha escuchado alguna vez y, seguramente, muchos ciudadanos sepan por propia experiencia en qué consiste. Sin embargo, lo que no es tan habitual es conocer que las leyes españolas regulan el tipo de recurso judicial que ha de aplicarse en cada orden: civil, penal, contencioso-administrativo o social. Un recurso de suplicación es la herramienta que permite rebatir el resultado de una sentencia judicial dictada por un juzgado de lo social.
El Grado en Derecho online de UNIR aporta los conocimientos necesarios para dominar estos procedimientos y ejercer en cualquiera de las profesiones jurídicas.
¿Qué es un recurso de suplicación?
El recurso de suplicación constituye un instrumento legal mediante el cual las partes implicadas en un litigio laboral pueden impugnar las resoluciones dictadas por los juzgados de lo social. Se trata de una instancia de apelación que permite revisar las decisiones adoptadas en primera instancia, otorgando así una segunda oportunidad para modificar o confirmar dichas resoluciones.
Algunos de los fines del recurso de suplicación son:
- Analizar los hechos que hayan sido probados, a la vista de las pruebas practicadas, tanto documentales como periciales.
- Estudiar posibles infracciones de la jurisprudencia.
- Restaurar los autos a la situación en la se encontraban antes de haberse cometido una infracción de leyes o garantías del procedimiento que causasen una posible indefensión.
El recurso de suplicación es, por tanto, uno más de los tipos de recursos judiciales que existen reconocidos por la legislación española.
¿En qué casos se utiliza un recurso de suplicación?
El recurso de suplicación es empleado en gran variedad de situaciones dentro del ámbito laboral, abarcando desde conflictos individuales hasta disputas colectivas. Por ello, generalmente se habla de recurso de suplicación laboral.
En el artículo 191 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (LRJS) se recogen los casos más comunes en los que se recurre a este instrumento:
- Procesos por despido o extinción del contrato. El trabajador puede valerse de la suplicación para impugnar la decisión de despido o extinción de su contrato.
- Reclamaciones que afecten a un gran número de trabajadores. Cuando la cuestión debatida tiene repercusiones para un volumen considerable de empleados o beneficiarios de la Seguridad Social, siempre que esa causa haya sido probada en juicio, es posible recurrir a la suplicación.
- En los procesos que tengan por objeto el reconocimiento o denegación del derecho a prestaciones de Seguridad Social.
- En los casos en los que el objeto del recurso sea la subsanación de faltas esenciales del procedimiento o la omisión del intento de conciliación o mediación previa, la suplicación puede subsanar dichos errores.
- Cuando se cuestiona la jurisdicción o competencia, tanto territorial como funcional, del tribunal, es posible hacer uso de la suplicación para impugnar esas decisiones.
- Las sentencias relacionadas con conflictos colectivos, impugnación de convenios colectivos y tutela de derechos fundamentales pueden, igualmente, ser objeto de suplicación.
- Cuando se cuestionan actos administrativos laborales que no estén contemplados en los casos anteriores, también existe la posibilidad de recurrir a la suplicación.
Por tanto, el recurso de suplicación ofrece una vía de impugnación en una amplia gama de situaciones, que un abogado laboralista domina a la perfección. Esta especialización del derecho cuenta cada vez con más interesados entre los nuevos graduados. Y es que muchas empresas deciden contar entre sus filas con uno de estos profesionales para ejercer como asesor laboral, orientando en cuestiones de normativa en el trabajo, informando sobre sanciones laborales o para representar a la institución en procesos de conciliación o arbitraje con empleados.
Regulación: qué dice la ley sobre este recurso
El Título II del Libro III, en sus artículos 190 a 204 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social es donde se encuentra recogida la regulación del recurso de suplicación. Esta normativa establece los procedimientos y requisitos necesarios para la interposición y tramitación de este recurso, así como los efectos que conlleva su resolución.
Los principales aspectos normativos del recurso de suplicación que se recogen en esta ley son:
- Plazos para su interposición.
- Requisitos formales del escrito de interposición.
- Documentación necesaria para su admisión a trámite.
- Efectos suspensivos y devolutivos del recurso.
- Resolución y ejecución de la sentencia dictada en segunda instancia.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 190.1 de la Ley 36/2011, las salas de lo social de los tribunales superiores de justicia conocerán los recursos de suplicación que sean presentados contra las resoluciones dictadas por los juzgados de lo social de su circunscripción. También serán de su competencia los autos y sentencias que puedan dictar los jueces de lo mercantil que afecten al derecho laboral.
Los procedimientos susceptibles de recurso de suplicación están recogidos tanto en la Ley 36/2011 como en el Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo.
¿Cómo hacer un recurso de suplicación?
El recurso de suplicación requiere la preparación de un escrito que cumpla con ciertos requisitos formales y que contenga la información necesaria para fundamentar la impugnación de la sentencia dictada en primera instancia.
El profesional que debe saber cómo hacer un recurso de suplicación es el abogado laboralista, que será el responsable de interponerlo. Los litigantes también podrán ser defendidos por un graduado social colegiado.
El recurso de suplicación debe estar compuesto por las siguientes partes:
- Encabezado y datos de identificación. En esta sección se deben incluir los datos del tribunal de origen, el número de autos y el nombre de las partes involucradas en el proceso. Es importante que esta información sea precisa y esté correctamente identificada para evitar confusiones.
- Exposición de los hechos y fundamentos jurídicos. El recurso de suplicación debe sustanciarse en una exposición clara y detallada de los hechos relevantes del caso, así como en las bases jurídicas que sustentan la impugnación de la sentencia. Se deben señalar los errores de hecho o de derecho que se consideren cometidos en la resolución judicial que se está impugnando mediante esta figura.
- Pretensiones del recurrente. En esta parte del escrito es necesario especificar las peticiones del recurrente, es decir, lo que se solicita al tribunal de segunda instancia. Pueden incluir la revocación total o parcial de la sentencia, la modificación de determinados puntos de la misma o la anulación de la resolución recurrida.
- Fundamentos de derecho. La justificación jurídica que respalde las pretensiones del recurrente, tiene que constar en el escrito, haciendo referencia a las normativas legales, jurisprudencia y doctrina aplicable al caso concreto. Es importante argumentar de manera sólida y coherente para persuadir al tribunal de la validez de las alegaciones que se están presentando.
- Documentación y prueba. Es fundamental acompañar este escrito de la documentación pertinente que apoye las alegaciones del recurrente. Esto puede incluir pruebas documentales, testimoniales o periciales que refuercen los argumentos expuestos en el recurso.
- Firma y presentación del escrito. Finalmente, el escrito debe estar firmado por el recurrente o por su representante legal y presentarse ante el tribunal de origen dentro del plazo legal establecido para la interposición del recurso, que serán los cinco días siguientes a la notificación de la sentencia. Es importante asegurarse de cumplir con todos los requisitos formales y de presentar la documentación completa para evitar posibles problemas en su admisión.
Elaborar un escrito bien estructurado y fundamentado, que contenga una exposición clara de los hechos, fundamentos jurídicos sólidos y la documentación necesaria para respaldar las pretensiones del recurrente, resulta fundamental cuando se pretende presentar un recurso de suplicación efectivo.
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