UNIR Revista
La sociología de la desviación estudia la conducta desviada para intentar entender su motivación y consecuencias dentro de una sociedad en concreto.
La sociología de la desviación es una rama de la sociología que pone la conducta desviada, asocial, en el centro de su estudio con la intención de explicar este tipo de comportamientos, contextualizarlos y enmarcarlos en una concepción de la sociedad. La mayoría —si no todas— de las teorías sociológicas incluyen alguna explicación de la conducta desviada, entendiendo esta como cualquier acción que salga de las convenciones sociales.
Desde el punto de vista de la criminología, se estudia la aproximación sociológica a la desviación de forma interrelacionada con el conjunto de normas que rige una sociedad. Por lo tanto, la conducta desviada se entiende como una acción, pero también como una consecuencia: las sociedades imponen normas para mantener el orden socialmente establecido y las conductas desviadas son reprochadas socialmente. Cuando la conducta desviada constituye un delito, es sancionada por el sistema penal.
La desviación en sociología
De una forma general, podemos entender la desviación como el proceso por el que un grupo de individuos o un solo individuo se apartan de las conductas socialmente aceptadas. Dentro de estas conductas, algunas pueden ser nimias y tener consecuencias poco gravosas para el individuo (por ejemplo, hacerse un tatuaje en una sociedad que los relacione con baja escala social y delincuencia puede cerrar puertas laborales) y otras, consideradas más graves por el conjunto social, son catalogadas como conductas punibles.
Las normas sociales son necesarias para que la sociedad exista y perviva. Las acciones que se adaptan a ellas se denominan conductas típicas y sirven para mantener el orden social.
Es importante para comprender la teoría de la desviación, que entendemos el orden social como todo un conjunto de normas, costumbres y roles sociales que se dan en una sociedad a fin de mantener las relaciones entre individuos de forma pacífica. El orden social se mantiene a través de los roles individuales (el rol de padre, madre, amigo, jefe, etc.), las costumbres (desde el matrimonio hasta el tomar café por las mañanas) y las normas jurídicas. Son estas últimas las que nos interesan especialmente, en tanto en cuanto muchas costumbres y roles han acabado traduciéndose en instituciones jurídicamente reguladas (es el caso del matrimonio, por ejemplo).
Conductas desviadas y el proceso de socialización
Frente a las conductas típicas encontramos las conductas atípicas o desviadas, que son el motivo de estudio de la sociología de la desviación. La abundancia de conductas desviadas puede suponer el fin del grupo social, por lo que la propia sociedad desarrolla medios de control social como los que hemos enumerado anteriormente (roles individuales, costumbres y el derecho). Algunos autores clásicos introducen la moral como uno de estos medios de control social.
¿Cómo sabe entonces un individuo que debe comportarse de acuerdo a esas normas? El proceso de socialización es aquel a través del cual los seres humanos de una comunidad aprenden e interiorizan sus valores, normas y costumbres. Este proceso es múltiple y se desarrolla en distintos ámbitos: familia, colegio, medios de comunicación, etc.
Existen múltiples teorías respecto a los motivos que llevan a un individuo a dejar de lado todo lo aprendido durante ese proceso de socialización y cometer conductas consideradas desviadas. Autores como Aristóteles (que escribió en Política la famosa frase de que el hombre es por naturaleza un ser social) o Platón, posteriormente el pensamiento estoico latino (Séneca, Marco Aurelio), los pensadores cristianos (San Agustín), el idealismo romántico (Goethe) e incluso el marxismo… incluyen en sus teorías sociológicas y del derecho la idea de la conducta desviada. También filósofos y sociólogos más modernos como Rousseau o Hobbes desarrollan teorías para explicar estas acciones, poniendo al hombre y su libertad individual en el centro.
Todas ellas se estudian en el Grado en Criminología de UNIR, en el que se realiza una aproximación a la desviación del ser humano no solo desde la sociología, sino desde la filosofía y la teoría del derecho.