Ni del concepto de independencia profesional del abogado ni de la regulación normativa podemos deducir que su autonomía dependa del vínculo laboral que lo une con su cliente. Hacerlo sería como cuestionar la libertad de los letrados en grandes bufetes porque sus ingresos provengan sobre todo de clientes poderosos.
¿Condiciona el salario mensual que percibe el abogado de empresa su independencia profesional? En ciertos sectores jurídicos se piensa que sí, como si estuviera exclusivamente reservada a los letrados que se dedican al ejercicio profesional de forma individual o asociados en un despacho de abogados.
La independencia del abogado se manifiesta en que adopte sus propias decisiones, dirija la estrategia legal de un asunto y rechace injerencias de terceros que puedan condicionar su actuar profesional. Y el derecho de defensa pide abogados libres e independientes. Así lo establece el Estatuto General de la Abogacía, artículo 33.2: El abogado, en cumplimiento de su misión, actuará con libertad e independencia, sin otras limitaciones que las impuestas por la Ley y por las normas éticas y deontológicas.
Ni del concepto de independencia profesional del abogado ni de la regulación normativa podemos deducir que su autonomía dependa del vínculo laboral que lo una con su cliente. Hacerlo sería como cuestionar la libertad de los letrados en grandes bufetes porque sus ingresos provengan sobre todo de “grandes” clientes.
La labor fundamental del abogado de empresa facilita soluciones de negocio que cumplan con las leyes, mitigue los riesgos de la actuación de la compañía en el mercado e incorpore el análisis legal dentro del proceso de toma de decisiones del empresario. Flaco favor realizaría si a la hora de adoptar una determinada decisión estratégica para el negocio no expusiera con absoluta libertad su criterio legal. La intromisión del empresario en la dirección jurídica no haría sino entorpecer sus propios intereses. Solo desde el respeto a la libertad profesional del abogado podrá obtenerse su máxima implicación en la dirección estratégica de la compañía.
Decía Victor Hugo que la libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho. Yo añadiría: “Y en el ejercicio de la profesión, la independencia”.