UNIR Revista
Lo más frecuente es que se suplante la identidad para realizar algún tipo de fraude como contratar servicios o adquirir productos, sirviéndose de los datos y dinero de otra persona.
La creciente digitalización de distintos servicios, además de eficiencias y mayores posibilidades para usuarios y empresas, conlleva riesgos. Y aunque los ciudadanos están cada vez más concienciados con los riesgos que conlleva el uso de la tecnología y la revelación de datos personales, es importante tomar medidas para evitar delitos cibernéticos como el robo de identidad digital.
La identidad digital de una persona la componen aquellos datos personales como su nombre, dirección de correo electrónico, teléfono, domicilio, número de cuenta y de tarjeta, contraseñas, etc. Son los datos que le permiten identificarse y realizar actos jurídicos y transacciones online que van desde movimientos bancarios, compras en la Red y la interacción con la Administración, hasta su actividad en redes sociales, entre otras.
El robo de la identidad digital ocurre cuando una persona suplanta a otra, bien sea persona física o jurídica, en las comunicaciones digitales o en sus perfiles de redes sociales. Esta suplantación de identidad en Internet puede derivar en un delito u otro según las acciones que realice el suplantador. Lo más frecuente es que se suplante la identidad con intención de realizar algún tipo de fraude —contratar servicios, adquirir productos, etc.— para obtener un beneficio u ocasionar un daño, por lo que el infractor podrá ser castigado a través de los delitos que regulan el uso de una identidad falsa.
Tipos de robo de identidad digital
El robo de identidad digital es uno de los ciberdelitos más frecuentes y un quebradero de cabeza tanto para los usuarios como para las empresas debido al gran impacto económico que cada año tienen este tipo de fraudes.
Los tipos de robo de identidad más frecuentes son:
Phishing.
Se puede realizar a través del correo electrónico u otra vía de comunicación digital, como los SMS o canales de mensajería, que permitan el envío de un enlace a una página web falsa que permite al infractor acceder a la información personal de la víctima.
Suplantación de identidad en redes sociales.
Ocurre cuando alguien crea perfiles falsos utilizando el nombre y la imagen real de una persona, o cuando hackean una cuenta real e impiden a su dueño hacer uso de ella. Puede realizarse en redes sociales o en canales de mensajería y el delito derivado de esta acción dependerá de las acciones que se cometan por el infractor y el perjuicio causado a la víctima. De hecho, la suplantación de identidad en redes sociales es uno de los principales ciberdelitos.
La ley en España ante el robo de identidad digital
En España, el robo de identidad se castiga a través del delito de usurpación de estado civil o suplantación de identidad, que consiste en apropiarse de las cualidades de una persona para simular ser ella para realizar actos jurídicos. El Código Penal establece para este delito una pena de prisión de seis meses a tres años.
Cuando la suplantación se realiza a través de Internet y/o redes sociales, el marco jurídico del delito de usurpación de estado civil y de usurpación de identidad permiten perseguir al infractor. No obstante, las sanciones impuestas dependerán del caso particular, según las acciones que se hayan cometido con la suplantación de identidad y el perjuicio causado a la víctima.
Es importante tomar medidas para evitar el robo de la identidad digital. Si se obtiene suficiente información, un criminal puede hacerse pasar por la víctima y, además de la pérdida de control sobre los perfiles y cuentas afectadas, puede causar un gran perjuicio económico.
Conocer el marco jurídico y cómo actuar para perseguir este tipo de delitos es clave para los abogados especializados en ciberdelitos. En esta línea, los profesionales del ámbito del ciberderecho tienen la opción de complementar su formación con el Máster en Derecho Digital de UNIR, un programa que proporciona a sus egresados las habilidades necesarias para desarrollar su actividad profesional con eficacia.
Este título permite a sus alumnos adquirir las herramientas clave para desarrollar su labor en la protección y defensa de los intereses de sus clientes y conocer en profundidad los mecanismos jurídicos para la prevención de la ciberdelincuencia.
